¿Una nueva derecha?
Samuel Schmidt
La derecha mexicana en lugar de dar opciones da lástima.
Leo con frecuencia los disparates de los “líderes” o mejor dicho los burócratas de la derecha mexicana y después de superar el enojo y asco, no me queda más que reír. Los dichos son una mezcla de despropósitos, mentiras, engaños y contienen una intención perversa de distorsionar la política para engañar a incautos.
Bien decía Cosío Villegas que el PAN carecía de líderes e ideas, y no podía ser una opción viable frente a la muerte de la revolución mexicana. Mientras que el historiador acertó sobre el PAN se equivocó sobre el análisis de los gobiernos “posrevolucionarios”.
El PAN es un partido que surge del resentimiento político y trata de ocultar sus fuentes de influencia fundamentales: la iglesia católica y el nazismo. Es un partido acomodado en la oposición y en la queja, pero cuándo finalmente, por medio de acuerdos políticos, algunos internacionales, llega al poder, entiende que podían superar las malas mañas del PRI y lo hicieron. La aceptación de Castillo Peraza de que llevaban un priista adentro era el reconocimiento del modelo que los inspiraba, un sistema presidencialista, autoritario con corrupción que manipulaba la retórica democrática.
En sus largos 89 años de existencia han sido incapaces de formular una agenda nacional y como lo demuestra su presidente nacional, tratan de avanzar basados en la calumnia y la injuria. Con todo y lo católicos y persignados que son, no parecen arrepentirse de mentir cotidianamente.
Tienen memoria selectiva para sus trapacerías y corrupción desatada. Se les olvida el enriquecimiento escandaloso de los Barrio cuando (des)gobernaron Chihuahua, las “proezas” de Padrés en Sonora (construyó una presa en su rancho), olvidan que introdujeron los moches en el poder legislativo, las trapacerías de Fox en Guanajuato y sus hijastros cuándo fue presidente, se les olvida la guerra absurda de Calderón con 250,000 muertos y el fortalecimiento del crimen autorizado que sufrimos hasta la fecha. Y no obstante la pesada carga de corrupción y torpeza gubernamental, el presidente del PAN se atreve a acusar al gobierno de que junto con los criminales ganaron las elecciones y amenaza que acudirá ante la derecha internacional, aunque luego no cumple las amenazas. A los panistas los acusaron los criminales de vender plazas, como atestiguó un colaborador del señor de los cielos.
Los panistas tratan de olvidar sus múltiples fracasos políticos que se pueden ver con varios episodios: el bocón de Fox dijo que sacaría al PRI de Los Pinos a patadas, pero nombró como secretario particular a un priista cercano colaborador de Colosio; su perdida de apoyo fue notorio, en las elecciones locales el PAN perdió y lo mismo sucedió con Calderón. Posiblemente debamos revisar las circunstancias de los triunfos electorales del PAN para entender que ganen la presidencia y pierdan los Estados. Calderón llegó a la presidencia por medio del fraude electoral y Fox llegó gracias a la presión de Estados Unidos cuándo rescató a Zedillo de su error de diciembre. No olvidemos a los gobernadores panistas que llegaron por medio de concertacesiones, Corral y tres gobernadores más en 2016 ganaron con fraude al haber negociado las gubernaturas a cambio de votos en el senado para las reformas estructurales de Peña. El PAN superó al PRI en el campeonato nacional del fraude electoral, ya no digamos en tirar al basurero la moral.
La derecha muestra abiertamente su cara antidemocrática, enloquecida bajo la égida de la ultraderecha yunquista fracasó en su intento por descarrilar a Morena en la elección de 2021; para su dolor, en la elección de 2021 creció la representatividad de Morena que se hizo de 16 gubernaturas, logró el control de 16 congresos, y solamente perdió una diputación, de 162 en 2018 pasó a 161 en 2021.
Aunque la derecha es fanática en esa idea de construir el reino de dios sobre la tierra, notoriamente en la elección de 2021 ni siquiera esto apareció en su propuesta, solamente ofrecían bloquear al presidente y de ser posible sacarlo, con una abierta retórica golpista.
Un amigo me corrige cuándo digo que el sistema político requiere de una derecha inteligente, moderna y pensante y me aclara que la derecha nunca ha pensado, simplemente repite su fanatismo e intolerancia y esos son componentes de la anti-democracia.
Con información de Indicador Político