Premio a la cursilería cuatroteista
Rafael Cardona
Sin ánimo de presumir, ni mucho menos de hacer pública la autoflagelación a cuyo rigor he sometido a mis escasas neuronas, pero han sido horas y horas de revisar pronunciamientos de este bienaventurado periodo de la historia Y Eureka, aparece esta joya cuya inspiración celestial (luego se verá por qué), deberá ser incluida en futuros textos de cívico amor a la patria.
Nadie ha osado tanto.
El pasado 26 de este agónico año, un burócrata del aire, llamado Leonardo Ávila Bojórquez, cuyo huesito en la 4T es –ni más ni menos— la dirección de la mini compañía Mexicana de Aviación, se tiró a explicar su estado actual, no con fatigosas estadísticas sobre número de aviones, vuelos o pasajeros, sino con esta edición volátil del Declamador sin Maestro (las negritas y los paréntesis son míos).
“…Lo más importante: la identidad de Mexicana, la aerolínea del Estado mexicano (ni modo que el estado paraguayo) se fundamenta en tres pilares fundamentales (la identidad tiene pilares de oro y plata, como Doña Blanca).
“El primero de ellos está enfocado que Mexicana no solo conecta ciudades, une corazones que laten con el orgullo de ser mexicanos (en este caso, se descubre la cardiología voladora), es decir, es la aerolínea del pueblo de México (en cuyos aviones vuela hasta la Ministra del Pueblo).
“El segundo pilar, permite sentir la conexión con nuestra cultura y llevar a cabo toda esa conectividad a los destinos (conectividad de los destinos, ni Borges) que vuela Mexicana promoviendo los valores culturales de México (pasajeros con destino a nuestra cultura y anexas, favor a de abordar su vuelo por la puerta número dos, puerta número dos, estamos abordando).
“Y tercer pilar, volar con Mexicana es tomar el puente hacia la grandeza de nuestro destino para fortalecer nuestro México, a nuestra nación (tratándose de una líneas aérea quizá fuera, mejor bajarse del puente, no vaya siendo y se les acabe la superficie de rodaje antes de despegar).
“Precisamente –dijo en otro párrafo– eso nos permite a nosotros (se pone mayestático don Leonardo hablando en nosotros), humanizar la marca de Mexicana y brindar la experiencia de un vuelo excepcional”.
Ahora bien, frente a la extrema complejidad de cómo humanizar los aviones, ¿nos podría decir el liróforo, cómo el hecho de volar podrá “fortalecer nuestro México, nuestra nación”. Y ¿en cuál punto de la Rosa de la Vientos se localiza “la grandeza de nuestro destino?
Alguien, con menos mesura le diría a este señor, no sea mamila, compañero.
ERRATA
Transcriben los mecanógrafos de la presidencia un diálogo de la doctora. Y ponen: “PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: Pues vamos a haber.
“PREGUNTA: Gracias, Presidenta”.
No; no vamos a haber, VAMOS A VER.