Querían una universidad encapsulada en el conflicto. Les falló
Alfonso Carlos Ontiveros Salas
Nunca fue una de sus finalidades quedar enfrascada en un conflicto que nada le abonaba a la calidad de la enseñanza y en la formación profesional de los jóvenes.
La enseñanza fue mayúscula, la historia administrativa impuso reglas que en el pasado se vieron de manera superficial pero siempre con la mejor intención de cumplir las necesidades que exigía la formación de los jóvenes. La Universidad nunca se detuvo ni tan siquiera en una pandemia en la que la seguridad personal de muchos universitarios se expuso ante una terrible calamidad.
La Universidad Autónoma de Sinaloa, demostró y le sigue demostrando al pueblo de Sinaloa que la prioridad en sus planes y programas de estudio siempre ha sido y será velar por la atención y la formación de los hijos de los sinaloenses.
Todavía se encuentran grupillos al acecho de lo que ocurre en la Casa Rosalina, siempre con la más detestable intención de denostar a sus dirigentes mandando mensajes negativos a la sociedad a la que se debe esta Institución de los y para los sinaloenses.
Esos grupillos se han convertido en críticos detestables porque no lo hacen inspirados en pretender un mejoramiento integral de la Universidad, sino escudados en una falsa idea de redentores que en nada contribuyen al mejoramiento integral de la UAS.
Sedicentes críticos que se escudan en una autonomía de conveniencia para denostar a las autoridades universitarias faltando a principios éticos y de probidad laboral. Sus actos no buscan mejorar las condiciones de desarrollo académico y laboral de la institución.
Esa libertad a la que ellos se refieren, dicen que se les otorga por la autonomía universitaria, pero se olvidan que como trabajadores tienen límites y la violación a esos lineamientos los puede llevar a causales de sanción poniendo en riesgo su estabilidad laboral.
El respeto a la representación patronal es un imperativo de los trabajadores, ninguna libertad es ilimitada para manifestar comportamientos que rebasen esas barreras que la ley y el contrato colectivo de trabajo imponen. La autonomía no da derechos de patente ilimitados y abusivos.
Tolerancia es prudencia. La prudencia impone límites para no incurrir en excesos. Pero todo exceso deberá ser castigado para mantener el orden y disciplina en todo centro de trabajo, es una finalidad esencial en todo comportamiento humano individual y colectivo.
Algunos posicionamientos de universitarios rebasan los límites de la prudencia y de la probidad, se “protegen” invocando que como la Universidad es autónoma tienen plena libertad para manifestarse llegando incluso a la ofensa y a la difamación ¿Hasta dónde tendrán razón esos críticos y hasta donde se exponen a la rescisión laboral?
La solución del conflicto que enfrentó la UAS con el gobierno del estado, fue toda una serie de acuerdos que aterrizaron en la suspensión condicional del proceso como vía alterna para sacar a la Institución de un conflicto que en nada le favorecía ni tampoco al pueblo de Sinaloa.
Fue una salida legal y muy saludable para todos. La Universidad buscó siempre una solución por la vía de la conciliación al diferendo con el Estado y finalmente rindió frutos con la intervención del gobierno de la República por instrucciones de la Presidenta Claudia Sheinbaum.
Quedó claro que no hubo desvíos de recursos de la Universidad y que tampoco hubo daño patrimonial, presupuestos que quedaron probados en los procesos. A los necios que no quieren escuchar pero que lo entienden, la cantidad pactada por reparación del daño fue a consecuencia de omisiones en procedimientos administrativos, pero no de desvíos presupuestarios. Felicidades a los autores del acuerdo, a la Presidenta Claudia Sheinbaum, Cesar Yañez, Subsecretario de Gobernación, Dr. Rubén Rocha Moya, Gobernador del Estado y al Dr. Jesús Madueña Molina, Rector Titular de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Los que querían una Universidad encapsulada en el conflicto y sangrando, les falló. La normatividad jurídica que rige en la Casa Rosalina no puede ser ignorada, puede ser aplicada.