Crece repudio en EU por discurso ‘hitleriano’ de Trump contra migrantes

David Brooks y Jim Cason

El repudio a las declaraciones antimigrantes de Donald Trump por un creciente coro de políticos demócratas, defensores de derechos humanos e inmigrantes incluyeron acusaciones de emplear retórica hitleriana al reiterar que los indocumentados están envenenando la sangre del país, pero aun así el liderazgo demócrata sigue negociando medidas antimigrantes del mismo tipo que se usaron bajo el gobierno de ese ex presidente.

Trump, continuando con su talento de captar atención, reiteró que los inmigrantes indocumentados que invaden a Estados Unidos están envenenando la sangre de nuestro país el sábado pasado en un mitin en Nueva Hampshire, frase que ya había provocado condenas de una amplia gama de críticos durante las últimas semanas, pero que se intensificaron durante las últimas 48 horas con acusaciones de que tiene un tinte fascista. Sin embargo, para otros era sólo una modificación de su retórica antimigrante con la cual estrenó su primera campaña electoral en 2016 que culminó con su conquista de la Casa Blanca.

Su frase ahora acompaña propuestas de enviar miles de tropas para sellar la frontera con México, construir una red de campamentos de detención masiva de inmigrantes, así como lanzar una operación de deportación sin precedente.

La Casa Blanca declaró que “hacer eco de la retórica grotesca de fascistas y supremacistas blancos violentos… son ataques peligrosos sobre la dignidad y derechos de todos los estadunidenses, nuestra democracia y la seguridad pública”, según el mensaje del vocero Andrew Bates. Biden, sin mencionar a su probable contrincante en la elección presidencial de 2024, comentó el fin de semana que hoy día hay aquellos que siguen demonizando a los inmigrantes y abanican las flamas de la intolerancia. Está mal. La vez pasada que Trump usó esa misma frase, Biden señaló que era un eco de las mismas frases que se usaban en la Alemania nazi.

Pramila Jayapal, presidenta del caucus progresista del Congreso –compuesto con más de 100 legisladores federales–, declaró que la retórica de Trump es deshumanizante y fascista, resumiendo las denuncias de un amplio coro de detractores.

El comentarista y conductor de noticieros en MSNBC dijo en X que “es el clásico Trump: di algo loco o atroz, tipo neonazi, y obtienes titulares, genera denuncias. Espera un poco, dilo de nuevo, y nadie se da cuenta, no se cubre, se normaliza… Seamos claros: migrantes ‘envenenando la sangre’ es retórica de Hitler”.

Tal vez Trump es un poco más hitleriano al usar algunas frases particulares que tienen resonancia con neofascistas y otros supremacistas blancos que siempre han sido parte de sus bases, pero su mensaje antimigrante ha sido constante desde su primera campaña, la cual arrancó con un ataque particularmente destinado a los inmigrantes mexicanos.

El domingo continuó con el mismo mensaje de siempre en un par de mítines al acusar que esto es una invasión, es como una invasión militar. Drogas, criminales, miembros de pandillas y terroristas están viniendo a nuestro país en niveles récord. Nunca hemos visto algo así. Están tomando nuestras ciudades. En otro evento afirmó que tan pronto gane la presidencia de inmediato empezaremos a parar las hordas de inmigrantes ilegales que están atravesando nuestra frontera por cientos de miles.

Trump y sus estrategas, junto con su competencia para la candidatura republicana dentro de su partido, siguen apostando a que esta retórica será efectiva para sus fines electorales y por ahora lo están comprobando al derechizar el debate nacional sobre migración.

Una vez más, han logrado poner a Biden y a los demócratas a la defensiva sobre el tema migratorio a tal nivel que la Casa Blanca ahora está negociando con el liderazgo republicano del Congreso para aceptar medidas antimigrantes del tipo que utilizó Trump en la frontera –incluyendo efectivamente anular el derecho al asilo, la deportación expedita, detenciones masivas y más– a cambio de la aprobación de asistencia militar para Ucrania e Israel.

O sea, en los hechos, la Casa Blanca y una parte del liderazgo demócrata, mientras denuncian la retórica, están dispuestos a ceder ante la ofensiva antimigrante de los republicanos y su líder.

En medio de todo esto, y sin ninguna señal de que haya algo un poco irónico en el hecho, el Departamento de Estado reconoció el Día Internacional del Migrante, donde afirma que es crucial que los países amplíen las vías legales, protejan a los migrantes vulnerables, favorezcan la inclusión e impulsen políticas y proceso para promover una migración segura, ordenada y humana y, sin titubear, afirma que Estados Unidos está decidido a liderar estos esfuerzos a nivel mundial.

Share

You may also like...