Cuén y Xóchitl: garantía de triunfo de la alianza opositora en Sinaloa

Álvaro Aragón Ayala

La alianza del Partido Sinaloense con la coalición de partidos Fuerza y Corazón por México y el trato especial que otorgó Xóchitl Gálvez Ruiz a Héctor Melesio Cuén Ojeda elevó la competencia electoral en Sinaloa y ofrece la percepción de una derrota anunciada de los candidatos al Senado de la República de Morena y de sus abanderados a alcaldías y diputaciones federales. El fallido gobierno de Rubén Rocha Moya corre el riesgo también de perder el control político del Congreso Local. No hay elementos de peso para vaticinar triunfos de Morena en los distritos electorales locales.

El pacto político-electoral de Cuén Ojeda con las fuerzas de oposición es clave para consolidar la presencia de Xóchitl en un territorio en el que Rocha Moya “despanzurró” al PRI y al PAN, pero en el que, paradójicamente, los propios morenistas libran batallas internas y gritan el repudio a la lista de candidatos del gobernador que tomó por asalto a Morena para imponer a sus candidatos y prospectar un Maximato con hijos, ahijados, primos y compadres.

La Cuarta Transformación o Transformación de Cuarta, como la califica el vulgo, carecerá ahora del respaldo de la militancia y la dirigencia estatal del PAS y se moverá en un escenario adverso, muy distinto a los del 2018 y el 2021. Rubén Rocha gobierna “con los pies” generando el caldo de cultivo para su derrota. Morena sólo podría ganar las elecciones a través de un megafraude electoral y si la oposición desaprovecha los negativos del gobierno fallido.

A su arribo al aeropuerto de Los Mochis, en su gira de acercamiento con los integrantes de la alianza, una Xóchitl Gálvez efusiva abrazó a Héctor Melesio Cuén que lidera el PAS, partido con más de 170 mil afiliados en la entidad y que en un plan estratégico de crecimiento, con una nueva dinámica, busca que su militancia le ayude a multiplicar el voto y a garantizar victorias contundentes. La candidata de la oposición tiene un diagnóstico que ejemplifica la trayectoria y el empuje del PAS.

Xóchitl Gálvez posee la radiografía electoral de Sinaloa. Sabe que la elección que se desarrollará en la entidad es complicada porque el gobernador Rubén Rocha actúa como un autócrata e invertirá millones de pesos del erario y de los poderes fácticos para intentar ganar las elecciones y empotrar como Senador de la República a Enrique Inzunza Cázarez, a quien perfila como su heredero. Rocha se sacude al interior de Morena a todo aquel político o aspirante que exige apertura democrática en la elección de candidatos morenistas.

Con una elección de Estado en puerta, el mejor aliado para prospectar la derrota de Morena y sus candidatos y la de Rubén Rocha es Héctor Melesio Cuén quien cuenta con una estructura política territorial envidiable, con activistas en los 20 municipios de Sinaloa, a contracorriente del PRI y del PAN que le están entrando a la contienda de manera tibia, temerosa. En los municipios, las dirigencias del tricolor y del blanquiazul “no le ponen el cascabel al gato”: no levantan la voz de protesta contra el gobierno rochista ni contra los alcaldes que trabajan en la desarticulación de ambos partidos.

En Ahome, la militancia del Partido Sinaloense demostró, en El Carrizo y Los Mochis, una capacidad de movilización y concentración que sorprendió a Xóchilt Gálvez, quien reconoció que los seguidores de Cuén Ojeda son gente entrona y trabajadora. El dirigente del PAS demostró que él no anda jugando “a las comiditas” en asuntos políticos electorales y en su participación, en uno de los eventos masivos, desnudó la corrupción del gobernador Rubén Rocha Moya, principal opositor a Xóchitl y de los futuros candidatos de la alianza opositora.

Porque saben de que será un factor clave en la contienda electoral, los dirigentes de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática prácticamente se colgaron de Cuén Ojeda quien les atestó los eventos con militantes y simpatizantes pasistas. En no pocas ocasiones Xóchilt Gálvez apapachó al dirigente del partido estatal, lo cual fue interpretado como la consolidación de una alianza que no tiene reversa ni vuelta de hoja.

Xóchitl Gálvez sabe bien quién es Héctor Melesio Cuén y de su trabajo como Rector que llevó a la transformación de la Universidad Autónoma de Sinaloa, conoce su participación en varias campañas en las que ha sido victimas de deslealtades. Entiende que el gobernador Rubén Rocha Moya, identificado como un malagradecido y traidor, persigue al dirigente del PAS por temor a que crezca y que le frene su proyecto de eternizarse en el cargo a través de Enrique Inzunza a quien “a huevo” intenta convertir primero en Senador para después imponerlo como gobernador de Sinaloa.

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