Debe evitar el Frente Amplio caer en “una farsa”: Paredes
Andrea Becerril
Sin entrar en el juego de descalificar a nadie, la senadora del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Beatriz Paredes Rangel, advierte que en el opositor Frente Amplio por México “tendremos que ser muy cuidadosos” de que el proceso de elección de quien contienda en 2024 por la Presidencia de la República “no parezca un engaño democrático”, porque provocaría “un enorme desencanto y frustración” en los ciudadanos.
Asimismo, considera que en ese bloque –en el que participan el PAN, el PRI y el PRD– “todo irá bien”, siempre y cuando “no sea una farsa”. El propósito es construir una propuesta seria para un gobierno de coalición comprometido con la justicia y la modernidad.
Para eso, dice que es necesaria “una estrategia, de verdad, de inclusión, en la que todos participen de buena fe, sin ideologizar la plataforma de ese frente y sin denostar sistemáticamente sólo por denostar”.
La legisladora del tricolor se muestra satisfecha de su participación en el primer foro del Frente Amplio por México. Tras ese acto, la mayoría de los críticos la ubicó como una política experimentada, que dejó de lado la descalificación para centrarse en exponer su visión de país y la urgencia de que haya una reforma a fondo del sistema político mexicano.
¿Dados cargados? “No los he sopesado”
En entrevista con La Jornada, detalla lo que plantea sobre esos puntos. Además, responde a las versiones que apuntan a que ya hay una decisión de imponer a la panista Xóchitl Gálvez como la candidata presidencial del bloque opositor para 2024.
Explica que es respetuosa de todos los que participan en esa contienda, pero señala que México está en un momento muy importante y muy delicado “y no se debe alentar la frustración, sino la participación de todos”.
–¿No hay dados cargados hacia Xóchitl Gálvez, como lo denunciaron algunos de quienes incluso dejaron la contienda?
–Yo he jugado cubilete, sí conozco lo que pesan los dados, pero no los he sopesado ahora –exclama entre carcajadas.
Sin embargo, advierte que no es 2000 ni 2006, sino este 2023 cuando los ciudadanos tienen acceso a mayor información que antes.
Paredes precisa que decidió entrar al proceso interno por la candidatura presidencial del bloque opositor “de buena fe, sin ningún otro tipo de interés detrás de mí ni ninguna ambición de otra naturaleza, más que aportar mi experiencia, mis deseos de sumarme a encontrar las soluciones por México.
“Espero y deseo que la participación de todos sea en ese sentido”.
Por un nuevo sistema político
La entrevista se realiza en su domicilio al sur de la Ciudad de México, donde atesora artesanías, libros, música y un rincón especial para Gabriel García Márquez, uno de los escritores que más admira. Revela que el blanco terno yucateco que vistió durante el foro del jueves pasado tenía bordadas mariposas amarillas en memoria del colombiano.
–Usted planteó reformar el poder, ¿eso que implica?
–Creo que la democratización electoral del país no es suficiente. Que las nuevas generaciones merecen un nuevo sistema político, más equilibrado, porque el presidencialismo le queda chico a un país de 130 millones de habitantes. Es un sistema que se ideó y fortaleció en la Constitución de 1917, cuando éramos apenas un país de casi 30 millones de habitantes.
Considera que el gran desafío para quien gobierne en 2024 es resolver el problema de la inseguridad y la violencia, que a su juicio amerita un gran acuerdo o pacto nacional, en el cual el gobierno y todas las fuerzas políticas puedan actuar en conjunto con el fin de detener el predominio de los grupos del crimen organizado y que no rebase a la autoridad, que sea el estado de derecho el que prevalezca.
“Somos un gran país, necesitamos un federalismo vigente, más atribuciones a los estados, a los municipios, con un Poder Legislativo de a de veras. A veces el Senado y la Cámara de Diputados parecen una caricatura cortesana. Hay demasiadas atribuciones en el Poder Ejecutivo mexicano y eso acaba por detener al país, el centralismo asfixia la creatividad de las regiones”.
Al respecto, Paredes propone que las secretarías de Estado se conviertan en ministerios, con mayores facultades, porque “este país está demasiado hiperpresidencialista y necesitamos transformarlo”.
Le interesa que “se dé la transición que venimos empujando en los últimos 30 años”. Recuerda que comenzó a trabajar en la primera Cámara de Diputados de la reforma política, también que acompañó a Jorge Carpizo “cuando sacamos al gobierno de los órganos electorales”, y ha estado en todos los momentos de la transición.
Coincide con algunas políticas gubernamentales
Resalta que el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene clara “la vertiente de justicia social, pero hay una vertiente de transformación democrática del régimen en la que no se ha avanzado en México y tiene mucho que ver con el federalismo, con una reforma fiscal que le dé más atribuciones a los estados y municipios”.
A su juicio, al actual mandatario le gusta ser más líder social que autoridad. Le reconoce la atención a la pobreza, porque era una deuda del Estado mexicano de mucho tiempo atrás.
Considera al Tren Transístmico como un proyecto estratégico, lo mismo que la decisión de dar prioridad al sur-sureste; sin embargo, no comparte las políticas oficiales de salud ni la agropecuaria.
En cuanto a la polémica existente en torno a los nuevos Libros de Texto Gratuito de nivel básico, la senadora Paredes considera que el gobierno debe hacer el esfuerzo por llegar a un entendimiento con los críticos. Estima que quizá por los cambios de titular en la Secretaría de Educación Pública no hubo la habilidad de generar un acuerdo nacional, el cual debe buscarse ahora.
“Las biografías reales cuentan”
La priísta se declara lista para la siguiente etapa en el proceso interno del Frente Amplio por México, y sostiene que más allá de la imagen del PRI y del PAN en la sociedad, “las biografías reales cuentan y los electores deben analizar las trayectorias y las realidades de los aspirantes”.
En su caso, dice que no hay nada que se le pueda reprochar como legisladora, funcionaria ni política, ya que fue la primera gobernadora de Tlaxcala, cuando contaba con 32 años, también la primera mujer en dirigir la Confederación Nacional Campesina y en presidir al PRI vía elecciones, por lo que confía en contender por la Presidencia de la República y resume: “Soy responsable, soy dedicada y no soy rata. ¡Eso sí, no!”