Gobierno de México considera ofrecer créditos fiscales para atraer inversión del sector tecnológico

Reuters

El gobierno de México está considerando ofrecer créditos fiscales para atraer a firmas extranjeras a invertir y producir en el país, específicamente dirigidos a sectores como los de vehículos eléctricos (VE), semiconductores, minerales poco comunes, baterías y electrónica, dijo el subsecretario de Comercio Exterior, Luis Rosendo Gutiérrez. 

“Lo estamos analizando seriamente, el poder hacer programas de incentivos de créditos fiscales muy similares a los que se tienen en Estados Unidos y Canadá (…) eso creemos que nos permitiría atraer a muchas empresas a México”, comentó Rosendo Gutiérrez en una entrevista con Reuters.

El funcionario detalló que los incentivos se aplicarían a empresas de cualquier país interesado en invertir en la nación, incluida China, pero enfatizó que México no sería un “trampolín” para que China ingrese a Estados Unidos, subrayó.

Un documento interno del gobierno al que tuvo acceso Reuters reveló que México habría comenzado a trabajar con empresas como el fabricante de productos electrónicos Foxconn, el de chips Intel, los de automóviles General Motors y Stellantis, y la firma de logística DHL para identificar productos que puedan manufacturarse a nivel local en lugar de en Asia.

Según el documento, México busca sustituir importaciones de China, Malasia, Vietnam y Taiwán. Gutiérrez declinó realizar comentarios sobre las empresas mencionadas en el escrito.

La postura hacia las firmas automotrices chinas marca un posible cambio respecto del gobierno del expresidente Andrés Manuel López ObradorReuters informó en abril que funcionarios habían dicho que no darían incentivos locales, como terrenos públicos de bajo costo o recortes de impuestos, a fabricantes de vehículos chinos por presión de Estados Unidos.

Un representante de la embajada estadounidense en México se negó a hacer comentarios para esta historia.

La administración de la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, está considerando cuidadosamente las políticas de Washington y Ottawa hacia Beijing, con el fin de estar más alineada para abordar las posibles prácticas comerciales desleales de China antes de una revisión programada del tratado comercial de Norteamérica, T-MEC.

“La presión que tenemos (…) la pregunta es qué vamos a hacer con China ante algunas prácticas que en ocasiones parecieran ser desleales”, señaló el subsecretario de Comercio Exterior.

Las importaciones de acero fueron un ejemplo, dijo Rosendo, refiriéndose a los esfuerzos de los socios comerciales para luchar contra la elusión de los aranceles estadounidenses sobre el acero por parte de China y otros países que envían productos a través de México.

México seguiría priorizando a Estados Unidos y Canadá debido al T-MEC, establecido entre los tres socios, pero para la segunda mayor economía de América Latina eso no implica “romper con China” o “negarles inversiones en México”, puntualizó el funcionario.

Trump o Harris, México se prepara 

Los comentarios del subsecretario se producen después de que el candidato presidencial republicano Donald Trump advirtiera que impondría nuevos aranceles para evitar que los fabricantes de automóviles chinos produzcan vehículos en México y los exporten a Estados Unidos.

Las encuestas muestran que Trump y la candidata demócrata Kamala Harris están enfrascados en una reñida carrera hacia las elecciones del 5 de noviembre, y se espera que el resultado se decida por márgenes estrechos en los estados en disputa.

México está preparado para trabajar con cualquiera de los candidatos y no ve una gran diferencia en la relación comercial con Trump o Harris, aseguró Rosendo.

“Nosotros entendemos que hay un tema de seguridad nacional y Estados Unidos tendrá que entender que también nuestras discusiones son discusiones por mantener la soberanía mexicana”, indicó.

Sheinbaum y su nuevo gabinete estaban trabajando para calmar a los inversores extranjeros y convencerlos de que México sigue siendo una apuesta segura para nuevos negocios después de que una controvertida reforma judicial asustara a los mercados y asestara un golpe a la moneda local, el peso.

A pesar del nerviosismo financiero, ninguna empresa había decidido retirar sus inversiones de México, sostuvo Rosendo Gutiérrez.

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