Sheinbaum, los demócratas y Trump

Joaquín Narro Lobo

Exactamente en cuatro semanas, el 6 de noviembre, despertaremos con la noticia de los resultados preliminares de la elección presidencial estadounidense. Con toda probabilidad, la madrugada de ese miércoles iremos conociendo las cifras de votos en cada uno de los estados de aquella nación y, de esa manera, la conformación del Colegio Electoral que cerrará el trámite de designar a quien gobernará Estados Unidos por los próximos cuatro años. Por factores geográficos, comerciales, políticos, culturales y diplomáticos, los resultados electorales norteamericanos tendrán un impacto directo y de gran relevancia para México, por lo que observar lo que sucederá en aquél país en menos de un mes es de la mayor importancia para comprender nuestro futuro inmediato.

Hasta antes del cambio de gobierno, la relación entre ambos países se encontraba en un impasse provocado por lo que el presidente López Obrador consideró como una intromisión en asuntos políticos internos. A unas semanas del fin del gobierno y en el marco de la discusión de la reforma constitucional al Poder Judicial, el embajador estadounidense, Ken Salazar, se manifestó en contra de la misma, al considerar que vulneraba las condiciones mínimas de certidumbre para aquellas corporaciones norteamericanas con inversiones en nuestro país, al tiempo que vulneraba, según el diplomático, algunos aspectos del TMEC. Frente a esto, sin llegar a la ruptura, el gobierno mexicano determinó “pausar” las relaciones.

En las postrimerías del sexenio obradorista y de cara a la ceremonia de cambio de gobierno, empero, Estados Unidos anunció el envío de una comitiva oficial encabezada por la primera dama de aquél país, lo que no puede entenderse sino como un gesto de buena voluntad por parte del país vecino y como resultado de una operación diplomática quirúrgicamente articulada por el Canciller Juan Ramón de la Fuente y el Secretario de Economía Marcelo Ebrard. Esto, así como la conversación telefónica de la presidenta Claudia Sheinbaum con Joe Biden, deben ser vistos como muestras de la reanudación de las relaciones oficiales, por un lado, así como un acercamiento con la causa electoral de la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris.

En medio de todo esto, un asunto que importa a los norteamericanos y que parece haber tomado un rumbo distinto al que se venía siguiendo es el relacionado con el Poder Judicial. Dos gestos llaman la atención. El primero, el saludo y cortesía que la presidenta Sheinbaum tuvo con la Ministra Norma Piña durante la toma de protesta de la aquella. El segundo, la generosa mención del presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, a la presencia de la Ministra Presidenta en el Senado de la República, al señalar que era “un honor recibir su visita”. ¿Se trata de un mensaje de buena voluntad en un tema que tanto importa a los demócratas?

Hace ocho años, Enrique Peña Nieto cometió uno de sus más grandes errores al recibir en Los Pinos al candidato Donald Trump y, de esta manera, decantar la simpatía y apoyo del gobierno mexicano por quien a la postre se convertiría en presidente de los Estados Unidos. Por el tono en el que Trump había construido parte importante de su campaña, tildando de criminales a los mexicanos que llegaban a ese país, el efecto negativo asumido por el gobierno mexicano tuvo efectos importantes hacia el interior. Hoy que Sheinbaum parece inclinarse hacia la opción demócrata representada por Harris, no se advierte un riesgo interno importante. Sin embargo, en caso de que el ganador de las elecciones sea el Trump, los efectos para nuestro país podrían ser devastadores.

A menos de un mes de las elecciones es difícil pronosticar el triunfo de Harris o de Trump. En lo personal, considero que las condiciones actuales y las que se pueden presentar en las próximas semanas benefician más al republicano que a la demócrata. Si la postura de Trump hacia nuestro país es de por sí desfavorable, es sencillo imaginar la radicalización que podría tener la misma si el republicano percibe que el gobierno mexicano se ha decantado en favor de Kamala Harris. De lo arancelario a lo militar, pasando por lo migratorio, la actitud de Trump hacia nuestro país en caso de ganar la presidencia podría ser sumamente grave.

Profesor y titular de la DGACO, UNAM

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