En seis años, la 4T sólo deslegitimó el movimiento feminista: activistas
Gloria Leticia Díaz
A unos meses de que concluya la administración de Andrés Manuel López Obrador al frente de la Presidencia de la República, y en pleno inicio de campañas electorales para relevarlo, la deuda con las mujeres sigue pendiente, sin visos claros de un cambio, a pesar de que dos de los tres aspirantes a sucederlo son mujeres, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
Datos oficiales y la experiencia en terreno de feministas y defensoras de derechos humanos alertan sobre la violencia feminicida y la ausencia de programas efectivos para disminuir los índices de agresiones a mujeres, los cuales son algunos de los factores que moverán a miles de mujeres este viernes 8 en las principales ciudades del país.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), la tendencia de muertes violentas de mujeres durante lo que va del sexenio de López Obrador se mantuvo en alrededor de 11 víctimas al día, al registrarse 19 mil 110 mujeres asesinadas del 1 de diciembre de 2018 al 31 de enero de este año.
De ese total, los datos oficiales con base en información de las 32 fiscalías estatales, alertan que sólo 25.36%, es decir, 4 mil 847 de las muertes fueron clasificadas como feminicidios, mientras el resto, 14 mil 263 fallecimientos, fueron tipificados como homicidios dolosos.
En ese mismo periodo, el SESNSP contabilizó 17 mil 859 homicidios culposos de mujeres, que serían aquellas muertes derivadas de una acción negligente o involuntaria.
Denuncias
La información recabada por el SESNSP arroja un aumento en las denuncias por violación, al pasar de 15 mil 322 en todo el año 2018 a 22 mil 727 al cierre de 2023, observándose un incremento paulatino en los últimos cinco años, de manera que del 1 de diciembre de 2018 al 31 de enero de 2024, las denuncias por ese delito fueron de 103 mil 417.
El reporte oficial considera también las denuncias por violencia familiar, que si bien no están desagregadas por género ni edad de la víctima, es sabido que en esos casos la mayoría son mujeres y niños y niñas. Así, del 1 de diciembre de 2018 al 31 de enero de 2024, los órganos de procuración de justicia reportaron un millón 882 denuncias por violencia familiar.
El último informe de la dependencia incluye los reportes al 911 por violencia familiar, que en el mismo periodo superaron más de 100% el número de denuncias presentadas, al contabilizarse 2 millones 684 mil 323 llamadas de auxilio.
Cabe destacar que el SESNSP tiene una clasificación de delitos de violencia de género distinta a la violencia familiar, en la que se observa un crecimiento sostenido de denuncias ante las fiscalías estatales en el periodo de análisis.
Mientras que en diciembre de 2018 se registraron 146 denuncias por violencia de género, en el mismo mes de 2023 éstas fueron 434, sumando del 1 de diciembre de 2018 al 31 de enero de 2024, 23 mil 926 querellas.
Para feministas, la gestión de López Obrador queda mucho a deber y tienen serias dudas de que el panorama cambie para las mujeres en la siguiente administración, a pesar de que, muy probablemente, una mujer sea su sucesora, sea la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, o Xóchilt Gálvez, de la coalición del PRI-PAN-PRD.
Ataques a feministas
Integrante del colectivo Brujas del Mar, que en 2020 fue blanco de ataques cibernéticos y de descalificaciones desde la tribuna de Palacio Nacional por promover un paro nacional de mujeres el 9 de marzo de ese año, Arussi Unda Garza evalúa que el sexenio de López Obrador “fue muy complicado para las mujeres, no sólo porque las cifras de feminicidios van en aumento, sino porque en política pública lo que vimos fueron recortes presupuestales para dirigirlos a las megaobras, y la situación se agravó aún más con la pandemia, afectando de manera preponderante a las mujeres”.
Originaria de Veracruz, Unda Garza fue considerada por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes en el mundo luego de haber diseñado el cártel de la campaña del paro nacional de mujeres ante la violencia feminicida, a la que en un principio se sumaron personajes como la entonces secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero y la esposa del presidente, Beatriz Gutiérrez Müller, quien reculó después de que López Obrador embistiera contra la movilización y las Brujas del Mar llamándolas “conservadoras”.
“Aquí seguimos. No lograron tumbarnos porque las demandas ahí siguen, la deuda sigue. Desafortunadamente no vemos que las candidatas, Claudia o Xóchilt, las consideren en los programas, y no quiero que se confunda, que se piense que no confiamos en las mujeres para gobernar, sino que son estas candidatas en particular.
“Por un lado, Claudia, cuando fue jefa de gobierno en la Ciudad de México, fue enemiga del movimiento feminista, lo reprimió, mientras que los feminicidios y desapariciones de mujeres y niñas iban en aumento. Nos aterra pensar en que su lema de campaña es más de lo mismo. Y por el otro lado, Xóchilt no viene de una tradición feminista, no hay claridad en sus propuestas para garantizar a las mujeres una vida libre, sin violencia, sin contar con que ambas candidatas en realidad responden a partidos políticos controlados por hombres”, apunta.
Criminalización del movimiento
En entrevista por separado, Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios (RNR), coincide en que ser mujer no significa ser feminista, por lo que comparte las reservas a las punteras en las encuestas, sobre todo en el caso de Sheinbaum, de quien dice que ni como alcaldesa de Tlalpan, alcaldía donde vive la defensora, ni como jefa de gobierno, dio respuesta efectiva a las mujeres, “al contrario, criminalizó el movimiento feminista”.
Resalta que las cifras de violencia contra las mujeres son más que elocuentes para evidenciar la falta de atención integral a más de 51% de la población, y que es prueba de que los programas sociales de la actual administración no son la panacea para problemas tan graves.
Un botón de muestra del desinterés en proteger a las mujeres es que para este año el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024 “sólo contempla un incremento de 0.02% para los refugios de mujeres, lo que es prácticamente nada, considerando la inflación, y peor aún, que las entregas son tardías. El año pasado hubo refugios que recibieron los apoyos el 27 de diciembre”.
Para este año, el fondo destinado para los refugios de mujeres violentadas y sus hijos es de 485 millones 673 mil 998 pesos, que representa un aumento de 119 mil 025 pesos a lo canalizado el año pasado, y que será distribuido en 111 proyectos, 72 refugios y 39 centros externos de refugios.
Figueroa no descarta que durante los últimos cinco años hubo avances legislativos a favor de las mujeres, como “la declaratoria de constitucionalidad del aborto, la ley que habla de la violencia química o ácida, la ley vicaria”, reformas que fueron impulsadas por el movimiento feminista “frente a un gobierno que estuvo todo el tiempo criminalizando y deslegitimando a las organizaciones y al movimiento feminista”.
Insiste en que en el balance de fin de sexenio lo que se aprecia es “un incumplimiento total de un presupuesto sin perspectiva de género, que no combate las brechas de desigualdad y deuda histórica para la población infantil, como la inoperancia de programas para atender a los huérfanos de víctimas de feminicidio, aunado a que en América Latina seguimos siendo el primer país con abuso sexual infantil, el primer país con embarazos infantiles y adolescentes producto de abuso sexual”
Ante el escenario electoral inédito en que dos mujeres compiten por la presidencia, Wendy Figueroa se asume como “muy pesimista o muy realista”, pese a que su participación en los comicios “ciertamente amplían las posibilidades de que haya un cambio”, que sin embargo no se advierte con claridad.
“No veo que la situación de México cambie si ellas no tienen un cambio real y efectivo, que rompa con el pacto patriarcal y con esas estructuras de poder que aun siendo mujeres las pueden replicar. Lo podemos ver en las agendas que han presentado, son endebles, pinceladas, no nos dicen los cómos, no hablan de una agenda inclusiva que incluya a la sociedad civil, a las mujeres víctimas de violencia, a las madres buscadoras. Eso necesitamos ver, el antes y después de las elecciones, y seguir exigiendo que nunca más sin nosotras ni sobre nosotras, como ha estado sucediendo”, concluye Wendy Figueroa.