PAS, 9 años: debate y democracia
Richard Lizárraga Peiro
El Partido Sinaloense “es una comunidad carismática, una gran familia abierta a la comunidad, a cada ciudadano, siempre cercanos no solo a escuchar, sino a atender sus necesidades: es una comunidad que genera vínculos de paz que erradica la indiferencia y la indigencia humana; alegre y servicial y que al mismo tiempo le da valor a cada persona”: monseñor Luis Manuel López Salazar.
Durante 9 años, el Partido Sinaloense, liderado por Héctor Melesio Cuén Ojeda, ha generado en los círculos del análisis un permanente debate entre la democracia vertical y horizontal, la democracia institucional y la de los de abajo, la democracia formal y participativa y una democracia con mayor sustancia que tienda a beneficiar y proteger a la mayoría de la población al practicar una política con rostro humano y social que lo llevó a convertirse en una alternativa de cambio en Sinaloa.
Es importante elaborar un diagnóstico profundo sobre el PAS y su praxis política en el sinuoso camino que le ha tocado recorrer para visibilizarse y alcanzar posiciones parlamentarias y administrativas, para desde ahí construir e insistir en una nueva forma de hacer y quehacer político, moviéndose en las antípodas del PRI, PAN y PRD y otros partidos que por falta de presencia, proyectos y propuestas viables desaparecer y reaparecen en cada ejercicio electoral.
El PAS va más allá de búsqueda de posiciones ya que promueve movimientos de insurgencia ciudadana desarmada, institucionalizada, sin llegar al choque frontal ni a actos de barbarie, abriendo espacios de participación a amplios segmentos de la sociedad tradicionalmente relegados en la toma de decisiones, o bien, antes no considerados en los actos de exigencia social. El PAS le ha dado así cuerpo a la demanda ciudadana. Ha amalgamado distintas proyecciones del trabajo político y las diferentes formas de democracia para consensar y construir decisiones.
El Partido Sinaloense acaba de cumplir otro año de su fundación y lo conmemoró, primero, por varios días, rememorando las actividades desarrolladas los 365 días durante 9 años de vida estatal, celebrando, además, una misa, un encuentro entre pasistas y una caravana vehicular que demostró la movilidad y el activismo de este partido. Por la mañana del sábado 14 de agosto, por la plataforma digital, monseñor Luis Manuel López Salazar, del Templo de Guadalupe de Los Mochis, bendijo al partido estatal bajo la premisa de que “siempre se debe orar por quienes tienen el carisma de la hospitalidad (para) erradicar la hostilidad que genera la división”.
El Partido Sinaloense “es una comunidad carismática, una gran familia abierta a la comunidad, a cada ciudadano, siempre cercanos no solo a escuchar, sino a atender sus necesidades: es una comunidad que genera vínculos de paz que erradica la indiferencia y la indigencia humana; alegre y servicial y que al mismo tiempo le da valor a cada persona”, dijo el párroco.
El presbítero comparó a los líderes del PAS con el Santo Maximiliano M. Kolbe, un fraile polaco que murió voluntariamente en el campo alemán de concentración de Auschwitz, en la Polonia ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, y dijo que el ser humano se desgasta en el servicio a las personas, pues “somos como una vela que se va desgastando para iluminar a los demás”.
Por FaceLive, el presidente del PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, su esposa, la diputada Angélica Díaz de Cuén, sus hijos, nietos, integrantes del Comité Ejecutivo Estatal, los 18 Comités Municipales, seguidores, simpatizantes, militantes, participaron en la misa en la que al final se rindió un motivo homenaje luctuoso y se pidió por el eterno descanso de todos los PASistas que han perdido la vida a consecuencia del Covid-19.
“Nuestro reconocimiento a nuestros 67 compañeros: de Choix, 2; El Fuerte, 4; Ahome, 11; Guasave, 17; Navolato, 3; Culiacán, 39; Elota, 8; Mazatlán, 11; Concordia, 7 y Escuinapa 2. Para todos ellos nuestro respeto y a sus familiares nuestra más amplia solidaridad. Que en paz descansen”, expuso Cuén Ojeda.
Al mediodía, la dirigencia estatal del PAS convivió con las y los 52 pasistas que el pasado 6 de junio compitieron en el proceso de elección y obtuvieron el apoyo de la población para que, a partir de los próximos meses, se desempeñen como funcionaros en los diferentes niveles de gobierno de Sinaloa: 8 diputados locales; 6 presidentes municipales, 5 síndicos procuradores y 33 regidores.
En la caravana realizada en Culiacán, en la que participaron miles de automóviles, con alrededor de 12 mil personas a bordo, Héctor Melesio Cuén precisó que el PAS es un partido con amplia capacidad de convocatoria.
“El PAS es un partido fuerte; desde el año 2014 hemos demostrado que somos el mejor partido estatal que existe en México. En este año, en el proceso del 6 de junio, participaron 63 partidos locales en las elecciones constitucionales que se desarrollaron en varios estados del país para cambio de gobernadores y en toda la República para relevos de diputados federales; 43 de esos partidos estatales perdieron su registro por no obtener los votos necesarios que exige la ley electoral”, puntualizó.
Con la dinámica de la caravana vehicular para conmemorar su noveno aniversario, el PAS demostró una vez más “músculo político”, presencia y capacidad de movilización, y ofreció una lectura importante: lo que hace la diferencia, lo que distingue al partido estatal de los otros partidos nacionales, son básicamente su liderazgo y sus actores, la gente de la sociedad en la toma de decisiones y su forma e intensidad en los mecanismos de intervención y de acción política.
En su quehacer político y en la disputa con los diferentes partidos a los que rebasa con acciones sociales, humanas y políticas concretas, y la controversia sobre los tipos de democracia colocados por los analistas en la mesa de los debates, para el Partido Sinaloense subyace tanto la necesidad de alcanzar una democracia de calidad como la urgencia de avanzar en los fundamentos de la consolidación democrática y sobre todo, no olvidar nunca involucrar a la sociedad y a su militancia en la toma de las pequeñas y las grandes decisiones.
Pese a su lucha, la dirigencia y la militancia del PAS reconocen que falta mucho por hacer, mucho trabajo social y político que desarrollar, ya que la llamada transición o la puesta en marcha de nuevas reglas electorales, la apertura a la participación de diversas fuerzas y el respeto a la decisión de los electores, no han sido suficientes para arribar a un estatus de democracia que garantice mejoría económica a la población, seguridad pública, salud y derechos a los ciudadanos.
El PAS se propone con sus movimientos de insurgencia no armada, civilizada, institucional, materializar un gran movimiento –como lo demostró con su caravana-, que desafíe y transforme, por la vía legal, las estructuras estatales, cambiando el balance de poder existente, para dar respuesta a los anhelos populares y el inconformismo social.
Para el Partido Sinaloense, de cara al nuevo Sinaloa, la solución radicaría en una pedagogía de la convivencia, en la participación amalgamada de las diferentes formas de democracia, en una insurgencia desarmada, en el cultivo de la singularidad, el respeto por la diferencia y la incorporación diaria de la ciudadanía en las actividades políticas, como caminos para afirmar la civilidad, construir la paz y afianzar la democracia en Sinaloa.