Polarización, elecciones y educación

Fátima Masse

Hoy se celebra el Día Internacional de la Educación y en 2024 la UNESCO (la organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) lo ha dedicado a hacer un llamado para que los sistemas educativos sean una herramienta para combatir la incitación al odio. Un objetivo que es crucial en una sociedad que está cada vez más polarizada y cuyas tensiones aumentarán de cara a las elecciones. Recordemos que casi la mitad de la población mundial cambiará de gobierno este año.

México no es la excepción, pues diario se observan manifestaciones del discurso de odio que han ido incrementando conforme se acercan las mayores elecciones en la historia del país. Desde una narrativa oficial en contra de los neoliberales y las personas que este gobierno considera opositores de la Cuarta Transformación hasta casos más extremos que buscan estigmatizar minorías como migrantes o personas de la diversidad sexual. Por eso, considerar lo que pide la UNESCO es crucial, pero para concretarlo se requiere coherencia institucional y apoyo a docentes para formar estudiantes críticos, tolerantes e inclusivos.

El discurso de odio se entiende como aquellos mensajes que alimentan una opinión prejuiciosa y destructiva en contra de un grupo de personas. La línea con la libertad de expresión es delgada. Sin embargo, no solo son opiniones disidentes, sino que tienden a generar violencia, hostilidad y discriminación, con lo que se rompe la cohesión social y se vulnera el bienestar psicológico y físico de las personas atacadas. Con las redes sociales, estos mensajes se propagan de manera acelerada y pueden estar incluso disfrazados de chistes.

Ante este panorama, de acuerdo con la UNESCO, las escuelas de cualquier nivel educativo pueden ser un lugar para que las alumnas y los alumnos desarrollen las habilidades necesarias para cuestionar los contenidos que reciben –en la tele, el radio, las redes sociales o cualquier otra vía– de manera que no los compartan si son dañinos y mucho menos los generen. También es un lugar para aprender que todas las personas somos y pensamos diferente, lo cual enriquece a nuestra sociedad. ¿Esto se promueve en México? No estoy segura.

Ojalá que este día sirva para que las candidatas y el candidato a la presidencia diseñen propuestas educativas concretas que, además de combatir el profundo rezago educativo, fomenten el desarrollo integral de los estudiantes. Que se vea la educación como un mecanismo para construir una sociedad mucho más tolerante e inclusiva.

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