Justicia purulenta en Sinaloa

Alfonso Carlos Ontiveros Salas

Quedó demostrado en la audiencia de manera fehaciente que la Fiscalía no tuvo pruebas para demostrar su imputación y aun así el Juez dictó el auto de vinculación a proceso en contra del Rector Jesús Madueña Molina.

La legalidad es una farsa en Sinaloa. La Auditoría Superior del Estado no está facultada para formular denuncias penales, tiene que dar vista a la Comisión de Fiscalización del Congreso del Estado para que se determine lo que jurídicamente proceda. No lo hizo así y aun con esa falta de formalidad el Juez lo omitió y se ajustó a cumplir la instrucción del Gobernador.

La justicia en Sinaloa es una vergüenza. Causan pena la Fiscalía y los jueces que se prestan revolcarse en el estiércol de la ilegalidad. Dictar un auto de vinculación a proceso desoyendo informaciones oficiales del propio gobierno del estado y de la federación de que la ASE no tiene competencia para auditar a la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Sinvergüenzamente el gobierno estatal divulgó a los medios de comunicación que el estado de Sinaloa otorgó recursos a la Universidad Autónoma de Sinaloa el año 2022 no obstante que la propia institución educativa reconoció que la UAS recibe del Estado recursos, pero estos son parte de las transferencias de los programas federales y no propios del gobierno del Estado.

Perversamente el juez de control se puso de rodillas ante sus amos que le ordenaron los términos en que debería dictar sus resoluciones. La Fiscalía sin pruebas solo estuvo en la audiencia reflejando la majadería en sus rostros por prestarse a los juegos perversos del gobierno cuando son supuestamente un órgano constitucional autónomo.

La purulencia judicial de Sinaloa enaltece la figura de un Rector que se sostuvo con la frente en alto hasta escuchar un veredicto que desacredita toda credibilidad a la judicatura estatal y a todo el gobierno de Sinaloa que desnaturaliza la razón el derecho y la legalidad.

La comunidad universitaria de la Universidad Autónoma de Sinaloa está agraviada, dolida y maltratada por las expresiones de un ejecutivo estatal que rebasaron toda prudencia y respeto al Rector Jesús Madueña Molina. Seguro habrá expresiones muy justificadas de repudio a una persecución política que la quisieron coronar con una prisión preventiva del Rector o una remoción del cargo, pero les tembló la mano por carecer de pruebas para poderlo sostener.

Los universitarios estaban decididos a manifestarse de manera inmediata y prestos a detener toda arbitrariedad gubernamental si se hubiesen atrevido a privar de la libertad al Rector o en su caso del cargo Rectoral.

La Universidad seguirá con la defensa legal porque no le dan tregua, apenas concluye esta porquería en la forma de dictar el derecho, cuando ya espera una audiencia inicial para el próximo día 23 de este mes de agosto, en la que el gobierno de nuevo será la fuente circense que derrame pus a través de sus fiscales esbirros y un juez arrodillado a su amo.

A la sociedad de Sinaloa, solo le queda emitir su veredicto imparcial que permita exhibir a un gobierno que está muy lejos de ser reconocido como respetuoso del derecho y la legalidad.

La UAS está de pie, sigue en su misión educadora. Su prioridad son los jóvenes que decidieron subir a las alas del águila que los llevará a la cúspide y el compromiso a una sociedad que ha sabido reconocer esfuerzos y calidades para que la educación uaseña siga siendo reconocida dentro y fuera del País.

Seguirán los atropellos contra la UAS y sus funcionarios, aun cuando tampoco hay pruebas para demostrar las imputaciones que mucho se han divulgado en los medios de comunicación comprados por el gobierno, seguro que en esos asuntos también dictarán resoluciones de vergüenza que merecerán el más absoluto repudio al poder judicial que se ha prestado a servir al ejecutivo.

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