También un Plan C colapsó a Venezuela
Rubén Cortés
El colapso de Venezuela hoy como nación es producto del régimen que construyó Chávez y heredó Maduro: cambios a la Constitución para capturar del Poder Judicial, cancelar los órganos reguladores, eliminar minorías en el Congreso y tomar el órgano electoral.
La ingeniería de Estado impuesta por Chávez a través del voto electoral (comprado con programas sociales, pagados mientras tuvo recursos procedentes de un buen momento económico) eliminó toda posibilidad de intermediación de la gente con el poder.
Es decir, para no jugar con las palabras, que México está condenado inexorablemente a vivir mañana el colapso de Venezuela hoy, porque el Plan C que diseñó el actual presidente, es calcado de la ingeniería de Estado que heredó Chávez a Maduro.
Pero no se debería ser injustos con Hugo Chávez ni con el actual presidente de México: ninguno impuso a sangre y fuego su ingeniería de Estado. La verdad es que los dos la vendieron a sus gobernados, y éstos se las compraron en las urnas electorales.
Chávez contentó, con transferencias en efectivo, a los venezolanos que votaron en masa a su favor del 2000 al 2010, sin interesarles la ingeniería de Estado que se tejía a su alrededor. Les pagó con los petrodólares del barril de crudo a 100 dólares durante una década.
Chávez organizó 14 votaciones electorales de diferente calado para cimentar, con el voto de la gente, su régimen sin separación de poderes, elecciones controladas por el gobierno, sin competencia, transparencia ni privacidad: una dictadura en regla.
El mandatario mexicano construyó el mismo sistema de Chávez, también a través del voto, y lo hereda a su sucesora: jueces y ministros de la Corte,
consejeros y magistrados de organismos electorales, electos con elecciones y consultas populares.
Le dejará eliminados el @INAImexico, @coneval
@IFT_MX, @cofecemx, @CNH_MX, @CRE_Mexico y @MejoreduMX. Y, el actual @INEMexico, convertido en INEC, que quedará en manos del partido fundado por el presidente con sus familiares y amigos.
Una mayoría de ciudadanos le compró al presidente el desmantelamiento de la democracia, quien se lo vendió con programas sociales pagados, primero, con dinero que encontró en las arcas del Estado; y después, con dinero prestado.
De 2018 a 2021, compró el voto con el Fondo de Estabilización Presupuestal, los recursos de 109 fideicomisos, y el desvío del dinero del Presupuesto que era para salud, educación, desastres naturales, el Metro, drenaje, seguridad pública, niños con cáncer…
Cuando en 2021 se le acabó el dinero con el que contaba, el presidente compró el voto hasta 2024 con un endeudamiento interno de un billón 990 mil millones de pesos; y un endeudamiento externo, de 18 mil millones de dólares.
Eso son chavismo y Segundo Piso de la Transformación: el futuro colapsado.