El legado académico de Héctor Melesio Cuén Ojeda

Mario Kato

La Universidad Autónoma de Sinaloa ha sufrido múltiples cambios a través de su historia, pero el prestigio que hoy ostenta y la confianza en sus egresados, se debe a un plan de trabajo que se inició en el año 2005 con el Plan Rafael Buelna Tenorio.

Este plan incluyó una serie de reformas a la Ley Orgánica de la UAS, que derivó en una estabilidad política inusitada, y permitió concentrar esfuerzos en mejorar lo verdaderamente importante para una institución educativa: La academia.

Son muchas las aristas de este programa de trabajo que encabezó el maestro Cuén en su gestión como rector, y que han continuado los dirigentes posteriores, pero describiré las principales acciones que a mi juicio son el legado que deja Héctor Melesio.

El principal es el programa Doctor Joven consistió en dar un apoyo económico adicional al que daba el Conacyt a jóvenes que decidieran hacer posgrados de calidad, con el compromiso de regresar a integrarse a la planta docente de la casa rosalina.

Esta acción ha sido el motor de un relevo generacional pertinente en los formadores de la UAS, y de paso ha permitido una expansión en la oferta académica.

El segundo elemento del legado cuenista es la acreditación de los programas académicos, lo cual da confianza en la sociedad y el sector empresarial sobre la preparación de quienes hemos egresado de la UAS, algo que como él mismo mencionaba, no se daba a finales del siglo pasado, en el que el estigma pesaba sobre los licenciados rosalinos.

El tercer elemento es la internacionalización de la UAS, algo de gran impacto para la formación académica es el compartir experiencias, y hoy por hoy, miles de estudiantes tiene la oportunidad de estancias, intercambios y veranos científicos en otros estados y otros países.

Sin el liderazgo del maestro Cuén, el Plan Rafael Buelna no hubiera sido posible, y la UAS, no tendría hoy el reconocimiento que tiene a nivel nacional.

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