Fracasó plan para “reventar” paro de la UAS

Álvaro Aragón Ayala

El plan diseñado por el gobernador Rubén Rocha Moya para “reventar” el paro general de labores de la Universidad Autónoma de Sinaloa falló, fracaso, se fue al traste. No funcionó el enanizado y mal llamado Movimiento Democrático Estudiantil, sacado de última hora de la tronera para pretender romper la huelga universitaria. Los 70 mil volantes que se mandaron imprimir para distribuirlos entre los alumnos fueron a parar al cesto de la basura.

Si acaso, el “movimiento”, algunos alcaldes, todos los diputados locales de Morena y funcionarios públicos del gobierno de Sinaloa, todos, pudieron montar algunos shows para efectos mediáticos con 8 o 10 alumnos, incluyendo a estudiantes de otras universidades y del COBAES, tomándose fotografías recibiendo una hora de “clases” en las afueras, de cuando mucho, tres planteles de la UAS. El paro fue general. Alrededor de 200 mil universitarios paralizaron actividades.

Aunque es probable que el martes o el miércoles los esquiroles vuelvan a intentar violentar el paro, pues hay evidencias de acercamientos con transportistas y de invitaciones a acarreos de estudiantes de otros planteles ajenos a la UAS, algunos diputados ya se desilusionaron. Ante el fracaso, surgió la idea de llamar a desertar a los alumnos para que se incorporen al COBAES y también el CETIS, controlados por el gobierno estatal.

El plan para “reventar” la huelga universitaria consistía en usar esquiroles, con disfraz de universitarios uaseños, para tratar de impedir o desacreditar la protesta. Los grupos de choque realizarían manifestaciones en las calles y afueras de los planteles y edificios de la Casa Rosalina y repartirían 70 mil volantes con el logo de la UAS. Empleados del gobierno estatal y de algunos ayuntamientos a quienes se les encomendó distribuir los panfletos los echaron a los cestos de los desperdicios.

Se trató, pues, de usar, con la botarga de universitarios de la UAS, a estudiantes, profesores y directivos del COBAES, el Conalep, el Ictasin, las normales, la Universidad del Policía, la Universidad Autónoma Indígena de México, la Universidad Autónoma de Occidente, la Universidad Pedagógica, la Universidad Tecnológica, etcétera, en “manifestaciones” masivas. Con la suplantación de la identidad de los universitarios uaseños en activo, legítimos, se pretendía demostrar una supuesta inconformidad contra la UAS y sus directivos por el paro general de labores.

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