Quirino, al banquillo de los acusados
Álvaro Aragón Ayala
La imposición de Quirino Ordaz Coppel como virtual embajador de México a España no constituye ningún “blindaje” de los diputados de Morena de la 64° Legislatura del Congreso Local ni de otras fracciones parlamentarias que obligarán al gobernador a que rinda cuentas y se someta al imperio de la ley en caso de encontrar irregularidades o la comisión de delitos en el ejercicio de su administración estatal. Cuando menos los Legisladores de la 4T, PAS, PAN, PT y MC no comulgan con la tesis de “borrón y cuenta nueva” ni con la del “perdón y olvido”.
La jugada del presidente de la República en la entronización de Quirino en su gabinete con un cargo de embajador con olor a exilio es para usarlo como pieza estratégica para “reventar” al Grupo Peña y/o Grupo Atlacomulco no para “protegerlo” de futuras auditorías contempladas en la ley. López Obrador se solaza con su plan de la Sucesión Presidencial 2024.
El mandatario de la nación ha dicho que busca a los gobernadores salientes mejor evaluados, sí, pero por las encuestas que los mismos jefes del poder ejecutivo han comprado con dinero público. Curiosamente incorpora a la Cuarta Transformación a gobernadores – de Sinaloa y de Nayarit- con señalamientos de corrupción por los diputados locales de Morena y que fueron derrotados por este partido, en unidad con otras fuerzas políticas, en las pasadas elecciones.
Solo dos encuestas no pudo comprar Quirino Ordaz Coppel y el resultado de esos sondeos cívicos reflejan su mal gobierno que se sustentó en la frivolidad, la simulación, la demagogia, la corrupción y los sondeos falsos que no pudieron detener el avance político electoral de Morena y del Partido Sinaloense.
Una de las encuestas que el gobernador no alcanzó a mercar y que registró la negativa al gobierno del PRI-Quirino Ordaz lo fue la del 1 de julio del 2018. En las urnas la ciudadanía rechazó a los candidatos quirinistas-priistas a diputados federales y locales, a las alcaldías y al Senado de la República y sepultó al candidato del PRI a la presidencia, José Antonio Meade Kuribreña. La encuesta electoral favoreció a los abanderados de Morena, AMLO, Rubén Rocha Moya e Imelda Castro Castro.
La otra encuesta que no logró adquirir es la del 6 de junio del 2021. Otra vez la ciudadanía le negó el apoyo a Quirino Ordaz y a sus candidatos a diputados locales, federales, alcaldes y al gobierno del estado. Rubén Rocha Moya candidato de Morena-PAS le infligió una estrepitosa derrota al candidato del gobernador Mario Zamora Gastélum acuerpado en la alianza “Va por Sinaloa” PRI-PAN-PRD.
Entonces, si se trata de analizar el por qué López Obrador planea imponerlo como embajador de México en España lo obvio es que lo quiere para desarticular o reventar el proyecto sucesorio de la coalición Si por México (o Va por México) y separar a los partidos PRI-PAN-PRD, que ya no le sirven unidos. No hay otra lectura que encaje.
Sostener que Quirino fue “jalado” al gabinete porque hizo un “buen gobierno” o está muy bien evaluado, es una aberración, porque si así fuera el PRI-Quirino hubieran ganado los procesos electorales del 2018 y el 2021 en Sinaloa. La ciudadanía no vota en contra un gobierno calificado como los mejores; sufragaron por la alianza Morena-PAS porque no los convenció el gobierno de Quirino Ordaz ni la coalición PRI-PAN-PRD. Mario Zamora se colgó de la supuesta “buena imagen” de Quirino y perdió las elecciones.
En la jugada presidencial en la que se usa a Quirino contra su grupo de origen –El Grupo Peña o Grupo Atlacomulco-, no embonan como maquinaria de “blindaje” a favor del gobernador saliente los diputados de Morena ni del PAS; tampoco los 2 diputados del PAN, 1 del PT y 1 de MC. Los ocho diputados del PRI atraviesan por una crisis existencial y lo más probable es que unos se replieguen a los designios del CEN del tricolor en donde su dirigente nacional, Alejandro -Alito- Moreno Cárdenas, reprobó la “deserción tricolor” de Quirino, o bien busquen adherirse a otras fuerzas políticas.
El presidente de la República no ha pedido a nadie que se le otorgue protección política especial a Quirino Ordaz o que se le suspendan la revisión de sus cuentas o la práctica de auditorías porque sería tanto como solicitar algo fuera de la ley y que va contra los principios de la Cuarta Transformación y sí sugiere a los gobernadores entrantes que apliquen auditorías “sin afán de venganza” a los mandatarios salientes. Quirino Ordaz no le sirve al López Obrador si no le encuentran irregularidades en su gobierno porque no tendría elementos para controlarlo. El dominio del presidente sobre Quirino depende en gran medida de los latrocinios, peculados o delitos graves que se le detecten.
En este contexto, Quirino Ordaz tendrá que ser sometido a una riguroso esculque de sus finanzas públicas o de los dineros ejercidos de 2017 al 2021. El antecedente es que Quirino se ha negado a solventar las observaciones sobre las irregularidades en el manejo del presupuesto estatal y que recurrió a los tribunales federales en un desesperado intento por evadir las normas de transparencia y rendición de cuentas.
Los diputados entrantes de Morena y de otros partidos se aprestan, pues, a colocar en el banquillo de los acusados al gobernador que se va. La 63° Legislatura heredó a las 64° Legislatura instrumentos jurídicos para destituir a la titular de la Auditoría Superior del Estado, Emma Guadalupe Félix Rivera, y a Juan José Ríos Estavillo, Fiscal General del Estado, ambos de corte quirinista, en los cuales el mandatario en funciones tiene depositadas su fe para no ser tocado.
Del resultado de las auditorías y las denuncias que agreguen los ciudadanos dependerá entonces el futuro de Quirino Ordaz. Entre más actos de corrupción le encuentren más necesitará del presidente para que lo proteja. Con malas cuentas Obrador lo podrá usar a su antojo. La única razón por la que el gobernador priista aceptó que se le enviara al exilio con el rango de embajador de México en España es porque no encontró otra tabla de salvación ante lo que pudiera ser el destape de la cloaca gubernamental, cuyo hilo jaló la diputada de Morena Graciela Domínguez, quien en la tribuna del Congreso Local describió al gobierno estatal quirinista como altamente corrupto.