Año nuevo, ¿vida nueva?

Ana Michelle Concepción

Terminó otro año y es el momento ideal para reflexionar sobre lo que hemos logrado, lo que quedó pendiente y cómo podemos mejorar en el futuro inmediato. ¿Qué conseguimos? ¿Cuánto crecimos y en qué aspectos? ¿Cuáles son las áreas de oportunidad en las que podemos mejorar? ¿Qué buenas historias celebramos y recordamos? y ¿qué historias no pueden ser parte de nuestro futuro? Más allá de un mero acto tradicional, se trata de llevar a cabo un ejercicio de honestidad y sinceridad con nosotros mismos.

Creo que el fin de año, y el inicio de un nuevo capítulo en nuestras vidas, es una oportunidad para revisar nuestros logros, nuestro progreso ¡y aplaudirlos! Por pequeños que sean. Anotar todo lo que hayamos conseguido este año, con el reconocimiento de nuestro progreso y mantenernos motivados. Asimismo, no deberíamos esperar a que finalice el año para reconocernos, agradecer y planificar nuestras acciones para alcanzar el éxito; debe ser un acto de todos los días.

“Año nuevo, vida nueva” es un concepto que, desde mi perspectiva, está fuera de lugar y de contexto, te explico por qué. Somos lo que somos y hemos llegado hasta este punto de nuestra existencia gracias a las experiencias, los aprendizajes, los fallos, los éxitos, los tropiezos y los pasos firmes que hemos dado; las buenas y las malas decisiones.

Es un momento de aprendizaje y crecimiento. Mi recomendación es tener un enfoque de progreso, peguntándote, ¿qué mantendrás, qué mejorarás y qué eliminarás? ¡Desde ya! ¿Por qué esperar a que comience otro año? ¡Comienza hoy!

– Evalúa. Te sugiero hacer un balance profundo y retomar lo que quedó pendiente. Identifica las metas que no alcanzaste, ¡no pasa nada! La perfección no es nuestro objetivo; analizar las razones por las que no llegamos a concretarlas nos ayudará a, esta vez, hacerlo mejor. ¿Nos planteamos objetivos poco realistas? ¿Qué obstáculos encontramos? ¿Procrastinamos?

– Preguntas clave. Algunos cuestionamientos para lograr hacer un análisis y obtener un feedback lo más objetivo posible son: ¿qué logros me enorgullecen más?, ¿qué desafíos enfrento y cómo los supero?, ¿qué me gustaría hacer de manera diferente?, ¿qué habilidades nuevas puedo adquirir?, ¿estoy realmente satisfecho con lo que he logrado?

– Plan de acción. Al llevar a cabo estos ejercicios estaremos en posición de plantear una agenda para los próximos 365 días. Definir objetivos claros, específicos, realistas, definidos y alcanzables, será la mejor manera de comenzar. Y muy importante, cada resultado deseado debe venir acompañado por un propósito y acciones concretas.

Y aquí hago un breve paréntesis, evitemos saturarnos de metas y objetivos. Quien mucho abarca, poco aprieta. Es, además, un riesgo de (des)motivación tener tantos retos que atender, y en el entendido de que únicamente tenemos 24 horas al día, lo más sensato y adecuado será jerarquizar e irnos por aquello que consideramos más importante, en los ámbitos personal, laboral, social, académico y financiero, digamos, un objetivo en cada rubro, no más.

Propongo que los objetivos que te plantees deban llevarte a un estilo de vida, hábitos y comportamientos permanentes en tu vida. Para esto mi recomendación es que trabajes no más de tres objetivos por mes. Si dividimos nuestras metas en pequeños pasos nos permitirá trazar un camino mucho más transitable y ligero. Desglosar cada objetivo en tareas sencillas, pero específicas, hará que el proceso sea menos abrumador; más alcanzable ¡y motivante!

¿Alguna vez has establecido check points en tu trabajo o en tus metas personales? Si no lo has hecho, este es un buen momento de incluirlo en tu agenda diaria. Establece tiempos, metodología y un sistema para monitorear tu avance y el registro de tus logros en un diario o una app de seguimiento. Esto te permitirá hacer los ajustes necesarios. Anota tus triunfos y reflexiona sobre ellos regularmente.

Te aseguro que terminar el año con una evaluación objetiva, y comenzar el siguiente con metas claras y alcanzables, será fundamental para tu crecimiento personal y profesional. No se trata de “año nuevo, vida nueva”, sino del continuo crecimiento, evolución y transformación de nuestro ser. Una nueva oportunidad de aprender de nuestras experiencias y establecer un plan de acción detallado para liderar nuestra vida de la mejor y más eficiente manera.

Reconocernos, aplaudirnos y exigirnos, pero con un propósito, con intención, con el apoyo correcto y aplicando las herramientas adecuadas. ¡Feliz y exitoso 2025!

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