Disminuye el respaldo a la democracia en México; 33% prefiere un gobierno autoritario: Latinobarómetro
México se encuentra dividido a tercios en lo que se refiere a respaldo a la democracia: un 35 % la prefiere sobre cualquier otra forma de gobierno, un 33% piensa que un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático, y un 28% es indiferente ante ello.
Peor aún, el respaldo a la democracia en el país ha venido decreciendo desde 2020 a la fecha, pues hace tres años un 43% apoyaba la democracia.
Además, mientras el promedio regional de apoyo a la democracia como forma de gobierno es del 48%, en México se sitúa en el 35%, y es aquí donde más creció el respaldo al autoritarismo: 11 puntos porcentuales de 2020 a 2023.
Por ello, el estudio Latinobarómetro 2023 ubica a México como uno de “los países con democracias débiles o en retroceso”, y abunda:
“México sufre una pérdida de apoyo a la democracia entre 2020 y 2023, desde el 43% al 35% (ocho puntos porcentuales), a la vez que un aumento de la indiferencia al tipo de régimen de dos puntos porcentuales, alcanzando un 28%. La democracia se ha deteriorado mucho desde 2020 en México, según la evolución negativa de estos indicadores. Hay aquí también tierra fértil para autoritarismos y populismos”.
Latinobarómetro es un estudio que se elabora desde 1995, y es financiado por organismos internacionales como la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En su más reciente estudio alerta sobre la recesión democrática en América Latina, donde varios países están en estado crítico y otros pasaron a ya no tener democracia, como Venezuela y Nicaragua. En este último, de hecho, fue imposible levantar el estudio por la falta de garantías a los encuestadores.
Al preguntarse qué genera esta recesión democrática, el estudio advierte: “los personalismos, la debilidad de los partidos políticos que entregan a las personas en cargos de responsabilidad, aún más poder, es uno de los elementos más perversos que está socavando la democracia. La corrupción tuerce el poder del voto al intervenir en las campañas electorales con enormes sumas de dinero y provoca una competencia desleal. La corrupción del poder a nivel presidencial es una forma brutal de minar las bases de la democracia, porque lleva a la presidencia a personas que sin esos fondos ilícitos no lo habrían logrado”.
A nivel regional, en nueve países ha disminuido el apoyo a la democracia: República Dominicana, Chile, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Guatemala, México, Costa Rica y Venezuela.
En el caso de México, sorprende el aumento del 26 al 28% de quienes piensan que “da lo mismo un régimen democrático que uno no democrático”, y el incremento, del 22 al 33%, de quienes dicen que “en algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser preferible a uno no democrático”.
El estudio abunda: “Hay que observar detenidamente a México en un momento donde su presidente, Andrés Manuel López Obrador, intenta modificar las leyes que rigen las elecciones para mejorar las opciones de su partido. Es una acción claramente autoritaria que podría contar con el apoyo de este tercio de la población”.
La democracia según sexo, edad, educación y clase social
El Latinobarómetro arroja que las mujeres (45%) apoyan menos la democracia que los hombres (51%) y son más indiferentes al tipo de régimen (29% mujeres versus 26% hombres). A nivel regional, no existen diferencias por sexo en cuanto al autoritarismo.
Por edad, mientras que entre los más jóvenes (16-25 años) sólo el 43% apoya a la democracia, entre los de más edad (61 y más años) es el 55%. A mayor edad más apoyo a la democracia.
Y en la actitud hacia el autoritarismo la relación es inversa: hay más apoyo al autoritarismo mientras más joven es la persona (20% entre los que tienen 16-25 años y 13% entre los que tienen 61 años y más).
En cuanto al nivel educativo, se observa que a mayor educación, más apoyo a la democracia: un 40% entre los entrevistados con educación básica y un 60% entre quienes tienen educación universitaria.
Y en cuanto a la clasificación social, el estudio advierte que mientras más alta es la clase social, menos apoyo hay a la democracia. En la clase alta un 37% apoya la democracia, mientras que en la clase baja es un 44%.