La UAS y Madueña, su líder indiscutible

José Luis López Duarte

Lo más lamentable en una competencia política es no reconocer al adversario, y menos cuando te ha derrotado. Así sucede con Jesús Madueña Molina, Rector de la UAS, de quien se admite que salió airoso y que representa la emergencia de un liderazgo de época, lo cual quedó demostrado  encabezado la defensa de la autonomía, escribiendo una página histórica en la vida de la centenaria institución como pocos lo han hecho en su existencia.

Jesús Madueña Molina, al igual que Jorge Medina Viedas, en 1981, enfrentó al gobernador más agresivo contra la UAS como lo fue Antonio Toledo Corro, y el Dr. Madueña ahora enfrentó a Rubén Rocha Moya, el gobernador más votado en la historia y con mayor poder institucional como ninguno, el más fuerte.

Eso no lo reconocen muchos de los que fueron adversarios de la UAS durante este periodo reciente, cuando pugnaron por reventar la autonomía de la universidad y fracasaron en el intento envueltos en un mar de arbitrariedades y descalificaciones y lodo.

Y tal parece que no se convencieron y ni se cansaron de esa nefasta ofensiva tan ilegal como sucia que provocó el despertar de una camada de líderes universitarios que encabezaron la defensa de la UAS junto a su Rector Jesús Madueña Molina a la cabeza, quién resistió la persecución política y combatió con la ley en la mano y con el apoyo y la confianza de miles y miles de universitarios.

Jesús Madueña Molina, probó y comprobó los infundios, las calumnias y los insultos a granel siempre con la frente en alto y el respaldo de la comunidad universitaria, expresión categórica de su liderazgo, producto del reconocimiento a su gestión y lucha.

Por todo ello, es que asombra, si no fuera por el cinismo y la baja ralea de algunos que no le reconocen, que vuelvan hoy que retorna el Rector a su cargo, con el mismo discurso denostativo y cargado de odio en su contra.

Para ellos, la justicia que se le ha hecho a Jesús Madueña no vale, y lo que cuenta es lo que creen o lo que quisieran que fuera, peor aún, ya se rasgan las vestiduras y se pegan de topes con los postes ante la inminente reelección del Rector Madueña.

Tal parece que para ellos no ha sucedido nada. Que las demandas y juicios en contra del Rector de la UAS hayan concluido con su inocencia total y por lo tanto deja todas sus derechos a salvo, les resulta incomprensible y aberrante ya que la perversa realidad que imaginaban no fue la que prevaleció.

La justicia, esa que se logró obtener después de casi dos años desde que inició la persecución política contra Jesús doña Molina, para ellos no existe, ellos son como los fanáticos enfermos de odio y frustraciones para los que sólo existe una salida: la de que era culpable y echarlo a la hoguera.

Lo más lamentable no es que existan ese tipo de personas que viven de denostar y calumniar sin empacho, sino que todavía hay a quienes los escuchen y le creen, cuando hemos vivido todo este proceso entre la mentira y el fraude; lástima, no por ellos sino por los que se dejan  engañar y enganchar. Allá “eos”, como decía  “el cuate” de la Reforma.

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