Elementos para pensar una nueva estrategia de seguridad

Saúl Arellano

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó los resultados del Censo de Seguridad Pública Federal, 2024, así como del Censo de Seguridad Pública Estatal, 2024. Se trata de instrumentos de suma relevancia porque permiten dimensionar no sólo el estado de fuerza, estructura organizativa e infraestructura disponible por las fuerzas del orden tanto estatales como federales, sino también respecto de las acciones y resultados estructurales de las políticas de seguridad pública vigentes en el país.

De acuerdo con el INEGI, al cierre del año 2023 se tuvo un registro de 143,169 personas adscritas a las instituciones de seguridad pública estatales. De acuerdo con el Modelo Óptimo de la Función Policial, presentado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la Organización de las Naciones Unidas reportó, en 2006, un promedio global de 2.8 elementos de seguridad pública por cada mil habitantes.

Con base en ese indicador, en el 2017 se definió para México un estándar mínimo de 1.8 policías por cada mil habitantes. Sin embargo, en el 2019 se estimó que el promedio nacional era de 1.05 policías por cada mil personas. Para el cierre del año 2023, el promedio nacional registrado en el censo de Seguridad Pública Estatal es de 0.7 elementos de la policía por cada mil habitantes; y aún los estados con mayores niveles en ese indicador no llegan al estándar establecido por el propio Secretariado Ejecutivo. En efecto, Tabasco y Campeche registraron 1.5 elementos por cada mil personas; seguidos de Nayarit, Tamaulipas, Yucatán, Guerrero y San Luis Potosí, donde el promedio va de 1 a 1.3 elementos por cada mil habitantes.

Los estados con peor registro son Coahuila, con 0.1; Baja California, con 0.2; Querétaro, con 0.3; Jalisco, Sinaloa y Chihuahua, con 0.3 cada uno de ellos; Durango con 0.4; y Sonora, Puebla e Hidalgo, con 0.5 policías por cada mil habitantes en cada una de esas entidades. Como se observa, esta tasa no es necesariamente indicativa de mejores o peores niveles de criminalidad en los estados, pues hay estados con bajos niveles de actividad delincuencial, comparados con el resto del país, con un muy bajo número de elementos, como es el caso de Coahuila; y en sentido inverso, Tamaulipas, que está entre los estados con mayor promedio, registra condiciones de inseguridad muy preocupantes.

Es importante destacar también que, a nivel estatal, en 2023 se registraron 14.06 millones de llamadas procedentes del sistema de emergencias 911; sin embargo, el reporte de personas “puestas a disposición” fue de únicamente 466,825; de las cuales, la mayoría fueron canalizadas ante autoridades de justicia cívica; mientras que el 31.5% fueron presentadas ante el Ministerio Público. Lo anterior significa que de todas las llamadas al 911, únicamente el 1.04% terminaron en personas presentadas ante las autoridades ministeriales; lo cual, además de los delitos no denunciados, son parte de la explicación estructural de la magnitud que tiene la cifra negra en nuestro país.

Por otro lado, los datos del INEGI muestran que al cierre del 2023 había 123,203 personas adscritas a la Guardia Nacional. De ellas, 111,790 eran de la escala básica, es decir, elementos de la policía en diferentes rangos. Asimismo, los datos del Censo de Seguridad Pública Federal muestran que, en el año señalado, la Guardia Nacional llevó a cabo únicamente 3,588 “puestas a disposición”, de las cuales, 972 fueron presuntas faltas cívicas frente a 2,076 presuntos delitos. Frente al trabajo de las policías estatales, la relación lineal que se puede establecer es que, por cada 130 “puestas a disposición” de las autoridades estatales, la Guardia Nacional lleva a cabo una.

Otro dato que es interesante destacar de este Censo es que el número de enfrentamientos en que han participado los elementos de la Guardia Nacional (GN) se han incrementado año con año, de manera muy significativa. En efecto, en el 2019 se tuvo un registro de 21; en el 2020, de 56; en el 2021, de 125; en el 2022 de 128; mientras que en el 2023 la cifra se elevó a 211. Para dimensionar el incremento, es importante decir que, en el 2019, la GN tuvo un enfrentamiento cada 17.3 días; para el 2020 fue uno cada 6.51 días; en el 2021 fue uno cada 2.92 días; en el 2022 uno cada 2.85 días; mientras que en el 2023 la proporción fue de un enfrentamiento cada 1.7 días.

Es igualmente importante subrayar que la Guardia Nacional está logrando muy bajos niveles de reclutamiento. En efecto, del total de sus integrantes en 2023, un total de 13,812 provienen de la extinta Policía Federal; 98,178 provienen de la Secretaría de la Defensa Nacional, mayoritariamente de la Policía Militar; 12,870 de la Secretaría de Marina, la mayoría de la Policía Naval; mientras que únicamente 1,343 se encuentran en la categoría de “nuevos reclutas”.

Si se suma el número de elementos de la GN y de los elementos en los estados, se tiene un total de 254,959 elementos; pero esa cifra debería dividirse al menos entre tres, pues deberíamos tener policías que laboren jornadas de ocho horas para aspirar a un desempeño más eficaz. Esto da una fuerza real de 84,986 elementos, lo que da un promedio de 0.65 elementos por cada mil habitantes, tres veces menor al estándar mínimo recomendado.

Para México es urgente otra estrategia de seguridad; y ella comienza por dignificar y mejorar sustantivamente la carrera policial, lo que implica mejores salarios, equipamiento, capacitación y entrenamiento; a partir de ello, podemos aspirar a nuevas políticas y estrategias. Lo demás es un mero discurso.

Investigador del PUED-UNAM

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