1994 en 2024: “tremenda lucha por el poder”
Carlos Ramírez
El recordatorio simbólico de 30 años del alzamiento zapatista pareció dejar de lado una nueva oportunidad para replantear dos temas que estuvieron asociados al año de 1994: el asesinato del candidato presidencial priista Luis Donaldo Colosio y el arranque formal del Tratado de Comercio Libre de Norteamérica.
Todos estos hechos –y otros menores también articulados– fueron conjuntados en una interpretación política del expresidente Carlos Salinas de Gortari que no debe desdeñarse: su carta pública fechada el 3 de diciembre de 1995 para cerrar el amargo ciclo del colapso mexicano que había comenzado en mayo de 1993 con el impactante asesinato del cardenal católico Juan Jesús Posadas Ocampo.
El escenario político de 1994 que debe tener una lectura estratégica en 2024 cae en el terreno de definición teórica que ya ha venido desarrollando el académico Miguel Basáñez: la crisis de gobernabilidad que comenzó en 1968 como una disputa por la hegemonía en México (Siglo XXI Editores), pasando del viejo consenso revolucionario de 1928 al movimiento estudiantil del 68 como un reflejo de la lucha facciosa por el poder en la sucesión adelantada de 1970 que implicó una ruptura de grupos de poder y bloques hegemónicos que ya no configuraban el modelo hasta sentimental de la “familia revolucionaria”.
Los hechos y circunstancias no se repiten pero sí establecen canales de interpretación que pudieran estar creando el escenario de una repetición en el 2024 de las disputas hegemónicas en las élites del poder en 1970, 1976, 1982, 1988 y 1994, con el dato adicional de que la alternancia partidista del 2000 habrían sido producto también de una lucha por la hegemonía en el país a partir del modelo de Basáñez de la hegemocracia como forma de ejercicio del poder a partir de coaliciones y ya no liderazgos absolutistas.
Salinas desdeñó los elementos que configuraban una lucha por la hegemonía y se encontró en 1994 con un rompecabezas de diferentes tableros, así como el presidente López Obrador hasta hoy no ha mostrado sensibilidad para atender las protestas en tiempo sucesorio que responden a una nueva fase de la lucha por la hegemonía. Los escenarios de 1994 y 2024 tienen parecidos:
–La disputa por la nación entre populistas y neoliberales.
–Los desacomodos en las élites por decisiones presidenciales que configuraron personalidades para la nueva economía en 1994 y en 2024.
–La ruptura en el enfoque presidencial de Salinas al apostar todo a favor de Colosio y bloquear a Manuel Camacho Solís, pero sin atender una alianza estratégica Colosio-Camacho el 22 de marzo para romper la continuidad neoliberal y otorgarle prioridad a la reforma política; en 2024, López Obrador apuesta todo a Claudia Sheinbaum, pero desde dentro hubo presiones para replantear las prioridades del proyecto de la 4-T a través de concesiones políticas a Marcelo Ebrard Casaubón y Ricardo Monreal Avila, que le quisieron quitar a López Obrador la decisión sucesoria.
–Aunque con poca influencia real en los sucesos políticos, la violencia y el crimen organizado descompusieron el escenario en 1994 comenzando con el asesinato del cardenal Posadas y los grupos delictivos comenzaron a cooptar corrientes políticas, algo similar a lo que está ocurriendo con mayor intensidad en 2024.
–Ante el asesinato de Colosio justo en la coyuntura de su pacto político con Camacho, Salinas enfrentó presiones para ceder espacios de su proyecto en aras de la estabilidad política con candidatos suplentes de la vieja política, pero decidió la candidatura suplente del tecnócrata Ernesto Zedillo, entendiendo después que la ruptura Zedillo-Salinas se dio para salvar a Zedillo de la tesis del beneficiario del crimen; las presiones al interior de los diferentes grupos no consolidados de la 4-T aconsejaron no darle la candidatura a Sheinbaum y mantienen a Ebrard y a Monreal en disposición.
–En su carta del 3 de diciembre de 1995, Salinas señaló a los grupos populistas del viejo régimen priista anterior a la reforma neoliberal y su ideología de “liberalismo social” de haber estado detrás de toda la crisis del 1993-1995 que el propio Salinas caracterizó como “una tremenda lucha por el poder” y por “el proyecto de nación”. López Obrador encara oposiciones internas de exaliados ahora como piezas de la oposición conservadora y antilopezobradorista y en algunos niveles preocupados del lopezobradorismo ven los perfiles de una tremenda lucha por el poder político y el proyecto de nación en la elección de junio de este año.
Las elecciones de 1994 y 2024 enfrentan una tremenda lucha interna por el poder entre el neoliberalismo salinista y el populismo lopezobradorista.