¡Más pruebas: Morena atrapado por narcos!

Ricardo Alemán

Las pruebas abundan y están a los ojos de todos.

Lo cierto es que no ven esas pruebas, sólo quien se niega a verlas.

Y es que tanto los gobiernos estatales y municipales de Morena, como el gobierno federal, son abiertos aliados de los principales cárteles criminales que operan en México.

Pero si lo dudan, vamos directo a los hechos, a los datos duros.

1.- El pasado domingo, durante el mayor espectáculo mundial, la final del fútbol americano en Estados Unidos –el Súper Bowl–, la botana preferida de millones de aficionados en ese país fue el aguacate, fruta que año con año es consumida de forma masiva.

En esta ocasión se calcula que se exportaron de México a Estados Unidos casi 150 mil toneladas de la fruta –algo así como 54 millones de aguacates–, de un negocio que representa la nada despreciable suma de 3 mil 300 millones de dólares anuales.

Pero resulta que casi el 30% del negocio –casi 100 mil millones de dólares–, está en manos del Cártel de Jalisco, que amenaza, extorsiona y mata a los aguacateros de Michoacán que se niegan al pago de “cuota” o “piso”.

¿Y qué hacen los gobiernos municipales y estatal de Michoacán frente a tal despliegue criminal? 

No hacen nada ya que los tres órdenes de gobierno –municipales, estatal y federal–, mantienen un código de complicidad con el Cártel Jalisco.

Y si lo dudan, así lo dijo el creador de las autodefensas de Michoacán, Hipólito Mora –en junio del 2023–, días antes de ser asesinado: “Lo cierto es que el gobierno tiene toda la información de lo que hace el crimen organizado en Michoacán ¿Qué pasa? ¿Por qué no los detienen? Porque los necesitan para la próxima elección”. (Fin de la cita)

Por tanto, no es casual que, legisladores republicanos hayan presentado una iniciativa de Ley que –de ser aprobada en el Congreso de Estados Unidos–, obligaría a su gobierno a “exterminar” al Cártel Jalisco Nueva Generación; grupo criminal que también lleva votos a las urnas a favor de Morena.

2.- En su edición del pasado 9 de febrero del 2024, el diario Debate de Culiacán, reveló que el Consejo Estatal de Seguridad Pública había detectado que en Mazatlán las bandas criminales llegaron al extremo de cobrar a los usuarios el servicio de energía eléctrica. Sí, de ese tamaño.

Así lo explica el diario en las primeras líneas de la nota principal de esa fecha: “El crimen organizado empieza a cobrar a los ciudadanos de Sinaloa por servicios públicos, usando la misma infraestructura de las dependencias federales, alertó el gobernador, Rubén Rocha Moya”. (Fin de la cita)

A pesar de la gravedad del asunto, la noticia no ameritó un solo comentario de López Obrador, tampoco reacción alguna de la Secretaría de Seguridad federal y, en el extremo del “valemadrismo”, no ameritó primera plana en ninguno de los diarios de la llamada Prensa Nacional.

Lo más curioso del asunto es que Rocha Moya llegó al gobierno estatal de Sinaloa con el apoyo de los grupos criminales dominantes en la entidad, los mismos que parece que han empezado a cobrar en especie su apoyo político.

3.- El estado de Zacatecas es tierra de nadie. Por tanto, no hay gobierno, no hay autoridad y tampoco gobernabilidad, al extremo de que en los últimos 10 días han sido asesinados dos integrantes de la familia Monreal; un cuñado y un sobrino del gobernador David Monreal y del senador Ricardo Monreal.

Lo cierto es que Zacatecas está en manos del crimen organizado y así fue desde que llegó al ejecutivo estatal, David Monreal; impuesto como gobernador por los grupos criminales que dominan la entidad.

Por esa razón –porque le debe los votos a crimen organizado–, David Monreal se negó a prometer que combatiría al crimen y, en cambio, encomendó su gobierno “a la voluntad de Dios”. Hoy los criminales cobran con la vida de familiares y nadie dice nada; ni el presidente, ni el gobierno estatal, ni el Senado, ni la Sedena y menos la Marina. Complicidad total.

4.- El estado de Guerrero está en la misma ruta de un “narco-gobierno” estatal. Resulta que la “gobernadora títere” Evelyn Salgado ya no vive en el estado, ya que dejó la plaza a las mafias criminales que día a día controlan más actividades económicas.

En Guerrero todas las actividades productivas están en manos del crimen; alimentos, transporte, turismo, servicios públicos, venta de gasolina, venta de agua, de cerveza y… todo. ¿Y qué dicen en Palacio de ese “narco-estado”. Silencio de complicidad.   

5.- Morelos está igual. El pasado fin de semana, en una visita de López Obrador al estado, la multitud abucheó al gobernador Cuauhtémoc Blanco. De inmediato el presidente defendió al inútil mandatario, quien ha aparecido en numerosas imágenes en reuniones con jefes del crimen organizado.

Y si lo dudan, al día siguiente de la visita presidencial a Morelos, en los principales municipios de la entidad aparecieron más de 25 mantas de distintos grupos criminales que se disputan el estado. Y silencio en Palacio.

6.- Pero en donde es más evidente el asalto del crimen organizado, es en la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum. En días pasados, por ejemplo, se convirtió en tendencia una fotografía de Claudia con el gobernador de San Luis Potosí, de nombre Ricardo Gallardo, quien estuvo preso por sus vínculos con el crimen organizado y señalado por el propio AMLO como “mafiosillo”.

7.- También en días pasados, Latinus dio a conocer el desvío de recursos públicos de Rigoberto Salgado, operador electoral de Claudia y secretario de Bienestar en su gobierno.

Pero lo que no dijo Latinus, es que “Rigo” Salgado es el jefe del Cártel de Tláhuac y que por años fue lugarteniente del criminal motejado como “El Ojos”, que fundó ese Cártel durante el gobierno de AMLO en el DF.

8.- Se trata del mismo grupo criminal que controla la venta de agua potable en Iztapalapa y Tlalpan; el mismo grupo que protege a los asaltantes y ladrones de automovilistas en toda la capital del país. Y, por si fuera poco, Rigoberto Salgado y sus hermanos –conocidos como “Los R”–, hoy coordinan la campaña territorial de Clara Brugada.

9.- El sureste del país es otro infierno y destaca el estado de Tabasco, en donde la violencia es creciente por la lucha de las bandas criminales. No es novedad que el ex gobernador y ex secretario de Gobernación, Adán Augusto mantuvo nexos con narcotraficantes.

Pero apenas la madrugada del pasado domingo, un hombre asesinó a balazos a tres jóvenes en medio de una riña en un conocido bar de Villahermosa. Uno de los jóvenes asesinados mantenía vínculos políticos con la familia de Adán Augusto.

La anterior es sólo una parte mínima de los nexos del partido Morena, de sus gobiernos y candidatos, con el crimen organizado.

Y si la complicidad con las mafias criminales es de ese tamaño, ya pueden imaginar la complicidad electoral en junio próximo.

Al tiempo.

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