Andy López Beltrán, nuevo integrante de la dirigencia de Morena, lejano de los militantes y la prensa durante su proceso de elección
Arturo Cerda
Andrés Manuel López Beltrán será parte de la dirigencia de Morena a partir del 1 de octubre, al mismo tiempo que Claudia Sheinbaum Pardo comience su gobierno.
Durante el proceso de renovación de la dirigencia del partido, el segundo hijo del primer matrimonio del presidente de la República se mostró distante.
El comité estatal del partido en Tabasco lo había postulado para ser secretario general. Finalmente, le dieron la cartera de secretario de Organización.
Antes del inicio del congreso, destacados morenistas como Marina del Pilar, gobernadora de Baja California, celebraban lo que ya sabían sería el resultado de la elección.
“Me siento muy muy contenta porque es relevo generacional, no nada más en los dichos, sino en los hechos. Nos podemos dar cuenta”, aseguró.
Miguel Torruco Garza, diputado federal de Morena, también daba su aval al hijo del presidente.
“Si alguien ha crecido también con la esencia de la transformación es Andrés Manuel López Beltrán. Buen amigo, buen aliado, buen ser humano”, resaltó.
Andy, como se le conoce, no recibió trato como cualquier militante. Fue ingresado antes que la prensa al salón del World Trade Center de la Ciudad de México, donde tuvo lugar el séptimo Congreso Nacional Extraordinario del partido. Ocupó un asiento justo frente al templete, una zona con vallas hasta para parte de la militancia.
No fue posible verlo, sino hasta que salió del salón al termino del acto de apertura de los trabajos del congreso, antes de las votaciones de alrededor de tres mil asistentes.
En el pasillo también había una cerca metálica para impedir que simpatizantes en general y prensa se acercaran. Morenistas le gritaban “Andy, Andy”, pero el hijo de López Obrador se siguió de largo a un área apartada de salones reservados para la plana mayor del partido.
Los organizadores pidieron a los medios de comunicación salir del área del congreso para permitir la votación. Tres horas después, fue permitido el reingreso para conocer el resultado de la elección de los 11 cargos de la dirigencia nacional.
Para cuando reporteros, camarógrafos y fotógrafos entraron al salón, los nuevos líderes de Morena rendían protesta. Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización, ganó más atención que Carolina Rangel, secretaria General.
El único discurso que se escuchó fue el de Luisa María Alcalde Luján, quien dejará el cargo de secretaría de Gobernación hasta el 30 de septiembre. Andy sólo observaba atento y asentía con la cabeza.
A través de redes sociales se pudo conocer algo del mensaje que Andy dio previamente, en referencia a la labor de su padre.
“Nuestro trabajo al frente de esta secretaría será mantener ese legado, esa línea. Él se va al retiro porque nos dijo que se iba a retirar cuando hubiera un relevo generacional. Y quiero que todos entendamos que cuando se habla de ese relevo se habla de nuestra presidenta electa, la compañera Claudia Sheinbaum Pardo”, aclaró.
En su calidad de presidente del Consejo Nacional de Morena, tras dar por clausurado el congreso, Alfonso Durazo, gobernador de Sonora, felicitó y abrazó juntos a Andrés Manuel López Beltrán y Luisa María Alcalde.
Concluidas las actividades con la interpretación del Himno Nacional, el próximo secretario de organización dl Morena caminó por el templete hacia la salida del salón. Se detuvo sólo algunos instantes para que algunas personas se sacaran fotografías con él.
Afuera, Durazo comenzaba a responder preguntas de la prensa y dejó de hablar cuando notó que Andy salía al corredor.
La gente llamaba al hijo del presidente para que se acercara a la valla. Sin detenerse, él sólo levantó la mano para saludar y mandó un abrazo antes de perderse en el pasillo.
Alfonso Durazo hizo sólo una declaración de 30 segundos y se fue por el mismo pasillo que López Beltrán.