La UAS: dos Leyes Orgánicas, una Interna, legal, y la otra Externa, ilegal

Álvaro Aragón Ayala

En el marco de su autonomía y sus alcances legales, la Universidad Autónoma de Sinaloa funciona bajo el esquema de su Ley Orgánica Interna, legítima, bajo la presión de un grupúsculo que cuenta con el apoyo de los diputados de Morena que pretende que la Casa Rosalina se ajuste y opere apegándose a una Ley Orgánica Externa, ilegal.

Por tanto, hay dos leyes orgánicas universitarias, una aplicable, la Interna, y la otra Externa, inaplicable, inconstitucional. Los directivos de la UAS y su Consejo Universitario reciben presiones mediáticas y de corte político para que atenten contra su propia autonomía y desechen la Ley Orgánica Interna, pero la máxima casa de estudios defiende su ley en los Tribunales Federales.

En la línea de un proyecto de morenización de la UAS -Sinaloa sería el laboratorio para, si el plan funciona, extenderlo a toda la República-, diputados de Morena y sus aliados del PRI de la LXIV Legislatura dispuestos a vender su alma al diablo por contratos laborales o unos centavos, crearon dos leyes para intentar tomar por asalto la institución de educación superior.

La primera fue la Ley Estatal de Educación Superior declarada por los Jueces Federales inconstitucional por atentar contra la autonomía de la UAS. La Ley Orgánica Externa fue la segunda y se estructuró a espaldas de alrededor de 200 mil universitarios. Para justificar el soporte legal de la reforma del estatuto interno uaseño los diputados de Morena montaron una farsa.

Convocaron a los universitarios a una consulta, pero externa, fuera del campus, para que validaran o rechazaran la reforma a la Ley Orgánica Interna. Al ejercicio, realizado en las banquetas y parques, acudieron a firmar/votar no más de mil 700 personas, entre ellos universitarios puros y alumnos y maestros de la UAIM, la UPS, la UAdeO, el Cobaes, y otras instituciones ajenas a la Casa Rosalina.

Con el “apoyo” de esa farsa nació la Ley Externa de la UAS. Se trata, confesó el entonces diputado José Manuel Luque Rojas, de “revisar el marco jurídico, revisar las instituciones para que sirvan a los propósitos de la Cuarta Transformación”, para alinear, pues, los planes de educación superior al gran proyecto de Morena de adoctrinamiento político de los estudiantes.

Solo que la Ley Orgánica Externa no pasó. La suspendieron, la pararon en seco los Jueces de Distrito que la declararon, en una primera instancia, inaplicable por violatoria a la autonomía universitaria. Los Tribunales Federales otorgaron a la Casa Rosalina primero una suspensión provisional y luego una suspensión definitiva “congelando” la ley morenista. No es aplicable entonces a la UAS.

Sin embargo, con la asesoría de la presidenta de la Junta de Coordinación Política y la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso Local, Teresa Guerra Ochoa y Yeraldine Bonilla, un grupo de mujeres -Rosario Dignora Valdez López, Génesis Nahomí Pillado Chávez, Carmen Celeste Leyva Valdez, y otras cinco- obtuvieron, después de que la UAS logró la suspensión provisional de la Ley Orgánica Externa, la “autorización” para que la institución convoque nada más a elecciones de nuevos consejeros bajo la tesis de la equidad de género.

Para conseguir el respaldo del Juez Federal, las promoventes del amparo le ocultaron al Juez Séptimo de Distrito que ya existía un amparo provisional a favor de la UAS para la no aplicación de la Ley Externa y una resolución definitiva también a favor de la Universidad en relación a la Ley de Educación Superior del Estado que decreta la incompetencia del Congreso Local para realizar consultas encaminadas a reformar la Ley Orgánica Interna, legítima.     

Por tanto, la Ley Orgánica Externa no es aplicable a la UAS, que, además, ya obtuvo también un amparo definitivo contra la ley de marras. Es inaplicable aun cuando el Juez Séptimo de Distrito haya emitido, bajo engaños, un amparo para que la Universidad elija nuevos consejeros. Ese amparo es nulo porque se le negaron datos sustantivos y objetivos del proceso que libra la Casa Rosalina en contra de la ley elaborada a espaldas de 200 mil universitarios.

La UAS pues se rige por su Ley Orgánica Interna, legítima, mientras los Jueces Federales no resuelvan el fondo del litigio y determinen en definitiva si la ley que los diputados confeccionaron y aprobaron apoyándose en la farsa de la consulta externa es inconstitucional o no, si es legal o no. El Juez Séptimo de Distrito sancionará o solicitará a la Fiscalía General de la República que actúe contra quienes le mintieron en la petición de un amparo para intentar lograr la elección de nuevos consejeros cuando ya existía otro amparo de por medio.

El que es primero en tiempo, es primero en derecho. Lo demás es puro cuento, medias verdades o mentiras completas para generar confusión mediática y tratar de cosechar orates en río revuelto.

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