Los retos de garantizar igualdad en el envejecimiento
Ulises Lara López
En el año 2021, a nivel mundial se contabilizaron alrededor de 761 millones de personas con 65 años y más; para el año 2050 se prevé que esta cifra aumentará a mil 600 millones.
De acuerdo con el Informe Social Mundial 2023, ésta es una tendencia irreversible, por lo que se alerta sobre medidas concretas para ayudar a la población, cada vez más envejecida, en medio de la escalada de los costos de las pensiones y la atención sanitaria.
Hoy, un niño que nace, en promedio puede esperar vivir hasta los 75 años. Esto como resultado de la mejora en la salud y demás servicios, sin embargo, el referido informe señala desigualdades en nuestro mundo envejecido, porque no todos se han beneficiado por igual. Mientras muchas personas mayores gozan de excelente salud o son económicamente activas, otras viven con dolencias o en la pobreza.
El fenómeno del envejecimiento de la población cobra cada vez mayor relevancia a nivel internacional y en nuestro país no es la excepción. Los mexicanos de 70 años y más pasaron de 3.1 millones el año 2000 a 6.7 millones en el año 2020, un aumento de más del 50 por ciento en dos décadas.
En el país cada vez habrá más adultos mayores y se prevé que en el año 2050 habrán 85 personas de 70 años por cada 100 menores de 15 años.
Esta tendencia, desde hace algunos años, ha obligado a implementar políticas públicas orientadas a la atención y favorecer su integración a la vida familiar y comunitaria, propiciar su incorporación en actividades ocupacionales y fomentar una cultura de la salud.
Los mecanismos se han enfocado en: generar información necesaria, impulsar el trato digno, respetuoso, oportuno, con calidad y equitativo, sin discriminación y, desde luego, su inclusión a todos los programas de beneficios social.
En este tenor, a todas las personas de 65 años y más, reciben la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, una cantidad mensual 3 mil pesos. Lo anterior es resultado de políticas orientadas a brindar a este segmento poblacional más oportunidades de participar en la vida cotidiana, envejecer de una manera saludable y vivir sin temor a la discriminación o pobreza.
La Ciudad de México, sin duda, se ha convertido en una sociedad de más apertura con los adultos mayores. En la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social de la CDMX, existen instancias como el Instituto para el Envejecimiento Digno (INED), con el fin de que las personas mayores puedan llegar a la vejez de una forma segura, saludable y protegida, que puedan aportar a sus familias, comunidades y a la sociedad en su conjunto.
El INED, a través de los Círculos de Aprendizaje Socialización y Saberes (CASSA), proporciona a las personas mayores, espacios de recreación que garanticen el ejercicio de sus derechos, además del turismo social, visitas de seguimiento, sistema de alerta social, atención gerontológica integral, visitas médicas domiciliarias y protocolo de atención a la violencia para las personas mayores
Se trata de sumar esfuerzos e implementar una estrategia integral que permita a un millón 160 mil 909 personas adultas mayores que radican en la CDMX, vivir una vejez digna y plena, respetando sus derechos humanos y brindándoles asesorías de tipo jurídico, psicológicas o canalizándolos a las instancias respectivas de acuerdo con sus necesidades.
Entre las acciones también se debe resaltar la importancia de la oferta educativa tanto a nivel técnico como en licenciaturas donde se forman Gerontólogos con sentido humano encargados de atender los cambios biológicos, psicológicos, sociales y culturales, que acompañan el proceso de envejecimiento a nivel individual y grupal, en el entorno familiar, institucional y comunitario.
Entre las actividades que el gerontólogo deberá desarrollar en el campo profesional, se encuentran: fomento y promoción de un estilo de vida saludable para un envejecimiento activo, prevención de daños a la salud en personas mayores, promoción de la accesibilidad a los servicios de salud gerontológicos de calidad, apoyo en la evaluación, diagnóstico, tratamiento y cuidados de la salud de la persona mayor, entre otras.
En México existe una oferta académica diversa para estudiar gerontología, ya sea como diplomado, licenciatura, especialidad o maestría, en universidades públicas o privadas. Algunas de las universidades que ofrecen estudios relacionados con esta área están en EDOMEX, Campeche, Hidalgo, Chiapas Cd. Juárez, Guadalajara, Veracruz, Tlaxcala, la UNAM y existe la Asociación Mexicana de Gerontología y Geriatría.
En conclusión, el envejecimiento acelerado de la población es un desafío global que requiere respuestas integrales y sostenibles desde la política pública. La tendencia hacia una sociedad con una proporción cada vez mayor de adultos mayores demanda medidas concretas para garantizar su bienestar integral, incluyendo salud, acceso equitativo a servicios sociales y participación activa en la vida comunitaria. Es alentador ver iniciativas como el Instituto para el Envejecimiento Digno en la Ciudad de México, que promueven un envejecimiento saludable y digno a través de programas educativos, de salud y sociales.
Para enfrentar este reto de manera efectiva, es crucial fortalecer la capacitación en gerontología y expandir la oferta educativa en esta disciplina. Esto no solo preparará profesionales especializados en atender las complejidades del envejecimiento, sino que también contribuirá a construir una sociedad más inclusiva y empática hacia sus miembros mayores. Así, podemos transformar el panorama social hacia uno más justo y equitativo, donde cada individuo, sin importar su edad, pueda vivir con dignidad y plenitud.