Enrique Inzunza, la diplomacia y los espías de Quirino

Álvaro Aragón Ayala 

Las aguas se agitaron. El secretario general de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, mandó al diablo los oficios diplomáticos y exhibió de espía e irresponsable al gobierno antecesor del priista Quirino Ordaz Coppel al revelar que operaba o mantenía una estructura de espías y de que el anterior Fiscal General de Justicia no acudía a las reuniones de Seguridad Pública. O lo que es lo mismo: no le importaba el tema de la seguridad. 

Los lances del funcionario estatal que removieron “los polvos de aquellos lodos” se registraron después de que Quirino Ordaz fue vencido en las urnas y de que Juan José Ríos Estavillo fue sacado de la FGJ y puesto de “patitas en la calle”. La acometida contra el ex gobernador rompió el “protocolo civilizado” con el que Rubén Rocha Moya venía atendiendo al ex mandatario estatal. 

El segundo hombre en el organigrama del gobierno estatal señalado por algunos analistas como una especie de “el poder atrás del trono” participó como figura central en “La semanera” en ausencia del gobernador. Ahí, “en apego a una nueva mística de servicio”, ofreció la lectura del rompimiento del gobierno rochista con el quirinista.  

La conferencia que parecía al principio una cátedra de introducción al estudio del derecho y el recitar de artículos de diferentes leyes, subió de tono cuando, al dar a conocer las estadísticas delictivas o de criminalidad del estado, el secretario general de Gobierno, precisó que Juan José Ríos Estavillo no acudía a las reuniones de seguridad.  

La “acusación” de Inzunza Cázarez no generó mucho revuelo entre los comunicadores por los antecedentes que derivaron en la renuncia-cese de Juan José Ríos Estavillo. Sin embargo, sorpresivamente, el funcionario estatal arremetió contra los “espías” del gobierno de Quirino Ordaz Coppel.    

“Como ustedes saben, porque es del dominio público ya fue un anuncio realizado por el gobernador Constitucional del Estado, en este gobierno profesamos una ética pública de pleno respeto a los derechos de todas las personas, por supuesto de los derechos de los servidores públicos del estado y de los trabajadores. En este tema se dijo que, como parte justamente, de la visión de un gobierno de izquierda se acabaría la intrusión, la intromisión en la vida privada de las personas, se acabaría el espionaje. No se usaría a la Dirección, entonces de Gobierno, ahora precisamente en aras de darle materialización a esa idea de gobernabilidad democrática para espiar ni a enemigos o adversarios o a quien se le calificaba en el pasado, como un instrumento de presión o como un instrumento para coartar, justamente esos derechos”, dijo. 

Agregó que, con apego a una nueva mística de servicio, la Dirección de Gobierno cambió a Dirección de Gobernabilidad Democrática, cuyo reglamento interno fue publicado en el Diario Oficial para su entrada en vigencia, y en ese proceso, se realizó una valoración de las funciones del personal que la integraba, que derivó en la separación de 44 trabajadores de confianza, ya que las funciones que desempeñaban ya no se realizan ahora.  

“Es por ello que en un análisis y en un diagnóstico de la plantilla de personal que integraba la dirección, como es natural, se hubo de hacer una valoración que permitiera que el personal que cumplía justamente esas tareas que ya no se llevarán a cabo, que ya no se llevan a cabo, evidentemente no la debería seguir cumpliendo. El personal que fue dado de baja es personal de confianza y si hubiese alguna circunstancia, algún tema que consideren ellos que no está adecuadamente solventado, con mucho gusto los atenderemos, pero la razón de esas bajas, precisamente, obedece a la materialización de esta visión. No se espiará, no se vulnerará el derecho a la vida privada de ninguna persona, de periodistas, de políticos, de activistas sociales, de nadie”, recalcó. 

La relación de Rubén Rocha Moya con Quirino Ordaz Coppel perdió tersura por primera vez cuando se descubrió que el ex mandatario estatal había desfalcado las arcas del gobierno obligando a la contratación de varios créditos por un monto de mil 600 millones de pesos para el pago de las dos últimas quincenas de diciembre y el aguinaldo de los trabajadores del estado. 

El trato se volvió más ríspido cuando se supo que Quirino Ordaz “devoró” en 10 meses el Presupuesto Estatal de Egresos 2021 que le otorgó la federación para aplicarlos en 12 meses y porque dejó “tirantes” las relaciones con la SHyCP ya que el ex mandatario obtuvo de manera ilegal, con documentación falsa, más de 700 millones de pesos del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas. 

Quirino además “desapareció” mil 500 millones de pesos que captó como apoyo adicional de la Federación en diciembre del 2020, y pagó 13 obras inconclusas, maniobra contable que benefició a su hermano Juan Carlos Ordaz con el cobro del “moche”. La carpeta de irregularidades del ex mandatario es muy abultada. 

Pese a las evidencias de rapiñajes y a que le dejó en la ruina el estado, el gobernador Rubén Rocha no había mandado ninguna señal de brusquedad política al ex gobernador Quirino Ordaz, pero el secretario general de Gobierno, Enrique Inzunza, entró a la semanera y rompió los protocolos, exhibiendo de espía al gobierno quirinista y evidenciando el distanciamiento entre Rocha y Quirino  

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