China cortará el suministro de componentes del fentanilo: ¿un regalo de Xi Jinpig a Kamala Harris?
Ana Alonso
El fentanilo, un opioide sintético que afecta a la percepción del dolor, está detrás de la muerte de más de 100.000 personas al año por sobredosis en Estados Unidos. En numerosas ciudades estadounidenses la imagen de los enganchados a esta droga es impactante: parecen auténticos zombis. Es la principal causa de muerte entre los que tienen entre 18 y 45 años en EEUU. Es el gran negocio del crimen organizado en manos de los cárteles de la droga en América.
De ahí la relevancia del paso dado por China a la hora de imponer controles a la exportación de tres sustancias químicas esenciales en la producción de este analgésico narcótico cien veces más fuerte que la morfina. Es la primera vez en seis años que China impone restricciones a la producción de ingredientes de esta droga. El fentanilo será un tema de campaña en Estados Unidos, así que esta medida puede favorecer a la fórmula demócrata.
En un comunicado, el gobierno chino informó de que sometería a controles a partir del 1 de septiembre tres ingredientes químicos: 4-AP, 1-boc-4-AP y norfentanilo. La Casa Blanca ha dicho que se trata de un “valioso paso adelante” que se produce después de que funcionarios estadounidenses y chinos se reunieran en Washington para tratar el asunto la semana pasada, según informa el Financial Times.
Washington lleva varios años presionando a Pekín para que tome medidas enérgicas contra la producción de los ingredientes utilizados en el fentanilo.
El presidente de EEUU, Joe Biden, y el líder chino, Xi Jinping, llegaron a un acuerdo en la cumbre celebrada en San Francisco en noviembre de 2023 para crear un grupo de trabajo en el que se abordara el problema del fentanilo.
‘Oro’ para los cárteles mexicanos de la droga
Estados Unidos considera la lucha contra el comercio de fentanilo como el “asunto más vital para la seguridad” de los ciudadanos, según dijo en junio el encargado de América Latina para el Departamento de Estado, Brian Nichols, en una información de Efe. Los cárteles mexicanos fabrican este opioide sintético a partir de precursores químicos que adquieren de China y luego los trafican en Estados Unidos, país que sufre la peor crisis de opiáceos de su historia.
Las autoridades fronterizas decomisaron cinco millones de píldoras de fentanilo el 1 de julio, lo que supone la mayor incautación de esta droga en la historia realizada en la frontera suroeste de Estados Unidos.
En 2019, China tomó medidas para frenar las exportaciones de fentanilo a Estados Unidos, lo que provocó que los que se dedican a este negocio cambiaran su enfoque hacia la fabricación de los productos químicos necesarios para producir la droga. Han estado enviando los productos químicos a cárteles de México que producen fentanilo para su distribución en el mercado estadounidense.
“China siempre ha concedido gran importancia a la cooperación internacional en la lucha contra los estupefacientes y está dispuesta a cooperar con países de todo el mundo, incluido Estados Unidos”, dijo al Financial Times Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en Washington. “Esperamos que la parte estadounidense pueda trabajar con China en la misma dirección”.
El Congreso de EEUU se volvió cada vez más crítico con China por la crisis del fentanilo. En un informe de abril, la comisión sobre China de la Cámara de Representantes culpó a Pekín de la epidemia de fentanilo y la acusó de crear programas para recompensar a las empresas por exportar fentanilo y otras drogas ilegales a Estados Unidos. El gobierno chino rechazó la acusación.
La administración de Biden instó la semana pasada al Congreso a aprobar una ley que designaría las sustancias relacionadas con el fentanilo como drogas de la Lista I -que no tienen un uso médico aceptado y un alto potencial de abuso-, lo que conllevaría penas más altas por distribución y posesión.
El fentanilo en campaña
En este momento supone una noticia alentadora que puede rentabilizar la candidatura de Kamala Harris, la vicepresidenta que competirá por la Presidencia al renunciar a hacerlo Joe Biden después de su lamentable puesta en escena en el primer debate. El fentanilo será un tema relevante para los votantes, según los sondeos. El 44% de los encuestados por Morning Consult para Bloomberg a principios de año lo consideraban “muy importante” a la hora de decidir.
Sin embargo, no está claro que China apueste por Harris, ni que lo haga por Trump. La revista Foreign Affairs acaba de publicar un artículo en el que plantea por quién se inclina China en las elecciones que se celebran en EEUU el 5 de noviembre. Desde Europa se teme la llegada de Donald Trump por su política aislacionista. Lo peor sería que diera de lado a Ucrania, favoreciera a Putin, y abandonara sus compromisos con la OTAN.
La Administración Biden ha reforzado el cambio sobre China que dio Trump e incluso lo ha llevado más lejos en algunas cuestiones” WANG JISI, HU RAN Y ZHAO JIAWEI, ‘FOREIGN AFFAIRS’
En China recuerdan cómo Trump trató a China como una auténtica amenaza y un competidor estratégico al que había que tratar con máxima dureza. “La primera administración Trump dio paso a un enfoque mucho más confrontativo de las relaciones con Pekín, que muchos observadores chinos consideraron desconcertante. En lugar de tratar a China como un socio comercial y, en ocasiones, un rival, Estados Unidos empezó a calificarla de ‘potencia revisionista’ (…) Y lo que es aún más sorprendente, a pesar de los cambios de tono, la administración Biden ha reforzado ese cambio e incluso lo ha llevado más lejos en algunas cuestiones”.
De este modo, para Pekín, demócratas y republicanos “reflejan un enfoque general sobre China”, de este modo no esperan cambios significativos gane quien gane en noviembre.
“China sigue siendo la prioridad en la estrategia global de Washington. En esta coyuntura crítica, muchos estrategas estadounidenses están renovando los llamamientos para que Washington acelere su pivote hacia Asia”, señala el artículo de Foreign Affairs.
En su libro Lost Decade, los analistas de política exterior Robert Blackwill y Richard Fontaine sostienen que las administraciones Obama, Trump y Biden se han quedado cortas, de diversas maneras, a la hora de desarrollar políticas sólidas y coherentes hacia China y el resto de Asia. Sostienen los autores que es crucial que los responsables políticos estadounidenses aceleren el cambio hacia Asia.
El gesto sobre el fentanilo puede ser un primer paso. Aunque está por ver cómo responderá EEUU. El número dos de Kamala Harris, Tim Walz, conoce China, porque estuvo un año dando clases de inglés allí e incluso disfrutó de su luna de miel en la potencia asiático. Pero es cercano a los opositores de Hong Kong y Tíbet. Y eso no hará ninguna gracia a Xi Jinping.