Policía, “hidra de mil cabezas”. Zamora y su mina de cobre. Sergio, “papa caliente”.  La Senadora defensora de los muertos

Álvaro Aragón Ayala

Como si Culiacán tuviera la fuerza para soportar otro tipo de enfrentamientos entre grupos armados, el rompimiento de los acuerdos y la fractura de los “intereses” que se mueven en los sótanos o las catacumbas de las corporaciones policiacas de Sinaloa, desprenden la latente amenaza, la posibilidad y probabilidad, de que se registren enfrentamientos entre agentes de seguridad pública que estan siendo obligados a refrendar su pertenencia grupal y sus compromisos extralegales.

La descomposición de la Policía de Culiacán no es atribuible al gobernador Rubén Rocha Moya ni al alcalde Juan de Dios Gámez. Es un problema viejo, estructural, que alcanzó la estatura de una “hidra de mil cabezas”. Cuando Sergio Torres Félix “dirigía” el ayuntamiento de Culiacán, la DEA, el FBI, inteligencia militar y lo que es hoy el Centro Nacional de Inteligencia, descubrieron que la corporación había sido penetrada por el cartel.

Efectivamente, durante la “gestión” Sergio Torres Félix (2014-2016) develaron que en su tarea de alcalde “cedió” espacios para que el control de la Policía Municipal se ejerciera desde afuera de la corporación y determinaron que en la capital del estado prevalecía una “paz narca”, y que los poderes fácticos se estaban apoderando de la infraestructura urbana para comenzar a instalar cámaras para la  narcovigilancia.

La detención de siete agentes de la policía municipal en un hospital privado por parte de agentes de la Secretaría de Seguridad Pública por portar armas no incluidas en el registro de la licencia colectiva, y por “cuidar” la seguridad de un delincuente herido en un enfrentamiento a balazos, es tan solo un retrato que evidencia de que una parte del cuerpo policiaco está entregado a labores de apoyo táctico que entra en la teoría de la sospecha o del cuestionamiento.

En septiembre del 2019, en función de Secretario de Seguridad Pública (Federal), Alfonso Durazo Montaño emprendió lo que llamó un “plan piloto” para limpiar los cuerpos de seguridad que, según él, mantenían relaciones con el narco. Dijo: “tenemos que hacer una depuración nacional de los cuerpos de seguridad, pues la Guardia Nacional, pese a su eficacia y su dimensión creciente, será insuficiente si los cuerpos estatales y municipales no hacen lo propio, tanto para crecer como para mejorar en todo sentido, en capacitación, profesionalización, mejoramiento de la condición socioeconómica de sus integrantes”.

“Trabajos de inteligencia nos señalan que hay complicidades o penetración del crimen organizado en algunos cuerpos de seguridad, y el trabajo para evitar que Sonora pierda los niveles de seguridad que tenía, debe comenzar por la depuración de los cuerpos policiacos, algunos, no todos, algunos de cuyos elementos tenemos datos suficientes para hablar de una vinculación con el crimen organizado”, puntualizó.

El “plan piloto” resultó una llamarada de petate. Puro show. Alfonso Durazo usó el argumento de la depuración policiaca, que jamás se llevó a cabo, para ingresar con una agresiva campaña de publicidad a Sonora. El secretario de Seguridad Pública buscaba la candidatura de Morena al gobierno de ese estado y le urgía que los reflectores mediáticos posaran su atención en su figura y lo exhibieran como el personaje que iba a atacar la violencia. El proyecto era falso.

LOS BESÓ EL DIABLO: Sergio -Pío- Esquer y Bosco de la Vega, personajes con una medianda aceptación social -no popular ni electoral, que conste-, recibieron la “quemada” de Sergio Torres Félix, coordinador en Sinaloa del Movimiento Ciudadano, quien, ávido publicidad gratuita, los invitó a que se integren a su proyecto rumbo al 2027 y que valoren la posibilidad de ser candidatos a un puesto de elección popular. Esquer y De la Vega analizan la coyuntura de “escapar por piernas” y alejarse lo más posible que se pueda de Sergio Torres, cuyo pasado político está marcado por la traición, la corrupción y la lambisconería con los gobernadores en turno. Quien quiera “ponerse interesante” y ser vigilado por la DEA, el FBI, el CNI e inteligencia militar, que se agarre de la mano del coordinador del MC….

DESTRUIR EL MEDIO AMBIENTE: El diputado federal del PRI, Mario Zamora Gastélum, “operador político” del proyecto de la mina de cobre “Santo Tomás” del municipio de Choix, Sinaloa, impulsado con “dinero trasnacional”, difícil de precisar su origen, atribuidos a la empresa canadiense Oroco Resource Corp, oculta que la extracción del metal ocasionará una letal contaminación con efectos expansivos a más de 100 kilómetros a la redonda de donde se instale el principal punto de sustracción de cuprum. Los químicos altamente corrosivos que se usan en este tipo de minas contaminan ríos y arroyos y el agua del subsuelo destruyendo el ecosistema. Lo peor es que va a provocar el traslado de “lluvia ácida” a decenas o miles de kilómetros a la redonda devastando zonas enteras y ocasionando graves enfermedades entre la población.

PALOMA EN SU APORTACION FUNEBRE: La Senadora del PRI, Paloma Sánchez presentó dos iniciativas de ley que tienen que ver con los muertos no identificados. Una de ellas busca garantizar la contratación de personal forense suficiente para identificar los cadáveres anónimos que se encuentran en las bodegas de los Servicios Médicos Forenses o que ya fueron enterrados sin determinar su identidad. La otra pretende que los recursos que se obtienen de los bienes decomisados a los criminales, que hoy -se dice- se destinan principalmente a seguridad y programas sociales, amplíen su uso para incluir también el alquiler de personal especializado en la búsqueda de personas desaparecidas e identificación de cuerpos.

De acuerdo a las cifras de la legisladora  hay en el país más de 50 mil cuerpos sin identificar que, de mantenerse el ritmo actual de “trabajo”, el país necesitaría al menos 120 años para lograr datar todos esos cuerpos. “Gracias a una solicitud de transparencia que hice, nos enteramos que el Centro Nacional de Identificación Humana no tiene médicos forenses contratados”, afirmó y planteó que “nadie, y repito, nadie, está trabajando para identificar los más de 50 mil cuerpos que exigen verdad y justicia en nuestro país”.

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