Alerta en México por saturación de albergues y áreas públicas

Luciano Campos Garza

 En medio del reforzamiento de la frontera entre Tamaulipas y Texas, los albergues en la llamada frontera chica están desbordados con miles de migrantes esperando una oportunidad, por mínima que sea, para entregarse a las autoridades de Estados Unidos y tramitar su solicitud de asilo.

Tan solo en esta ciudad, limítrofe con Hidalgo, Texas, el alcalde de Morena, Carlos Peña Ortiz, mencionó en conferencia que en un corte al 10 de mayo había 16 mil migrantes varados. Y al viernes 12, el Instituto Tamaulipeco de Migración reportaba 20 mil en toda la zona fronteriza del estado.

Están saturados los albergues de la localidad, como los Senda de Vida I y II, y el Centro de Atención a Menores Fronterizos (Camef) del DIF municipal.

Otras personas en tránsito que esperaban pasar por el río Bravo durmieron en campamentos instalados en terrenos baldíos o a orillas del río, ante las vallas con alambres de púas colocadas por tropas estadunidenses.

El edil morenista dice que el jefe de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Hidalgo, Carlos Rodríguez, director del paso binacional en el lado estadunidense, le informó que únicamente podría procesar hasta 200 solicitudes de visa humanitaria a través de la aplicación descargable en el teléfono móvil CBP-One.

“Aquí ya no hay espacio (…). Somos víctimas de una política migratoria que no es sensible de parte de Estados Unidos”, afirma el alcalde Peña Ortiz, frente a la llegada de migrantes procedentes principalmente de Venezuela y Centroamérica. Señala que no se ha calculado cuánto le cuesta al municipio la atención a esta población flotante, pues a diario piden ayuda a empresarios que donan comidas y medicinas para atenderlos.

Comerciantes del primer cuadro de la ciudad se quejan por la presencia y actividades de los migrantes que se instalaron en la Plaza Principal del municipio.

El alcalde anunció que el fin de semana el presidente Andrés Manuel López Obrador visitaría los municipios fronterizos para ver la situación migratoria que aquí se vive. En tanto, el gobernador Américo Villarreal declaró a la prensa que estaría atento a los acuerdos bilaterales

En Matamoros, frontera con Brownsville, el alcalde Mario Alberto López pide paciencia a los migrantes y les da esperanza de asilo. En un comunicado dirigido a los migrantes estacionados en la ciudad, les expresó:

“El asilo político y humanitario por parte de las autoridades estadunidenses continúa; por este motivo se les pide que tengan paciencia y sigan adelante con sus trámites”.

Para afrontar la crisis ocasionada por el fin del Título 42 migratorio de Estados Unidos, el presidente municipal de Matamoros se reunió con autoridades del Instituto Nacional de Migración, la Guardia Nacional, las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional y representantes de casas de atención a migrantes.

El miércoles 10, miles de migrantes desplegados a la orilla del río Bravo intentaron cruzar, pero fueron contenidos por agentes federales de Estados Unidos, que colocaron un alambre de púas para impedir su paso.

Viaje con esperanza

Mientras tanto, en Guadalupe, Nuevo León –municipio vecino al oriente de Monterrey–, el refugio Casanicolás se vació porque los migrantes se desplazaron masivamente a la frontera norte.

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