Congreso Local: Quirino Ordaz, protegido; Jesús Estrada, en capilla
Álvaro Aragón Ayala
Cuando la sociedad sinaloense respaldó con su voto, en el 2021, a la Cuarta Transformación, de inmediato concentró su atención en el quehacer del Congreso Local viéndolo como una herramienta de cambio sin pensar que “saldría peor el remedio que la enfermedad”. Contra todos los pronósticos, el Poder Legislativo involucionó convirtiéndose en tapadera de la corrupción y en instrumento para la saciedad de apetitos políticos y cobro de venganzas personales.
Sí, seguramente, el ex gobernador, expulsado ya del PRI, Quirino Ordaz Coppel y la pandilla que le ayudó a saquear las arcas públicas han de estar carcajeándose y defecándose de la risa, burlándose, él, allá en la embajada de México en España, de los miles de ciudadanos que votaron contra la alianza PRI-PAN-PRD y en apoyo a Morena-PAS, creyendo que había llegado el momento del cambio verdadero y la transformación de Sinaloa.
Los sinaloenses le apostaban al enjuiciamiento de Quirino Ordaz, a quien los diputados de Morena de la LXIII Legislatura –entre ellos Graciela Domínguez Nava, alfil del actual diputado Feliciano Castro Meléndrez- acusaban de actos graves de corrupción y de manipular a su antojo la Auditoría Superior del Estado para ocultar los latrocinios en todas las dependencias del gobierno estatal. Se creía que la nueva Legislatura, la LXIV, bajo el control de Morena, llamaría a cuentas a Quirino Ordaz y sus rufianes.
Pero ¡Oh, desilusión!, el Congreso Local, dominado por Morena, le dio le espalda a los miles y miles de ciudadanos que votaron para sacar al PRI de Palacio de Gobierno. Los morenistas protegen descaradamente a Quirino Ordaz, señalado por tirios y troyanos de haber usado el presupuesto público a su libre albedrio, y le dieron el “voto de confianza” a la titular de la Auditoría Superior del Estado, Emma Guadalupe Félix Rivera, para que siga limpiando los expedientes contables-administrativos del ex gobernador.
Y no solo eso, desde la coordinación de la Junta de Coordinación Política pactaron con el PRI, la supuesta oposición derrotada, cuyos domados diputados actúan como férula de Morena, y el Congreso Local se convirtió en el centro de operaciones de jugadas políticas contra los suyos, contra Morenistas y sus aliados, intentando vetarle su derecho a la discrepancia y al voto libre y razonado, so pena de ser llamados conspiradores o de estar trabajando contra el proyecto de la Cuarta Transformación.
Desde el Poder Legislativo se mandan mensajes de que en Sinaloa comienzan a cerrarse los espacios para la divergencia, la discusión civilizada, el acuerdo para transitar en la gobernabilidad y la transparencia. Las movilizaciones orquestadas desde las catacumbas de la 4T, con tufos de asonadas, y la fabricación de juicios políticos, son las armas que blanden los inquilinos quindas del Congreso del Estado para someter, linchar o desplazar sin misericordia a sus “amigos” y militantes de Morena.
En las perversidades legislativas se recrudece el enfrentamiento de Feliciano Castro Meléndrez, presidente de la JuCoPo y el alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro. La pretensión de Feliciano de sacarlo de la jugada, de sepultarlo políticamente, no es nueva, data desde la fundación de Morena en Sinaloa, en la que Feliciano “golpeaba” desde las sombras a Estrada Ferreiro, enojado porque el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, lo convirtió en el primer candidato de Morena al gobierno de Sinaloa, en Promotor de la Soberanía Nacional y en dos veces candidato a alcalde de Culiacán.
Feliciano codiciaba ser el candidato al gobierno de Sinaloa, ambicionaba ser el Promotor de la Soberanía Nacional y también anhelaba convertirse en abanderado de Morena por la presidencia municipal de Culiacán. No lo logró. Ahora sí, con la sartén por el mango, con el control de los diputados de Morena en el Congreso Local, tiene acorralado a Estrada Ferreiro con dos juicios políticos con todas las características de un montaje leguleyo. Lo quiere fuera de la presidencia municipal y del proceso 2024, en cuya ruta Estrada Ferreiro sigue en la lista de prospectos a la candidatura a la Senaduría de la República.
El argumento de Feliciano Castro es que Estrada Ferreiro es muy grosero, que le falta al respeto a toda clase de investiduras y de que no aplica las reformas que el Congreso Local realizó a la Ley de Agua Potable y la Ley de Seguridad Públicas, contra las que el alcalde interpuso sendas controversias constitucionales en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La movilización y el insulto fue el primer paso para “doblegar” al presidente municipal; después vendrían los juicios políticos.
Contra lo que esperaba la sociedad que voto por la Cuarta Transformación, el Congreso Local se convirtió, pues, en una “olla de grillos” que, para colmo, ahora sesiona en secreto para ocultar hechos de interés público, atentando contra la libertad de expresión y el derecho al acceso a la información y desde el Poder Legislativo se cobran facturas personales y se orientan conspiraciones para pretender crear la imagen de que los aliados son complotistas porque no se suman al linchamiento de Estrada Ferreiro o no votaron a favor del aborto.
Quirino Ordaz Coppel, sobre quien se documentaron trinquetes en la construcción de un estadio de futbol que “regaló” a un particular, que gastó del 2017 al 2019 más de mil 900 millones publicidad e imagen, que dejo en la ruina a Sinaloa al grado de que el gobernador Rubén Rocha solo realiza “obras chiquitas” por falta de recursos, se retuerce de la risa en la Embajada de México en España, mofándose de los sinaloenses que creyeron que se le iba a juzgar por sus latrocinios.
Lo peor de todo es que el Congreso Local comenzó a destellar lo que está por venir y de lo que pudiera ser el verdadero rostro de la Cuarta Transformación en Sinaloa.