Gertz: crímenes de odio y violencia de género
José Luis López Duarte
No podía haber peor momento para el fiscal general de la república, Alejandro Gertz Manero, el que las grabaciones de sus muy probables manipulaciones del juicio en contra de su cuñada y su sobrina aparecieran, precisamente en las vísperas del día internacional de la mujer, este 8 de marzo, colocándolo en el centro de los ataques, tanto por sus expresiones misóginas y groseras, como por su odio a su familia, su cuñada y su sobrina, al grado de estar cometiendo, muy probablemente, delitos en la causa contra sus familiares, sino también gravísimas violaciones a su investidura de fiscal general de la república, lo que de suyo entraña de facto la desacreditación como tal, por lo menos.
Y lo peor de todo es que este juicio de Gertz Manero contra su cuñada y sobrina no es nuevo, viene del 2015, cuando murió Mario, su hermano, por lo que el presidente López Obrador y la cúpula de gobierno ya sabía de este juicio y nadie reparó, cuando lo nombraron fiscal general de la república, los muy probables conflictos de interés que acarrearía al ser con el cargo juez y parte en dicho juicio, cosa que se dio, prevaleció y hoy explota con toda la bajeza que eso implica, y peor aún pretender manipular al supremo tribunal como si no bastara todo el aparato de la fiscalía a su encargo para aplastar a esas dos mujeres, su familia pues.
Asombroso sería que actuara de esa manera contra dos mujeres, pero que lo haga con su propia familia ya resulta monstruoso y un extremo de esa maldad que incuba el odio y hace que las personas cometan las peores barbaridades.
Por su exhibición en la coyuntura del 8 de marzo, día internacional de la mujer, resulta simbólico para el gobierno de AMLO, que su procurador principal de justicia resulte el más vulgar traficante de influencias para dañar el debido proceso de un conflicto familiar en el que el susodicho, desde el principio, debió estar separado del cargo, o por interpósita persona continuar con dicho litigio, pero nunca involucrarse en lo más mínimo.
Hoy, con todos los reflectores encima, el fiscal es víctima de su propia trama, pero lo peor es el odio que encierra hacia dos mujeres, que supongamos sean culpables de acuerdo con la acusación de Gertz Manero, pero por ningún motivo hay razón, porque de resultar eso al final se constituiría la prevalencia de una enfermedad que presumiblemente lo inhabilitaría para cualquier cargo público.
De por sí todos los años no hay nada que festejar en el día internacional de la mujer, y solo sirve para acumular más agravios en contra de ellas, ahora la 4T y su gobierno le proporcionan otro ejemplo de malos gobernantes, y lo peor es que ni se inmutan cuando puede ser el fiscal Gertz Manero el hombre de la cúpula en la santa inquisición. Sálvanos señor.