Las denuncias del PRI en EU alimentan intervencionismos
Carlos Ramírez
Los más contentos con las denuncias del presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, en el Capitolio y en organismos internacionales fueron los analistas de los servicios de inteligencia y seguridad nacional y los asesores de los principales congresistas que desde 1969 ejercen su poder para intervenir en México y tomar el control de México.
El dirigente priista tiene derecho a buscar aliados estadounidenses, justo en el momento en que esos centros de decisión estratégica están preparando sus armas para atacar a México por el tema de las consultas-paneles-sanciones del tratado comercial.
Es la primera vez que el PRI acude a la protección de las estructuras de dominación geopolítica y de seguridad en Estados Unidos. Y si bien el dirigente priista tiene la libertad de buscar aliados, no hubiera estado mal que comenzara sus exposiciones acreditándose como presidente nacional del PRI, ¿del PRI?, sí, del PRI…
Del PRI que nació desde las entrañas del Estado en 1929 para ser un partido del Estado y funcionar como tal hasta 2018.
Del PRI que se inauguró en 1929 con un gran fraude contra José Vasconcelos, incluyendo el uso de la violencia institucional física contra la oposición.
Del PRI que ejerció el poder como partido autoritario, hegemónico y casi único hasta 1978.
Del PRI que controló todos los procesos electorales desde la Comisión Federal Electoral de Gobernación hasta que el fraude de 1988 cometido por el PRI contra Cuauhtémoc Cárdenas inicio el desprestigio,
Del PRI que convirtió el dedazo presidencial en una exhibición del poder absoluto del presidente de la República por encima de la voluntad de los ciudadanos.
Del PRI que controló el registro de los partidos y solo permitió un partido real de oposición, el PAN, aunque sin permitirle aspiraciones más allá de las legislativas.
Del PRI hoy aliado al PAN, sí, del mismo PAN al le cometió los peores fraudes electorales en el pasado, le aplastó la candidatura presidencial en 1988 con campaña de desprestigio, le quiso birlar la victoria presidencial en el 2000, aunque se aliaron en el 2006 para cometerle fraude al candidato perredista Andrés Manuel López Obrador.
Del PRI que en el salinismo fue denunciado como responsable del asesinato político de más de 500 perredistas.
Del PRI que recibió como entusiasmo la candidatura presidencial de Luis Donaldo Colosio, pero que después lo desdeñó hasta echarlo del partido y al final, desde 1992, es el PRI del proyecto neoliberal de Carlos Salinas de Gortari aliado a la economía norteamericana.
Del PRI que ejerció y justificó represiones brutales que siguen marcando la historia sangrienta política del país como el asesinato del líder campesino Rubén Jaramillo, la represión estudiantes, el aplastamiento por la fuerza del movimiento estudiantil del 68, de las cárceles llenas de presos políticos disidentes, del encarcelamiento de líderes sindicales como Demetrio Vallejo y Valentín Campa por razones políticas, del partido como instrumento de poder del presidente más represor de la historia –casi a nivel de Porfirio Díaz– que fue Gustavo Díaz Ordaz, uno de los héroes políticos de Porfirio Muñoz Ledo.
Del PRI que fundó la estructura del sistema político mexicano que sigue funcionando hasta la actualidad.
Del PRI que construyó una doctrina política que sigue dominando la vida nacional porque el PRI ha contribuido a la anulación de la conciencia política y cívica de los mexicanos.
Del PRI que combatió con fraudes y represiones al PAN y al PRD y hoy aparece, sumiso, protegido por el amparo de ese PAN y ese PRD que le han perdonado todas sus trapacerías.
Del PRI neoliberal salinista desde 1981 a 2018 que puede resumir su incompetencia de gobierno con una devaluación del tipo de cambio que hizo pasar a al dólar de 12.50 en 1976 a 20,000 pesos con los tres ceros que mañosamente le quitó Salinas.
En fin, al PRI que subordinó a México a los intereses geopolíticos y de seguridad nacional de Estados Unidos a cambio de un tratado que tiene como herencia el 80% de la población en situaciones de diferentes grados de pobreza.
