El desafío y la definición de Tere Guerra…
Álvaro Aragón Ayala
¿Qué motivó a la diputada de Morena y presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local, María Teresa Guerra Ochoa, a intentar crear un marco jurídico para tratar de criminalizar y encarcelar a los periodistas críticos? ¿Esconde la iniciativa conocida como “Ley Guerra” la traición anticipada al proyecto sucesorio del gobernador Rubén Rocha Moya? ¿Incluye la definición política de Tere Guerra, más allá de sus aspiraciones personales, a favor de la Senadora Imelda Castro Castro en la justa rumbo al “destape” del candidato (a) de Morena a la gubernatura de Sinaloa?
A principios de su gobierno, pese a sus diferendos “normales” con algunos comunicadores, Rubén Rocha dejó muy claro que ningún periodista sería demandado durante su régimen por opinar, criticar o analizar, o por realizar otras tareas propias del ejercicio periodístico. En su paso como Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y como Senador de la República, Rocha Moya se movió como “pulpo en su tina” en sus relaciones con los periodistas. Hoy, como gobernador, a veces se crispa el trato con ciertos personajes de ese gremio.
Sin embargo, en el entorno del asesinato de Luis Enrique Ramírez, columnista de EL DEBATE, el mandatario estatal sostuvo: “esta administración no armoniza con el ejercicio de acciones legales en contra de periodistas por expresiones difundidas en el desempeño de su profesión”, y conminó a los funcionarios con diferendos con comunicadores en los tribunales a que retiraran las demandas. El mensaje fue claro y llevó todo el apoyo a la propia María Teresa Guerra Ochoa, en aquel entonces titular de la Secretaría de las Mujeres, querellada con un personaje a la que ella satanizaba en su función de “comentarista”.
¿Qué no entendió “Tere” Guerra Ochoa del aquel mensaje/lectura del gobernador? ¿Se le olvidó o lanzó un desafío al mandatario estatal? ¿Ya lo traicionó? El contenido de las reformas al Código Penal para incluir la “violencia digital” y las modificaciones a la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para meter a la cárcel a quienes critiquen, difamen, denigren o causen daño emocional a mujeres que se mueven en los círculos de la política, lleva sin lugar a dudas el propósito de “blindar” un proyecto femenil en tierra: el de la Senadora Imelda Castro Castro.
Sí, en efecto, la “Ley Guerra” despide el tufo de la definición de Tere Guerra por el proyecto político-electoral de Imelda Castro, quien se mueve en una campaña “electoral” anticipada en calidad de aparente víctima de un presunto “acoso informativo” que, según sus defensores y su equipo de comunicación, desató contra ella el gobernador Rubén Rocha y el Senador Enrique Inzunza Castro. A Imelda Castro le urge, entonces, una protección extralegal, metaconstitucional, que impida que la investiguen periodísticamente y que la critiquen o censuren. Ese amparo viene impreso en las iniciativas promovidas por la “Tere” Guerra.
Ciertamente. La “Ley Guerra”, cuya iniciativa esta en “pausa” o en un impasse, se empalmó, no por casualidad, con un artículo aparecido en la plataforma digital LaPoliticaOneline, titulado “En alerta por la aspiración de Imelda Castro, Rocha activa la guerra sucia en las redes”, en el que, de manera triangulada, la Senadora lanzó un reto bajo la argucia de que “en Sinaloa ahora es blanco de ataques en redes sociales desde una página de nombre El Ojo de Argus”, ofreciendo así, la legisladora federal, su arista intolerante, refractaria a la crítica.
En ese artículo, Imelda Castro pretendió aparecer como víctima y representante de “una de las corrientes morenistas que no se alinean automáticamente con el gobernador Rubén Rocha. El uso de campañas negras financiadas con recursos opacos -o públicos, en el peor de los casos- atenta contra los principios de democracia interna que Morena ha prometido defender desde su fundación”. El mensaje contra el mandatario fue muy claro.
Otro mensaje llegó casi simultáneamente al Tercer Piso en la figura de la “Ley Guerra” ….
LEER PARA PROFUNDIZAR EN EL TEMA:
EL ATENTADO A LA RAZON DE IMELDA CASTRO
