Sintomatología de desafuero alrededor del alcalde de Mazatlán
Jorge Luis Téllez
La misma sintomatología que se advirtió en el caso de Jesús Estrada Ferreiro aparece ahora alrededor del Químico Benítez, el presidente municipal de Mazatlán.
-Yo no voy a respaldar a nadie que haya hecho mal uso de recursos públicos – expresó, en forma concluyente, el gobernador del Estado, Rubén Rocha Moya, a pregunta expresa en su conferencia Semanera del lunes de la semana pasada.
La alusión al Químico era clara. Apenas el viernes anterior a esa fecha, el Congreso del Estado había reprobado las cuentas públicas del ayuntamiento de Mazatlán, correspondientes al 2020.
-Mi gobierno no será tapadera de nadie– reafirmó, por si quedaba alguna duda.
A pesar de todo esto, en el curso de la semana se difundió la información en el sentido de que, con todo y cuentas reprobadas, el Químico viajaría a la ciudad de Madrid, para promover el carnaval de 2023 entre el público español, lo que implicaría la presencia de turismo ibérico en la ciudad y puerto de Mazatlán.
Cuestionado sobre el particular, el gobernador Rocha respondió con otra frase lapidaria: -Nunca he visto españoles en el malecón de Mazatlán.
Síntomas similares, en efecto, a los que rodearon la caída de Jesús Estrada Ferreiro, aquí en Culiacán, cuando Rubén Rocha Moya le cerró todas las puertas de la menor posibilidad a Estrada, quién pasó a la historia como el primer presidente municipal de Culiacán en ser víctima de un desafuero. Algo nada honroso, por cierto.
En Mazatlán se recuerda uno, en la época del gobernador Juan S. Millán: el de Jorge Rodríguez Pasos.
Podría haber otro: Lo del rechazo a las cuentas públicas del ayuntamiento de Mazatlán, por múltiples y graves irregularidades sería solo la gota que derramaría el vaso. Los señalamientos en contra del Químico no son cosa menor y así como Rubén Rocha advirtió que no metería las manos a la lumbre -ni por el Químico ni por nadie- así podría suceder con Benítez.