Activistas y médicos piden reforzar la prevención contra la viruela símica; más de 90% de casos, por contacto sexual

Marcela Nochebuena

Ante la confirmación de que más de 90% de los contagios de viruela símica se da mediante contacto sexual, comunidades de hombres que tienen sexo con hombres y representantes del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el sida (Censida) coinciden en que la prevención no está peleada con el placer, pero debe reforzarse ante la evidencia de que este padecimiento se comporta como una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS). 

De acuerdo con el más reciente estudio de The Lancet, publicado hace unos días, el contacto cercano durante el sexo es una de las vías clave para la transmisión de la viruela símica en el brote actual. Los datos obtenidos, indica el documento, contribuyen a entender cómo el virus puede diseminarse entre parejas sexuales en un periodo relativamente corto. 

Las cargas virales de la piel y las mucosas, incluyendo las áreas genitales y anales, sugieren una transmisión mayoritaria a través del contacto corporal directo, más que por la vía respiratoria o por fluidos corporales, lo cual debería ayudar a mejorar los mensajes de prevención a las personas más expuestas al virus, añade The Lancet.

De 356 muestras recolectadas entre el 20 de mayo y el 13 de junio, de 50 hombres con una edad media de 34 años, el 44% vivía con VIH. La detección se dio con más frecuencia en la piel, la zona anal y la garganta que en la sangre, la orina o el semen, y las cargas virales fueron más significativas en las lesiones de la piel y la zona anal que en la garganta, la sangre, la orina o el semen. 

Ante estos hallazgos y para hacer énfasis en la atención a la salud sexual y el derecho al placer, así como visibilizar la higiene y prevención de sitios seguros para encuentros sexuales, Sodome, uno de los más populares entre hombres homosexuales y hombres que tienen sexo con hombres, abrió sus puertas a una conversación entre comunidad, autoridades y médicos.

“Esta incidencia, que empezó en redes sociales, termina en este tipo de lugares, en este tipo de espacios”, aseguró el escritor Ro Banda, después de enfatizar las intersecciones a las que se enfrentan las personas que son mayoritariamente afectadas por la enfermedad: hombres gays, bisexuales y hombres que tiene sexo con hombres.

“Algo que tenemos las poblaciones clave, principalmente en la labor comunitaria, es que estamos padeciendo este asunto. Existen síntomas y un estado de alarma, por más que podamos decirles que no se alarmen. Hay que entender que, aparte, a las personas a las que nos está afectando esto tenemos otras intersecciones encima: somos maricas, somos HSH o somos gays o tenemos VIH; es otra raya más al tigre y no es fácil”, añadió.

La complejidad, explicó el activista, radica también en que, cuando se descubren las lesiones en la piel, mucha gente no acude a servicios de salud, por lo que hay un alto número de autodiagnósticos. Como ha pasado con el VIH, existe temor al estigma, además de la imposibilidad —en muchos casos— de aislarse y falta de atención emocional, psicológica y a la salud mental. Es la comunidad la que está dando respuesta.

“Nos estamos atendiendo entre nosotras, conteniendo entre nosotras. Es importante saber cómo llegamos a donde tenemos que llegar, a donde no hay ni siquiera un Capasits… Es una situación que se está volviendo cuantiosa y muchas veces desbordante, porque está siendo doloroso en muchos sentidos, no nada más en la cuestión física”, reclamó. 

Un grupo de organizaciones, líderes comunitarios y activistas —dijo— son quienes están comunicándose todo el tiempo y sopesando la información de las instituciones, además de su experiencia, para definir cómo llegar a poblaciones donde no hay atención médica especializada o a las personas que tienen sospechas pero viven con sus familias y no saben cómo decirles por miedo al cuestionamiento sobre cómo se contagiaron, mucho más en los casos de quienes no han revelado su orientación sexual

“Ver la cantidad de personas que necesitan hablar de esto nos dice que necesitamos hacer un poco más, y que lo que estamos haciendo quizás no va a ser suficiente, pero que tenemos que empezar a hablarles directamente a las personas afectadas. Creo que sería más puntual decir ‘ahorita no sabemos qué va a pasar con la vacuna’, y sería más honesto. Censida, que cuida a las personas que ya vivimos con VIH, podría darnos un poquito más para no sentirnos tan abandonadas institucionalmente”, dijo. 

Alethse de la Torre, directora de Censida, ofreció disculpas por el abandono a las personas que no han encontrado respuesta. Se comprometió a la construcción de comunidad y al acercamiento de los servicios que requieren quienes resultan contagiados. Aseguró que habrá atención a la salud mental, coordinación para la atención de dolor y molestias, asesoría de proctología y salud anorrectal, así como trabajo con otras instituciones.     

Las demandas de la comunidad persisten

Ante los mil 968 casos de viruela símica que se alcanzaron esta semana en México, Ricardo Baruch, especialista en salud pública, aseguró que, además del posible subregistro, en este momento ya resultaría muy difícil parar la epidemia por completo, pero en países de Europa donde empieza a presentarse un descenso, este está relacionado con prevención y vacunación

En América Latina continúa un crecimiento sostenido en países como México, Brasil, Perú y Colombia. Ante ello, la Clínica Condesa en la CDMX está haciendo un trabajo reconocido de detección y atención, pero en muchas otras entidades esta posibilidad no existe.

Aunado a ello, Baruch recordó la descentralización del diagnóstico —en el que las organizaciones han insistido continuamente—, pues la detección se concentra en el Indre y los resultados tardan 10 o más días. También recordó la necesidad de gestionar vacunas y la de fortalecer la prevención. 

“Tendríamos que estar movilizándonos mucho más, porque desafortunadamente a veces nos dan este mensaje de que la mejor forma de prevención no es la vacuna, sino esta vigilancia epidemiológica que no se está haciendo. A pesar de que hemos insistido en esta prevención, no la tenemos; no podemos esperar a que todos nos enfermemos”.

El derecho a la salud —subrayó— es obligación del Estado en la garantía de la atención pero también de la prevención. Aunque reconoció el trabajo de Censida, destacó que no es posible dejar la responsabilidad a las poblaciones o a los gobiernos de los estados: este tendría que ser un llamado de atención respecto del trabajo que no se ha hecho en torno a la salud sexual de los hombres gays.

Mario Gómez Zepeda, del departamento de epidemiología de la Clínica Condesa, confirmó que de los casos de los que han conocido en este centro de atención, más del 90% se ha dado a raíz de un contacto sexual, incluso en los muy pocos de mujeres cis.  

“Por eso es que estamos en Sodome hablando de estas cosas, y por eso es también que los hombres gays seguimos siendo, por mucho, en todos los países, las personas más afectadas por la epidemia. Desde el principio he sido muy partidario de no andarnos por las ramas, y sí está bien limpiar las superficies y usar cubrebocas, pero lo que estamos viendo es que la principal forma de transmisión es la sexual, y sí incluye sexo oral y penetración, pero incluso un faje donde haya un contacto de piel con piel muy intenso”, añadió Baruch.

Las medidas deberían estar enfocadas, entonces, en la prevención sexual, incluyendo el uso del condón porque el evitar el contacto del pene con la mucosa del recto podría evitar, por lo menos, que se presenten lesiones en esa área. 

¿Cómo detectar y atender la viruela símica?

En primer lugar, asegura el dermatólogo Amed Jaidar, es importante identificar cuándo se ha tenido algún contacto riesgoso. A partir de ello, es importante saber qué tipo de lesiones pueden aparecer cuando se contrae viruela símica.

El primer indicio es que aparezca una lesión en genitales. Difícilmente, la primera lesión se presenta en una zona diferente, aunque puede ocurrir. Luce como un barrito, pero lo que la diferencia es que es muy eritematoso, es decir, tiene un enrojecimiento muy intenso alrededor, incluso en pieles morenas. Además, existe prurito, es decir comezón y dolor, pero el segundo es particularmente característico.

Después de un día o dos, generalmente comienzan a aparecer más lesiones. Puede existir también dolor al evacuar, como en el caso de una hemorroide. Si en la zona genital salieron muchas lesiones, y además hay fiebre elevada, malestar y dolor, es necesario acudir a un servicio especializado. Sin embargo, sí es posible que las lesiones se confundan con herpes simple, zóster o algunas manifestaciones de VIH.

“Pero el dolor, el enrojecimiento, la elevación y esta característica de que tienen como ‘cuerpo’, es decir, que se sienten estas lesiones, es una forma como ustedes pueden llegar a sospechar que tienen viruela símica y obviamente el antecedente de haber tenido un contacto de riesgo. La gran mayoría de los pacientes casi nunca se equivocan”, sostiene Jaidar.

Para un contagio, el contacto debió ser estrecho, subraya, y debido a que pueden existir algunas partículas en el semen, es recomendable el uso del condón, así como evitar la eyaculación en superficies. Mientras las lesiones se encuentren activas, puede contagiarse.

Aislarse es lo ideal, pero si no es posible, lo más importante es mantener el aseo, limitar los contactos directos y cubrir las lesiones. Estas desaparecerán, pero dejarán cicatrices. Adicionalmente, es importante acudir a un servicio especializado para recibir un diagnóstico, que el contagio se reporte y se cuente en la estadística. 

La única forma de tener certeza de que es un caso positivo es una prueba PCR. Tanto el dermatólogo como Gómez Zepeda y Baruch destacaron que, aunque el derecho al placer y el ejercicio de la sexualidad son indispensables, y hay que evitar estigmatizarlos, sí es recomendable en este momento limitar el número de parejas sexuales o los encuentros casuales.

“El énfasis es en no estigmatizar, no caer en pánico; cuando las personas no pueden estar aisladas, cubrir las lesiones. Que tengan el derecho de revelar o no su diagnóstico es relevante, y tampoco forzar a que tengan que hablarle a las parejas. Es ideal como una medida de responsabilidad, pero tampoco es obligatorio”, subrayó Gómez Zepeda. Del mismo modo, también es importante favorecer las pruebas de VIH y otras ETS. 

En caso de no contar con un servicio especializado cerca, como Clínica Condesa, es posible comunicarse al 5519469772 de Censida, donde hay una línea automatizada que recaba los datos, para después establecer comunicación, o vía el correo electrónico censida@salud.gob.mx. 

Con información de Animal Político

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