Sinaloa: hay payasos que se distinguen en el circo
Alfonso Carlos Ontiveros Salas
¿Quién le daría cuerda al diputado Sergio Torres Félix? Se dejó llevar por los cantos que le timbraron al oído como un titino mangoneado por Don Neto, el arlequín
Un payaso es un artista de la comicidad. Su figura es un disfraz a la medida del personaje que habrá de interpretar. Su habilidad es la ocurrencia, para que las risas broten de los espectadores.
Su paso por el circo ha sido inconsistente, primero vestido de tricolor y ahora de naranja. Precisamente la característica de un payaso es figurar en el escenario circense con disfraces muy coloridos.
Quiere tribuna porque sus marionetistas lo quieren mantener alegre y sonriente y lo animan a manifestarse para que los espectadores del circo no se aburran y no lo vayan a olvidar en el proceso electoral del dos mil veintisiete.
Decíamos que el payaso es de ocurrencias. Ese señor que dice ser diputado no obstante que el pueblo no lo eligió, es producto de esos personajes que llegan al Congreso para darles espacios a las minorías reducidas. Esos que llegan a ser diputados por la porción de votos que le tocan electoralmente a sus partidos. No representan a nadie, pero sus actuaciones en algunos casos como el que nos ocupa, hacen reír a muchos.
Le dijeron a titino que criticara a la UAS y a su Rector, y como buen remedo de payaso, muy obediente así lo viene haciendo desde hace algunos días. Grita en la tribuna legislativa, que por cierto le queda muy grande, que a la UAS se le debe practicar una auditoría forense, pero resulta que ese señor que es todo un artista de la reproducción verborreica, desconoce que a la UAS la Auditoría Superior de la Federación le ha practicado once sin encontrar irregularidades.
Se atreve todavía a convocar a periodistas y con su mejor traje de la ilustración les dice que los funcionarios de la Universidad Rosalina andan en carros lujosos cuando en el estacionamiento del Congreso dicho merolico, trae a su servicio, un automóvil de marca, al parecer un BMW.
¿Su paso por el Ayuntamiento de Culiacán dejó algunas huellas muy visibles de conductas que deben ser revisadas por la Auditoría Superior del Estado? Si. Todavía se puede someter a revisión la cuenta pública del trienio 2014-2016.
Familiares directos del payaso naranja, y por afinidad también, podrían encontrarse en la nómina municipal y quizá por mucho tiempo no los han visto trabajar. Su calidad histriónica no es muy buena. Su voz es asmática y sus poses tampoco agradan a los electores que no son de su partido. Pero hay algo que no queda claro ¿porqué lo dio de baja como trabajador municipal Jesús Estrada Ferreiro? ¿Que hizo o cual fue el motivo?
Quiere también, quizá esa sea la razón de sus actos payasísticos en el Congreso, interferir en la elección del próximo comité ejecutivo del STASAC, aun cuando la mayoría de los miembros del sindicato municipal no lo toleran. Quiere impulsar a sus simpatizantes para evitar una posible reelección de Julio Duarte el líder en funciones de dicha organización gremial.
Su presencia, en Movimiento Ciudadano, no ha sido lo más afortunado para ese partido político. En el periodo que lleva lejos de incrementar su membresía se ha visto mermada porque no produce ninguna confianza y porque hay payasos que sí le llegan a la gente, pero hay otros que les producen dolor de estómago y malestares intestinales.
Cuestiona al Rector Jesús Madueña Molina porque le produce envidia ver el liderazgo que ejerce en la Universidad de los Sinaloenses, en la que su ahogada no produce eco menos en la comunidad universitaria que detesta a los remedos de payasos que desfiguran la imagen del artista, pues lo enloda, con ropajes que ni color tienen y pinturas faciales que se escurren dejando marcas de odio y frustración.
El Morrín debe respetar a los payasos porque estos sí merecen reconocimiento y exaltación a su misión. El payaso, es un digno difusor de la risa y la alegría, mientras que el Morrín ocasiona penas y produce agruras con las narrativas que se le ocurren.
