Millennials y centennials, la urgencia de vivienda
José Gil Olmos
El perfil de la población en México ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. La pirámide demográfica se ha invertido y son más jóvenes los que se encuentras en la base de la Población Económicamente Activa (PEA), y los adultos son los menos, lo cual representa una oportunidad para el crecimiento del país, pero al mismo tiempo un reto para la industria de la construcción e inmobiliaria y para el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México existen 30 millones de millennials (nacidos entre 1981 y 1996) y 21.9 millones de la generación z o centennials (nacidos a partir del año 2000).
Actualmente cerca de 70% de estas generaciones manifiestan dificultades económicas y financieras para adquirir vivienda propia, de acuerdo con una encuesta del portal especializado Vivanuncios, realizada hace dos años sobre la necesidad de contar con un espacio donde vivir de acuerdo con sus necesidades particulares. En números hay un universo de más de 50 millones de potenciales compradores o de arrendadores de vivienda.
El sector de la industria inmobiliaria tiene un reto enorme para atender a esta población mayoritariamente joven del país, ofreciendo espacios de vivienda acordes no sólo a sus necesidades sino también, y sobre todo, a sus condiciones económicas.
La generación millennial tienen una clara dificultad para construir un ahorro que les permita acceder a un patrimonio, un 40% de los encuestados por Vivanuncios señala que no dispone de ningún tipo de ahorro y apenas 22.86% tiene menos de 20 mil pesos ahorrados.
Respecto del tipo de inversión que se contempla para un inmueble, 34% de los entrevistados espera invertir entre 500 mil y un millón de pesos, mientras que 50% espera poder ubicar su casa o departamento cerca de su trabajo, pese a que el tamaño sea reducido.
Datos de Mercado Libre muestran que los millennials están dispuestos a pagar entre cinco mil y 20 mil pesos para rentar una vivienda. Así como entre 1 millón 500 mil y cuatro millones de pesos para la compra de un hogar.
“Se espera que sean estos grupos demográficos los que reconfiguren la industria inmobiliaria en los próximos años”, prevé ese portal.
Un estudio de Tinsa México indica que hace un par de años 38% de los compradores de vivienda nueva fueron generación “millenial”, cuyas necesidades básicas y de gustos son diferentes a las tradicionales, como mayor espacio público, terrazas, espacios para trabajar en casa, conectividad, así como nuevos productos financieros, son fundamentales para el futuro del sector.
Lo nacidos en esta generación tienen predilección por vivir en los estados en donde se concentra la mayor parte de la actividad económica y cultural del país: Ciudad de México, Estado de México y Nuevo León.
Actualmente los millennials ya son económicamente activos y la mayoría se encuentra en búsqueda de adquirir una vivienda. Y, por otra parte, los centennials se encuentran a punto de terminar su vida universitaria o en la búsqueda de su primer empleo, por lo que la vivienda aún no está en sus prioridades.
De acuerdo con Mercado Libre, en ambas generaciones se observa un genuino interés online por el mercado de viviendas. Esto porque, cada mes, cerca de 500 mil centennials y 900 mil millennials buscan información sobre propiedades en internet.
No obstante, de acuerdo con la encuesta realizada por el mismo portal, sólo 27% de los millennials y 11% de los centennials consideran adquirir una vivienda.
Es evidente que esta generación de jóvenes mexicanos tiene la urgente necesidad de tener un espacio propio, pero carece de los recursos suficientes para adquirirla o incluso rentarla. La política de vivienda de la presidenta Claudia Sheinbaum vía el Infonavit será insuficiente para resolver la demanda y en el horizonte se ve una generación de jóvenes ya casados viviendo en la casa de sus padres, reproduciendo lo que alguna vez se llamó “las familias desdobladas”.
Por cierto… El Infonavit tiene graves problemas de pago de al menos cuatro millones de créditos otorgados en Veces Salario Mínimo, que en lugar de reducir el monto prestado va en aumento; dos millones serán congelados, pero la otra mitad de derechohabientes siguen con el mismo problema.