Abriendo la caja de Pandora económica: una mirada al tipo de cambio

Eréndira Yaretni Mendoza

El tipo de cambio se asemeja a menudo a una caja de Pandora debido a su complejidad y la diversidad de variables que pueden afectar su comportamiento. Estas variables van desde la volatilidad hasta el impacto en la vida cotidiana, involucrando factores internacionales y combinaciones de elementos económicos, políticos y financieros. Esta complejidad y las implicaciones globales asociadas al tipo de cambio lo convierten en una variable económica de difícil predicción y gestión.

El tipo de cambio, que mide la relación entre las monedas de diferentes naciones, es como una brújula que señala las corrientes económicas, las decisiones gubernamentales y las tormentas financieras que han esculpido la historia financiera de México.

¿Por qué es tan relevante conocer el tipo de cambio? Imagina que el dinero es como un viajero, ahora, el tipo de cambio es como la brújula que ayuda a encontrarnos y entender el valor de la moneda en diferentes lugares. En el caso de México, esta brújula financiera es esencial, ya que influye en las decisiones económicas internas.

Cuando hablamos del tipo de cambio en México, nos referimos a una interacción constante entre el peso mexicano y otras monedas. Por lo tanto, es una brújula para comprender cómo fluye el dinero y cómo impacta en nuestras vidas cotidianas. Así que es la guía que marca el pulso de la economía.

La realidad económica se desdobla en dos perspectivas: el tipo de cambio nominal y el tipo de cambio real. Este último indicador es el que nos muestra el verdadero poder adquisitivo.

Normalmente, se estima, se analiza el comportamiento y se toman decisiones con base al tipo de cambio que sale en las noticias o publican las casas de cambio. La razón principal por la que a menudo se habla del Tipo de Cambio Nominal (TCN) en lugar del Tipo de Cambio Real (TCR) en discusiones es que el TCN es más fácil de medir y entender.

Sin embargo, el TCR es más relevante en términos económicos precisos, ya que ajusta el TCN teniendo en cuenta las variaciones en los niveles de precios entre dos países, lo que proporciona una medida precisa del poder adquisitivo de una moneda en términos de bienes y servicios. Este ajuste es esencial para comprender cómo los cambios en el tipo de cambio afectan realmente a la economía, especialmente en términos de competitividad internacional.

El TCR ajusta el TCN teniendo en cuenta las diferencias en los niveles de precios entre dos países, evitando así el efecto inflacionario. Además, refleja cambios en la competitividad. Si el TCR disminuye, la moneda se devalúa en términos reales, lo que puede hacer que las exportaciones sean más atractivas y las importaciones más costosas. Esto puede favorecer la economía interna y estimular la producción local.

Desde la crisis de 1994, México ha adoptado una política monetaria basada en metas de inflación, utilizando la tasa de interés como un timón para navegar las turbulentas aguas económicas.

Los indicadores económicos, desde el Producto Interno Bruto hasta las tasas de interés, son los socios que influyen en la percepción de los inversionistas. El Banco de México, como capitán del barco, busca mantener el equilibrio y la estabilidad, regulando el mercado de divisas y ajustando las políticas monetarias.

El análisis del tipo de cambio real en México, desde 1969, nos cuenta una historia de fluctuaciones nominales, pasando de los 12.50 pesos a superar la barrera de los 30, como resultado de la crisis del petróleo de 1982. Pasando a los 6 pesos en los 90s, al quitarle 3 ceros a la moneda, hasta superar los 20 pesos para el 2020, por los estragos del Covid-19. En contraste, también se evidencia una relativa estabilidad real (con excepción de los periodos de crisis).

Las crisis económicas y los ajustes estructurales han marcado al país, con el Banco de México asumiendo un papel clave como regulador y protector de la estabilidad financiera. La crisis del 1994 y la respuesta con el Fobaproa nos enseñan la fragilidad de una economía altamente dependiente y la necesidad de medidas de recuperación para evitar el colapso. En otro momento hablaremos sobre ello.

La estabilización, impulsada por tratados internacionales y reformas económicas, nos muestra cómo México ha aprendido a navegar las aguas económicas globales, aunque no sin enfrentar desafíos como la crisis financiera global de 2008 y la incertidumbre generada por la pandemia de Covid-19.

El tipo de cambio no es solo un reflejo de las fuerzas económicas, sino una herramienta crucial para la toma de decisiones y la anticipación de desafíos futuros. A medida que México avanza, la diversificación económica, la inversión en infraestructuras resilientes y la adaptabilidad a las dinámicas globales se presentan como faros para guiar la economía a través de las mareas cambiantes.

Este análisis arroja luz sobre las lecciones y las estrategias necesarias para navegar las mareas económicas del mañana. En un mundo donde la única constante es el cambio, entender que el analisis y la toma de decisiones tanto del Estado como de los empresarios, debe darse con base en el tipo de cambio real, ya que es crucial para guiar a México hacia un futuro económico próspero y sostenible.

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