Saldrá Sara Bruna de la Fiscalía. Será demandada por abuso de autoridad
Álvaro Aragón Ayala
La especialista en la fabricación de delitos, Sara Bruna Quiñónez Estrada, quien le pega ya a los 70 años de edad, dejará la titularidad de la Fiscalía General de Justicia argumentando que es víctima de una enfermedad crónica degenerativa sumada a otros padecimientos físico-biológicos-mentales. Es evidente la ausencia de Sara Bruna en la Fiscalía y cuando acude a su despacho no recibe a nadie porque se reporta “enferma”.
La salida de la funcionaria estatal se registrará a escasos días de que el cuerpo de abogados de la Universidad Autónoma de Sinaloa interponga en su contra una demanda por abuso de autoridad, coalición de funcionarios públicos y otros delitos contemplados en la Ley de Responsabilidades de los Funcionarios Públicos y en el Código Nacional de Procedimientos Penales.
La Fiscal es uno de los brazos ejecutores del gobernador Rubén Rocha Moya y el secretario general de Gobierno con licencia y candidato electo al Senado, Enrique Inzunza Cázarez, en la persecución política y judicial enderezada contra los directivos de la UAS, a quienes se les ha inventado delitos y montado demandas penales usando “denuncias periodísticas” prefabricadas en el Tercer Piso del gobierno estatal.
Al inventar delitos sin sustento jurídico, desmontados por sentencias emitidas por varios Jueces Federales, Sara Bruna Quiñónez, junto con Emma Guadalupe Félix Rivera de la Auditoría Superior del Estado y el titular de la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica, Ángel Angulo Cázarez, incurrieron en delitos graves. Abogados de la UAS se disponen entonces a interponer demandas de carácter penal contra los funcionarios públicos confabulados.
Sara Bruna Quiñónez realiza apariciones públicas de manera esporádica, en las cuales se le nota nerviosa, súper estresada, insegura y a veces temblorosa. A los días de que fue designada Fiscal impuso como norma entre su círculo de allegados la práctica de yoga para “ayudarse mentalmente” y contrató a un asesor de imagen que no le ha servido para nada. Recibe, además, tratamiento “especial” en una cámara hiperbárica.
Cuando visita su oficina, secretarias, personal de ayudantía y de seguridad la ven cargando un “costal de medicamentos”. El periodista Osvaldo Villaseñor dijo que “de buena fuente nos enteramos que padece una enfermedad crónica degenerativa que le imposibilita seguir en el cargo” de Fiscal General de Justicia. Se especula que podría ser principios de Alzheimer.
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