El sí al Carnaval fue una temeraria decisión
José Angel Sánchez López-
Sacrificaría mi existencia, antes de echar una mancha sobre mi vida pública que se pudiera interpretar por ambición: José de San Martín
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Con un breve mensaje en su cuenta de Twitter el gobernador Rubén Rocha Moya anunció su decisión de autorizar la celebración de la edición del Carnaval de Mazatlán 2022, el cual se llevará a cabo con estrictos protocolos de sanidad y la reducción del aforo a un 70 por ciento. Las autoridades de salud, estarán en estrecha coordinación para garantizar que sean aplicados, dijo.
Temeraria decisión que privilegia el capricho del alcalde Luis Guillermo “El Químico” Benítez y las presiones de la Cámara de Comercio mazatleca que movió apoyos de la FECANACO y CONCANACO para presionar al gobernador Rocha Moya para que diera la autorización, sumados al apoyo que vino a darle el Secretario de Turismo Miguel Torruco Marqués.
El gobernador desoyó las opiniones de quienes si conocen la gravedad del problema, que son los médicos y la del mismo Secretario de Salud, Héctor Melesio Cuen, que todo el tiempo advirtió que no estaba de acuerdo con la celebración del carnaval dadas las condiciones de salud que imperan y que amenazan con detonar la pandemia que persiste y dista mucho de alejarse.
La decisión gubernamental se amparó en el color del semáforo sanitario que emite la Secretaría de Salud Federal, que cambia de color según la conveniencia de quienes mandan ahí.
“Análisis” que hace el equipo de López-Gatell, quien al principio de la pandemia recomendaba no usar cubrebocas, defendía la postura del Presidente López Obrador afirmando que por su honestidad era inmune al ataque del virus, el cual lo ha contagiado en dos ocasiones, ha sido señalado por la comunidad científica de llevar una política errónea en el manejo de la crisis provocada por el Covid 19.
El hecho de que hoy el referido semáforo pinte de color amarillo al Estado de ninguna manera significa que ya estemos a salo del virus, no.
Si bien este viernes el registro de nuevos contagiados fue de 975, los días anteriores rebasaban los mil y llegaron a superar los dos mil contagio por día.
Sí, han reducido los números de contagios, pero no en niveles que auguren que la pandemia está pasando, No. Sigue vigente, amenazante…
Tras el parco anuncio del gobernador, el secretario de salud twitteó: “Yo no he autorizado el Carnaval. Mi responsabilidad consistió en dar un diagnóstico científico sobre los riesgos de los eventos masivos.
oincido con el gobernador Rubén Rocha con la factibilidad de celebrar el Carnaval con semáforo amarillo con un gigantesco dispositivo sanitario”, expuso.
Esa ”coincidencia”, obviamente es obligada ante la decisión de su jefe que pasó por alto sus recomendaciones y las del sector médico del puerto por acceder a las presiones que recibía para cumplir el criminal capricho del pachanguero alcalde Benítez, cuyo gusto por la francachela es de todos conocido.
Las medidas preventivas anunciadas, entre otras son: reducción de los aforos a los diversos eventos: 237 mil en los desfiles y el combate naval, 40 mil en las fiestas de Olas Altas y 29 mil en el estadio para la coronación de las reinas.
Y un dispositivo de vigilancia para la observancia de las “medidas preventivas” a cargo y responsabilidad del Secretario de Salud, de manera que, al dispararse los contagios después de los festejos ya habrá a quien responsabilizar.
Yo quisiera saber como van a controlar a una multitud no de 237 mil gentes, que a pese a la amenaza de contagio se agolparán a lo largo del malecón para presenciar los desfiles, sino también los otros 237 mil y pico que se prevé acudirán a ver el combate naval. ¿Quien llevará las cuentas del aforo…?
Multitudes en las que irán, como se acostumbra, familias completas, padres con sus hijos menores, inquietos que no pueden estar fijos en un solo lugar.
Los apretujones de gente que quiere ver de cerca los carros alegóricos y las comparsas, muchos de ellos sin cubrebocas, empujándose unos a otros, como sucedió en la fiesta de fin de año que celebró el “Químico” en Olas Altas el 31 de diciembre.
El gobernador cometió el error, ¿o fue intencional? de ir aplazando la decisión hasta último momento, dando margen para que el alcalde continuara con los preparativos para montar todos los escenarios con cuantiosas inversiones.
Es claro, a Benítez le encanta la fiesta y la bebida, pero a él y su equipo también el dinero. Se ha demostrado en los últimos carnavales donde se fugaron millones de pesos que aún no se justifican.
Hoy otra vez habrá “ganancias” para los vivales, como los “moches” y contrataciones alteradas de artistas y músicos, mas los dineros que ingresan durante el festejo…
Garrafal error haber autorizado estas fiestas.
¡Se privilegió el interés económico sobre la salud de miles de gentes…!