El interés enfermizo de Feliciano Castro por una reforma inadmisible

Alfonso Carlos Ontiveros Salas

Los tiempos reformistas de Feliciano Castro no aplican en la Universidad Autónoma de Sinaloa precisamente porque violan su autonomía

Que Feliciano Castro Meléndrez se preocupe por resolver los asuntos que aquejan a la Universidad Autónoma de Occidente, Institución educativa con un Rector sin nombramiento porque la Junta de Gobierno no lo reconoció. Los alumnos que han cumplido sus asignaturas y requisitos para titularse no lo pueden hacer porque la intromisión del Congreso ha puesto de cabeza la legalidad de los actos de dicha Universidad. El proceso de elección de Pedro Flores como Rector de la Universidad Autónoma de Occidente fue fraudulenta y sigue provocándole conflictos. Para evitar que salgan de esos muros universitarios, han enfocado sus baterías hacia la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Feliciano, como si se tratara de ese personaje de “titino” porque desempeña muy bien ese papel, hace reír a todos cuando afirma que con el desistimiento del recurso de revisión que el Congreso del Estado interpuso contra la sentencia de inconstitucionalidad de la Ley de Educación Superior de Sinaloa se dan las condiciones para el dialogo reformista de la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Cuanta falsedad en sus dichos cuando afirma que hay condiciones, por ese solo hecho, para iniciar los diálogos con fines de reformas a la Ley Orgánica de la UAS. Cuanta perversidad, después de haber difamado a placer a las autoridades universitarias y cómplice de los procesos penales que se instruyen en su contra. Será la comunidad universitaria rosalina la que decida el tiempo y las circunstancias para realizar esa reforma de ser necesaria. El Congreso del que usted forma parte, no tendrá ninguna intervención, de ninguna naturaleza, porque sencillamente no tienen competencia para intervenir en la consulta previa en caso, se ve difícil, de que se presentara alguna iniciativa de reforma.

Preocúpese por armonizar la ley de educación superior de Sinaloa con la Ley General de Educación Superior, es un requisito obligatorio y usted lo sabe, para cumplir con el mandato de la sentencia constitucional. No puede haber reforma si persisten esos preceptos inconstitucionales y procesos penales.

De armonizarse las disposiciones legislativas inconstitucionales con la Ley General de Educación Superior y fracción VII del artículo 3° de la Constitución Federal, tendrán que desistirse de los diversos procesos penales que se instruyen de manera arbitraria e ilegal en contra del Rector Titular de la Universidad Autónoma de Sinaloa Dr. Jesús Madueña Molina y otros directivos universitarios, para la viabilidad del dialogo instruido por el Presidente de la República con el Gobernador del Estado.

Pero las excusas surgen del propio gobierno del Estado, cuando el Gobernador opina que los procesos penales seguidos a raíz del rechazo de la ley de educación superior de Sinaloa son innegociables, lo que pone de manifiesto una vez más que el que sostiene el conflicto contra la UAS, es el propio Titular del Ejecutivo estatal, o que no debe ser entendido así cuando dice: “que la vía judicial es innegociable y que las autoridades de la UAS involucradas en procesos deberán enfrentar la justicia y acatar las decisiones de los jueces” ¿Más pruebas de la actitud intrusiva e injerencista del Gobernador en los procesos en contra del Rector Madueña Molina y otros directivos de la UAS? La fiscalía se ha convertido vergonzosamente en una dependencia del Gobernador y sus empleados lo tienen que obedecer.

La UAS no le pidió al Congreso que se desistiera del recurso, lo hicieron porque se acobardaron de recibir la confirmación de la sentencia y quisieron sorprender tratando de mensajear a la sociedad que ellos si tenían la decisión para negociar. Sus perversidades los hará hundirse en el fango creado por ellos mismos.

Como los procesos son innegociables, lo afirmó el Gobernador, la reconciliación es una fantasía por lo que habrá que seguir redoblando esfuerzos para que la defensa siga provocando descalabros en un gobierno diezmado por la soberbia y la sinrazón.

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