Revisiones salariales caen a su peor nivel del 2021, inflación devora incrementos

Gerardo Hernández

Las revisiones salariales de la jurisdicción federal en noviembre otorgaron un incremento de 5.1%, lo que no alcanzó a cubrir el crecimiento de la inflación. Como resultado de esto, en términos reales los sueldos contractuales tuvieron una caída de -2.14%, la cifra más baja en lo que va de 2021.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), durante el penúltimo mes del año, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó un crecimiento mensual de 1.14 por ciento. De esta manera la inflación general anual se ubicó en 7.37%, más del doble del nivel estimado por el Banco de México de 3 por ciento.

A pesar de que el incremento salarial promedio en el mes pasado superó los aumentos nominales reportados en octubre y septiembre de 4.1%, el crecimiento de la inflación generó nuevamente una contracción en la revisión de los sueldos contractuales, según los datos publicados por la Secertaría del Trabajo y Previsión y Social (STPS).

El nuevo decremento en las revisiones salariales es la peor cifra desde octubre de 2017, período en el que también se observó una inflación elevada. Con el resultado de noviembre, 2021 reporta una contracción anual de -0.94% en términos reales en los incrementos de sueldo.

“Se diluyen los incrementos salariales y en realidad terminan siendo en términos reales caídas, que se esperan que continúen porque se espera que la inflación cierre en un nivel de 8%”, expone Gabriela Siller Pagaza, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base.

En ese sentido, los decrementos en los salarios contractuales implican una pérdida en el poder adquisitivo de los trabajadores, lo que se traduce en menor capacidad de consumo. “La gente alcanza a comprar menos de lo que compraba antes. Si el incremento salarial promedio ha sido del 5% para quien está en el promedio este aumento no ha sido suficiente para que pueda comprar lo mismo que compraba hace un año”, apunta la especialista.

Desde la perspectiva de Javier Torre, managing director de Michael Page y Page Executive en el centro y norte de México, la presión de los salarios contractuales en el cierre de año se debe a que los aumentos que han otorgado las empresas durante 2021 consideran la inflación del año anterior.

“Seguramente el siguiente año los incrementos van a venir en la mayoría de las compañías en enero, ahí veremos posiblemente un aumento generalizado entre un 7 y 8% por la inflación que estamos teniendo en la recta final de 2021”, opina Javier Torre en conferencia de prensa.

En ese tenor, Gabriela Siller subraya que la alta inflación merma el poder adquisitivo de los trabajadores y si a esto se le agrega la recuperación del mercado laboral en empleos de menor calidad, es probable que el consumo se recupere hasta el siguiente año.

En noviembre se realizaron 95 revisiones salariales, el número más bajo en lo que va del 2021, y en estas negociaciones participaron 29,163 trabajadores, también la menor cantidad del año. Si consideramos el número de personas involucradas en las revisiones de los últimos meses, son 936,786 personas trabajadoras a quienes sus aumentos de sueldo se han traducido en caídas en términos reales.

El salario mínimo y las señales

Para Andrés Peñaloza, director de Bia’lii, Asesoría e Investigación, el hecho de que los trabajadores sindicalizados enfrenten un deterioro en sus revisiones salariales evidencia un panorama aún más complicado para la fuerza laboral que no tiene representación sindical y que en muchas ocasiones no tienen incrementos de sueldo anuales.

El especialista considera que la inflación no es el factor central que explica la debilidad de los salarios contractuales en 2021, el incremento al salario mínimo este año que fue inferior al de 2020 y 2019 fue una mala señal porque en los últimos dos años la recuperación del salario mínimo impulsó los promedios en las revisiones salariales.

“El incremento de los salarios mínimos en los primeros dos años de esta administración tuvo un efecto positivo en las negociaciones colectivas en materia salarial. En 2019 el incremento en los salarios contractuales en términos reales fue de 1.7%, el mayor desde el 2001. Al año siguiente, en 2020, el incremento en términos reales fue del 1%, es el año de pandemia y aun así el salario contractual fue positivo, esto se debe a que se logró un incremento del 20% en los salarios mínimos”, explica Andrés Peñaloza.

Durante 2019, sólo en dos ocasiones el incremento nominal en las revisiones salariales fue por debajo del 5% e incluso en junio de ese año, se alcanzó un aumento de 7.4%, un nivel no visto desde diciembre de 2001.

En lo que va de 2021, los ajustes han estado en cinco ocasiones por debajo de 5 por ciento. En enero de este año el incremento nominal fue de 3.8% y fue la cifra más baja desde octubre de 2018.

Andrés Peñaloza considera que este decremento en términos reales es reflejo de que aún existe una contención en los incrementos salariales. Sin embargo, el gobierno puede ayudar a cambiar esta situación retomando la política de recuperación del salario mínimo, mejorando los ingresos de los servidores públicos y los incrementos de sueldo del personal que trabaja en las empresas productivas del Estado y marcando una diferencia entre el salario mínimo y los salarios profesionales, los cuales han llegado a equipararse en algunos oficios.

Publicado en El Economista

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