La operación cicatriz de Morena

Rosy Ramales

¿Qué les pareció la designación de Clara Brugada como coordinadora para la Defensa de la Transformación en la Ciudad de México, que la coloca como virtual candidata de Morena (ya aliados) a la jefatura de gobierno de la capital del país?

Pareciera ser la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el deseo de la virtual candidata a sucederlo, Claudia Sheinbaum Pardo, quien hubiese preferido a Omar García Harfuch, persona tan de su confianza que llevó la seguridad pública de la CDMX.

Vaya, pues cómo explicar la determinación de los órganos competentes de Morena de otorgar la candidatura capitalina a Brugada en vez de Harfuch cuando éste le sacó alrededor de 14 puntos de ventaja en la encuesta interna.

La explicación formal es la razón de género, aunque el partido guinda tenía ocho entidades más para elegir al menos cinco donde postular candidatas mujeres, considerando además que quizá en la Ciudad de México aplicaría el principio de alternancia por lo cual se veía probable que la coordinación (candidatura) capitalina morenista correspondiera a hombre.

Y un hombre además impulsado por la inminente candidata presidencial de la “4-T”, a la cual AMLO le dio el bastón del mando político del movimiento. Un simbolismo al que no recurrieron sus antecesores, porque en la praxis política era regla que una vez habiendo candidatura presidencial, en mandatario en turno fácticamente le entregaba el mando político y se hacía a un lado para que su probable sucesor pudiera operar, de entrada palomeando las candidaturas a los demás cargos populares.

Ahora parece distinto. Al menos así se puede percibir la decisión sobre la virtual candidatura al gobierno de la Ciudad de México, donde Sheinmbaum no pudo poner a Harfuch.

Sin embargo, la decisión (que no deja de ser de AMLO) también puede obedecer a privilegiar la unidad morenista en la Ciudad de México, pues sería más fácil convencer a Harfuch, vía Sheinbaum, de sumarse a Brugada sin mayor escándalo. Como al parecer ocurrió.

O a la inversa, convencer a Claudia para comunicar a Harfuch que no sería el candidato a la jefatura de gobierno, en cambio tiene la opción de entrar en automático como abanderado al Senado de la República encabezando la segunda fórmula. Un cargo popular probable de ganar y con suerte se convierte en el líder de la Cámara Alta, salvo que la oposición arranque imparable para dejarlo en segundo lugar, que de todas maneras entraría como senador.

Entonces, la designación de Brugada puede verse como el sacrificio de Harfuch con la venía de Sheimbaum en aras de la unidad morenista. Esto y el premio de consolación de competir por un escaño de manera automática, forman parte (según parece) de la operación cicatriz emprendida por Morena para contener desbandadas. Clara quizá se hubiese ido o no se hubiese sumado.

Algo similar aplicaron en otras entidades (de las nueve que el próximo año renovarán gobierno local) para evitar estrepitosas rupturas con la consecuencia de la renuncia de los aspirantes a gobernar su estado. Puede ser el caso de Puebla, donde la decisión de la dirigencia nacional de Morena no recayó a favor de Ignacio Mier Velazco, sino de Alejandro Armenta.

Nacho ha aceptado encabezar la primera fórmula poblana al Senado. ¡Qué sacrificado! A decir verdad, el premio de consolación para los perdedores de las encuestas a las gubernaturas, no es nada despreciable; más bien es como sacarse un premio mayor con un ‘cachito’.

En fin, que chueco o derecho, Morena y aliados se han puesto en ventaja frente a la oposición en sus procesos internos de selección de candidaturas y operación cicatriz. A ver si al final les resulta totalmente.

Por el momento, no hay mayor problema visible respecto a las gubernaturas y jefatura de gobierno.

PERO FALTAN CANDIDATURAS…

Sí, pero falta que Morena y aliados definan las candidaturas a las senadurías y diputaciones federales, así como diputaciones locales, alcaldías y presidencias municipales, para las elecciones concurrentes del 2024.

Para los cargos federales ya hubo convocatoria, que en estos momentos debe estar en la etapa de valoración de documentos y trayectoria de las personas aspirantes a alguna de las cámaras del Congreso de la Unión.

Y para quienes no resulten seleccionados ¿cuál será el premio de consolación? ¿La postulación a un cargo popular distinto al pretendido? Por ejemplo, si aspira a una senaduría, ¿le podrían dar la postulación a diputación federal o local? Y quién aspire a una curul y no resulte favorecido, ¿le darán candidatura a presidencia municipal? ¿Y viceversa?

Morena todavía no pasa el susto de las dimisiones, que de darse en el ámbito regional puede impactar hasta en la elección presidencial.

En fin, a ver qué pasa. Habrá que ver cual es el trabajo de bisturí de Morena.

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