El Carnaval y la cadaverina 

Álvaro Aragón Ayala 

La organización del Carnaval de Mazatlán 2022 mutó en ritual fúnebre. La megapachanga callejera transmutará a la Perla del Pacífico en una cadaverina, en un gigantesco “foco de contagios” y en el vértice mortal de la pandemia de coronavirus en Sinaloa.  

En la fase preliminar del fandango emergió para el estudio escatológico y tanatológico de las presentes y futuras generaciones un nuevo “rey de la muerte”. Las cifras falsas sobre los difuntos son el alimento del alcalde Guillermo -“El Químico”- Benítez Torres.  

Para el munícipe, las liturgias carnavalescas bien valen lágrimas, dolor y ¡qué va!, las misas fúnebres. Entre las luces y sombras mortecinas de la orgía popular, el “rey de la muerte” innovará esquelas covidianas para la expiración terrenal. 

En el futuro río de enfermos y muertos, hoteleros y restauranteros abren ya sus fauces para atragantarse al son de las danzas lóbregas. La fiesta será infernal. El agasajo demencial nutrirá los caprichos y los negocios turbios del alcalde y su hijo Yazid Yahave Benítez. 

… 

Muerte, ¡cómo te he deseado!, 

¡con qué fervores te he invocado!, 

¡con qué anhelares he pedido 

a tu boca su beso helado! 

¡Pero tú, ingrata, no has oído! 

¡vendrás, quizá, con paso quedo 

cuando de partir tenga miedo, 

cuando la tarde me sonría 

y algún ángel, con rostro ledo, 

serene mi melancolía! 

Vendrás, quizá, cuando la vida 

me muestre una veta escondida 

y encienda para mí una estrella. 

¡Qué importa! llega, ¡oh prometida! 

¡siempre has de ser la bien venida, 

pues que me juntarás con ella!  

(“¡Oh muerte!” (Amado Nervo) 

La fiesta del “Rey Momo” reactivará los protocolos de emergencia en los hospitales y reabrirá las puertas de los cementerios locales. Ya se escucha la música mortecina que acompañará a las carrozas macabras 

Metido en la época de las cavernas, pero pensando en dólares, el acalde Guillermo -“El Químico- Benítez”, sepultó el razonamiento científico y las recomendaciones de la ONU. El Carnaval va porque va. Guste o disguste.  

¿Cuántos muertos van?, eso no importa ¿Cuántas personas infectarán en el Carnaval y morirán?, tampoco interesa. Time es money, es el slogan. Música, alcohol, la fantasía oropelesca, monos de papel y carruajes, llaman a una muerte masiva. 

En el Carnaval de Mazatlán los ingenuos y suicidas tendrán la oportunidad de darse una escapada al inframundo para buscar una explicación sobre las características del nuevo “rey de la muerte” que se confundirá en la romería que buscará diversión y podrá encontrar la muerte. 

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