La crisis hídrica que afecta a Sinaloa ha impactado también en los ecosistemas marinos, dejando daños económicos y ambientales

La crisis hídrica que ha afectado a Sinaloa en gran parte de su territorio a niveles de severa a extrema sequía, también ha impactado a miles de especies que viven en ecosistemas como las cuencas o presas, arroyos o lagunas que, al secarse, se pierde todo un hábitat, consideró Humberto Gurrola.

El investigador de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), expresó que la falta de este elemento vital también ha afectado a nivel marino, donde algunas familias que viajan en su fase migratoria que descansan y se alimentan en nuestra entidad, desafortunadamente este año no se les pudo dar alimentación y hogar.

“Alrededor de 13 mil 834 millones de metros cúbicos son lo que se han perdido, que representa el 88.8 por ciento de la capacidad de conservación de las presas; ni siquiera de la capacidad total”, expuso.

A modo de dato, dijo que en México existen alrededor de 500 especies de peces de agua dulce, donde las sequías han contribuido a que 127 de estas se hayan extinguido; 75 de estas familias eran endémicas de México y 139 se encuentran en amenaza o en peligro de extinción, lo que representa un impacto fuerte a la conservación.

En lo que respecta a la parte económica, haciendo una comparación por metro cúbico de agua, es decir, un 0.5 o medio pez que puede vivir en el medio natural sin problema en las poblaciones con un peso de 330 gramos, se tiene bajo esta extrapolación 6 mil 937 millones de peces que se perdieron solo con respecto a la capacidad de conserva de las presas, que equivalen a 2 mil 287 millones de kilos de pescado.

“Lo que representaría un ingreso que deja de percibir la sociedad sinaloense, los pescadores sobre todo los que viven en esos lugares esas poblaciones, de 137 mil 233 millones de pesos solo por la pesquería de tilapia, pero a ello se suma otras poblaciones de peces de interés comercial,” expuso.

Otro problema son los 13 mil 834 millones de litros de agua que no llegaron a la bahía por escurrimiento y que no se tienen, haciendo que la salinidad se haya incrementado en estas zonas, afectando a la camaronicultura y estresando a los crustáceos.

En ese sentido, añadió que tanto las poblaciones silvestres como las que están en proceso de cultivo presentan enanismo, deformaciones, dejando de comer, además de otras enfermedades al ser vulnerables, por lo que el aumento de los costos se eleva.

Otra actividad relacionada es la pesca deportiva y recreativa que se realizaba en las presas llevándose a cabo entre 12 o 14 torneos por años con derramas económicas bastante buenas, por lo que, la pérdida económica es bastante significativa.

Ante todos estos escenarios, pidió sumarse a una buena administración del recurso del agua en las actividades agrícolas y ganaderas, que son las que ocupan alrededor del 75 por ciento a nivel nacional, pero también a la población poniendo un granito de arena para cuidar este vital líquido en su uso y aprovechamiento. Pero, sobre todo, exhortó a las autoridades a salvaguardar el estado ecológico de los cuerpos de agua, que les permitan cuidar de este caudal ecológico que requiere un río o un lago para mantener sus componentes para proporcionar sus servicios ecosistémicos.

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