Los muertos no tienen partido
Josefina Vázquez Mota
“Celaya está de luto”, fue lo que dijo el candidato Javier Mendoza Márquez, tras el cobarde asesinato de Gisela Gaytán. Pero no es solo Celaya el que está de luto, es todo el país, porque en diversos municipios han asesinado a 22 candidatas y candidatos.
Los muertos no tienen partido, y por eso es preciso dejar de echar culpas y mejor, unificar voces en contra de la violencia y la inseguridad que se vive diariamente en los municipios de nuestro país.
Politizar y usar electoralmente a quienes han perdido la vida en este proceso electoral, es ruin y perverso. Cruzar culpas no resolverá nada y sí enrarece el clima electoral que de por sí ya está viciado entre tantos descalificativos y guerra sucia.
Usar a nuestros muertos para golpeteo político o electoral, no solo baja el nivel de la contienda, sino que nada abona al dolor de la familia y mucho menos a la investigación y detención de los presuntos responsables.
Todos los partidos hemos sufrido la muerte de uno o varios candidatos o candidatas, entonces por qué señalar en lugar de sumar esfuerzos para evitar más muertes. Sacar raja política en estos tiempos debería de darnos vergüenza.
Justo por ser la elección más violenta en la historia del país, debemos unificar voces contra los criminales que sin pudor asesinan a quienes representan un proyecto político, coalición e ideología.
La sociedad mexicana está cansada y hastiada de que la clase política se la pase echando culpas, descalificando y evitando asumir responsabilidades.
Hoy, nadie quiere ser candidata o candidato en algunos municipios del país por miedo a ser asesinados o por poner en riesgo a su familia, y eso pone en riesgo nuestra democracia.
La violencia del crimen organizado nos ha alcanzado a todas y todos, y mientras no haya un alto en el camino, esto continuará y será cada día más difícil de revertir.
Es inaceptable que como candidata o candidato no puedas hacer campaña libremente por las calles de un municipio, distrito, estado, por miedo a perder la vida.
Merecemos un México sin miedo, un México de paz y justicia, un México en el que podamos ejercer nuestros derechos políticos, en el que ser candidata o candidato no te cueste la vida, ni la tranquilidad de nuestra familia.
Basta de echar culpas y señalamientos. Hagamos un tregua política, busquemos coincidencias y unifiquemos estrategias que nos pongan a todas y todos a salvo, porque los muertos no tienen partido.