Duarte Múgica, de general del “Operativo Tijuana” a aspirante a gobernador de Morelos
Dalila Escobar
General de División Diplomado de Estado Mayor en retiro, Alfonso Duarte Múgica busca ser el próximo gobernador de Morelos.
En entrevista con Proceso, dice que cuenta con el aval del secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, quien le expresó que, como ciudadano, está en su derecho de aspirar a la candidatura del estado.
Motivado por la inseguridad desbordada en la entidad, el general explica que pretende convertirse en el candidato de la oposición al gobierno del futbolista en retiro Cuauhtémoc Blanco, para lo cual ya está en conversaciones con diferentes partidos –que rehúsa identificar–, así como con organizaciones sociales y empresariales.
Con trayectoria en el combate a la delincuencia organizada en Baja California durante la Guerra contra el narco, declarada por el entonces presidente Felipe Calderón, el militar afirma que su propuesta para Morelos no es la de una política “de mano dura”, sino sólo de aplicación de la ley.
Debido a las restricciones de la legislación electoral “no puedo decir los partidos políticos (que me respaldan), pero son de la oposición; puede ser la alianza, partidos locales, pero ahorita estoy precisamente construyendo”, dice el divisionario.
Cuestionado sobre el significado de un eventual retorno de un militar al poder político, como ocurrió durante las primeras décadas del régimen priista, el exjefe militar se asume como un “general ciudadano que, como ciudadano, está queriendo contender para aspirar a la gubernatura. Es un término muy diferente respecto de la idea que tiene mucha gente de lo que puede ser militarismo”.
Explica que el mismo secretario de la Defensa Nacional le dijo que tenía todo el derecho de ser votado, “y pues como militar yo ya había cumplido unos 49 años de servicio, así es que no había ningún problema”.
Alternativa a la mano dura
La imparable violencia en Morelos y su experiencia en el combate contra el narco son dos de los argumentos que el general Duarte Múgica expone para buscar la gubernatura.
En el estado, explica, hace falta “un líder que pueda realmente coordinar todas las actividades para que cada persona pueda satisfacer sus objetivos de felicidad”.
Originario de Puente de Ixtla, donde nació en junio de 1954, cuenta que su aspiración política se debió a la insistencia de amigos y conocidos.
El general expone que fue sumando amistades locales, como empresarios y políticos, que conocen su trayectoria militar y su experiencia como comandante de la Segunda Región Militar, que abarca Baja California, Sonora y Baja California Sur, donde estuvo al frente de los operativos contra el narcotráfico en tiempos de Calderón.
Detalló que en el caso de Tijuana disminuyó los índices delictivos de 80% a tres 3 por ciento.
“De esta experiencia que se tuvo, ellos me dijeron ‘oye, pues lánzate para la gubernatura de Morelos, a ti sí te necesitamos’. Y la primera vez les dije que no estaba loco. La segunda ocasión volvieron a invitarme y también les dije que no.
En la tercera ocasión les dio el sí porque, entre otros hechos, un 31 de diciembre a su hijo le robaron la camioneta que le prestó y, en otro suceso, frente a su casa
“ejecutaron a un joven que se dedicaba también a la delincuencia organizada y otros incidentes que me comentaron mis compañeros. Entonces les dije que sí, que iba”.
Para Duarte Múgica la espiral de violencia en Morelos no se va a detener; resolver esa crisis “requiere de acciones contundentes, de una estrategia experimentada en resultados, no en ideas”.
En su búsqueda por la gubernatura dice tener también el apoyo de la sociedad civil y organizaciones cristianas y católicas. Ya ha participado en algunos foros universitarios y ha visitado a algunos sectores de trabajadores.
Apela al voto informado: “Tenemos que ver el índice de ignorancia que prevalece en nuestro país, el grado académico todavía es bajo y ese aspecto es lo que a la gente no le permite razonar y se va por la creencia de que ‘me cae muy bien esta persona’” para votar.
Por ello, pide que se analice a los candidatos, se vea su currículum y lo que ha hecho por su comunidad.
Insistente en la necesidad de revisar la estrategia de seguridad; afirma que se puede hacer con respeto a los derechos humanos. Niega que “el líder necesario” que propone para Morelos deba ser de mano dura: “Eso no debe de existir porque entonces sería una cuestión dictatorial… “Simple y llanamente tenemos que aplicar la ley sin distinción de clases, con pleno respeto a los derechos humanos”.
Cuestiona efectividad de apoyo social
Como comandante de la Segunda Región Militar, donde estuvo a cargo del “Operativo Tijuana” contra el narcotráfico, Duarte Múgica fue acusado de tortura ante la Procuraduría General de Justicia de Baja California (PGJBC) y hay menciones de él como jefe militar en la recomendación 87/2011 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (Proceso 1847).
Reconoce algunas de estas demandas, pero justifica que a su cargo tenía a tres mil personas operativas a sus órdenes; “si los dividimos entre 30, tengo 100 secciones, éstas normalmente hacían, cada una de ellas, cinco acciones operativas porque tenían la capacidad de destruir cinco plantíos de marihuana al día o más”.
Asegura que realizaba 150 acciones operativas diarias. “Si las multiplicamos por 30 días, pues ya serían mil 500, y si las complementamos al año, pues ya serían unas 18 mil acciones operativas tan sólo de ese personal que en una región que yo tenía”.
Abunda en sus cuentas: “Si yo tenía 10 quejas de Derechos Humanos entonces yo ahí valoraba el adiestramiento y la capacidad de nuestros soldados y entonces éramos efectivos en un 99.10% de lo que nosotros hacíamos”.
–¿Está de acuerdo con la política de “abrazos y no balazos”?
–Para nosotros el pueblo es el que elige a su comandante supremo de las Fuerzas Armadas, y en ese sentido la institucionalidad del Ejército, vía el secretario de la Defensa Nacional que él designa, es el que debe cubrir los requerimientos del pueblo.
“Hay una estrategia que se está realizando, y las Fuerzas Armadas están actuando bien. La prueba está que agarraron a uno de los hijos del Chapo”.
Cuando al general se le expone sobre la entrega de recursos a los jóvenes, como una manera de alejarlos del narcotráfico, responde:
“Es una cuestión social que ahorita lo que se les está dando no está incidiendo en la seguridad. Esos mismos jóvenes, algunos, así lo pongo, andan delinquiendo; y además hay ofertas de trabajo en el estado de Morelos y nadie quiere trabajar”.
Asegura que para cambiar la estrategia se debe tener voluntad política, coordinación interinstitucional, enfrentar la apología del delito en conjunto con los medios de comunicación, trabajo de inteligencia, depurar a las autoridades de seguridad pública municipales, estatales, federales, “y se tiene que volver a reclutarlas sobre exámenes psicológicos, médicos, físicos, y donde se les dé todo lo relacionado a los derechos humanos”.