La “procesión fantasmal” de la minoría derrotada
Álvaro Aragón Ayala
Una minoría reducida, atomizada, externa -jubilados que ya no pertenecen a la Universidad Autónoma de Sinaloa- que manipulan a un grupúsculo muy reducido de estudiantes, la mayoría menores de edad, insiste, mediante los mecanismos de la agresión física y el insulto, en querer romper el orden interno de la institución y quebrantar su modelo académico, democrático, incluyente y plural. Pese a que carecen de facultades para participar en la vida universitaria pretenden cambiar a gritos y mentadas de madre la agenda de la Reingeniería Integral y Normativa y frenar las modificaciones al Contrato Colectivo de Trabajo pactado entre el SUNTUAS-UAS.
El jueves, sin consenso, sin convocatoria, pero cargados de furia, el grupúsculo, casi reducido a la nada -en total 25 entre estudiantes y jubilados-, bloquearon violentamente el acceso a Ciudad Universitaria atentando contra el quehacer académico y administrativo. Desaforados, sin control, agredieron verbalmente a los guardias y a directivos de la Casa Rosalina que acudieron a convocarlos al diálogo civilizado. Con su conducta, los muchachos violaron la Ley Orgánica y el Estatuto Escolar pues recurrieron a la violencia en apoyo a los jubilados que rechazan la constitución de un Fideicomiso Pro-Jubilación Dinámica.
Este viernes por la mañana, miles de universitarios se congregaron en las afueras de Ciudad Universitaria para reprobar los actos vandálicos y censurar el insulto. Ahí refrendaron su apoyo al Rector Jesús Madueña Molina y manifestaron su total respaldo a la Reingeniería Integral y a la creación del Fideicomiso, proyectos aprobados mediante una Consulta Universitaria Legal, Vinculatoria y Democrática y una Consulta Sindical Democrática e incluyente, en la cual participaron los jubilados. El apoyo al Rector fue contundente, en tanto, 38 jubilados desfilaron, por ahí cerca de la concentración universitaria, como si se tratara o formaran parte de una “procesión fantasmal”.
¡Ya no hay reversa!, pero no lo entienden. No llegan ni a 25 estudiantes lo que mueven los jubilados de la seca a la Meca gritando porquería y media. En la UAS hay 170 mil alumnos. Menos de 25 no cuentan. Sin embargo, arman ruido digital llamándose en sus entrevistas y conferencias “representantes estudiantiles” aunque no representan a nadie. Son nada más la “punta de lanza” de un movimiento estéril. Los 38 jubilados del “desfile espectral” tampoco significan nada si se toma en consideración que la Casa Rosalina aún paga la jubilación dinámica a más de 5 mil 800 trabajadores en calidad de retiro.
Pues bien, si recurrimos a las matemáticas, es preciso concluir que Pitágoras de Samos, Arquímedes, Euclides, Muhammad ibn Musa al-Khwarizmi y Diofanto de Alejandría, derrotaron al minúsculo grupúsculo de jubilados que se niegan a someterse a los resultados de la Consulta Sindical y que rechazan el Fideicomiso. El fracaso de su movimiento es muy evidente. Igual son destrozados, vencidos, por la Auditoría Superior de la Federación y por la Secretaría de Educación Pública, cuyo subsecretario de Educación Superior, Ricardo Villanueva Lomelí, culpa de la crisis financiera de la UAS al modelo de jubilación que carece de aportaciones de los beneficiarios.
Ahí radica entonces la raíz de todo el arguende geriátrico: directamente la SEP atribuye la falta de recursos de la Universidad al pago de las “jubilaciones leoninas” -sic Ricardo Villanueva-, y por esa razón convocó a la UAS a institucionalizar un Fideicomiso Pro-Jubilación para salvar la prestación. Un Fondo en el que aporten socios/fideicomisarios. En este caso los jubilados y los empleados en activo que gozarán, una vez retirados, de la jubilación dinámica. El griterío se generó porque el grupúsculo atomizado se niega a contribuir pese a que la SEP considera extralegal la prestación y a que la Suprema Corte en Justicia la cataloga como una doble jubilación y la califica de inconstitucional.
El jueves y este viernes la minoría reducida, atomizada, ofreció una demostración de su pequeñez, de que no representan nada en la Universidad. Pitágoras y otros matemáticos se han de revolcar de la risa en sus tumbas cuando esos “líderes” en modo Matusalén dicen “representar a todos los jubilados y a todos los trabajadores en activo”. Sólo han enganchado a menos de 25 estudiantes y a un imperceptible número de académicos y administrativos en activo. La “procesión fantasmal” reveló que son 38 jubilados a los que el mundo se les vino encima cuando miles de universitarios en las afueras de Ciudad Universitaria le ofrecieron el total apoyo a Rector. La sangre se les ha de haber helado.
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