SEGOB brinda protección a Arnoldo Valle

Álvaro Aragón Ayala

Considerado un perseguido político y víctima de un atentado criminal, el ingeniero y periodista Arnoldo Valle Leyva, director de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Sinaloa, quedó bajo el resguardo físico y legal del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación que determinó que su vida corre peligro y que enfrenta una campaña de difamaciones y calumnias.

El viernes 5 de julio, un comando armado persiguió en las afueras del campus y penetró a las instalaciones de la Torre de Rectoría intentado quitarle la vida a tiros a Arnoldo Valle, fundador de La Gaceta Universitaria -hoy semanario Buelna-, y editor de programas radiofónicos universitarios. No lo logró. El directivo de la UAS logró escapar de una lluvia de balas.

La agresión criminal ocurrió en medio de la conspiración orquestada por Rubén Rocha Moya contra directivos de la UAS en venganza porque no le cedieron el control de la institución educativa. El gobernador intentó “clavar” en la Casa Rosalina una Ley Estatal de Educación Superior, calificada por los Jueces Federales de inconstitucional y violatoria a la autonomía universitaria y no aplicable a la UAS.

Ante la resistencia legal, Rocha Moya sincronizó a la Fiscalía General de Justicia de Sinaloa, la UIPES, el SATES, la Auditoría Superior del Estado y el Tribunal Superior de Justicia y les ordenó inventarles denuncias penales a los directivos universitarios colocándolos, a la vez, como blanco de una campaña de criminalización y linchamiento público diseñada por la directora de Comunicacion Social del Gobierno del Estado, Adriana Margarita Ochoa del Toro y desarrollada por los medios de comunicación pagados por el gobierno rochista.

Como director de Comunicación Social e integrante del Comité de Defensa de la Autonomía Universitaria, Arnoldo Valle es elemento clave en el plan para contrarrestar la campaña de desinformación armada contra la UAS y pieza estratégica en la organización de protestas y movilizaciones, lo cual, de acuerdo a las denuncias, desencadenó la cólera de Rubén Rocha.

Arnoldo Valle fue recibido y atendido en la Ciudad de México por Félix Arturo Medina, subsecretario de Gobernación, quien lo incorporó de inmediato al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, y lo orientó para que solicitara a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión de la Fiscalía General de la República la atracción de la investigación del atentado.

Presuroso, con el apoyo “informativo” de Adriana Margarita Ochoa del Toro, Rubén Rocha, sobre quien recaen principalmente las sospechas de ser el autor intelectual de la conspiración asesina, desplegó una cruzada de difamaciones y calumnias contra Arnoldo Valle para justificar el atentado, usando como corifeos a los periodistas que mantiene en la nómina gubernamental.

El mandatario estatal potencializó las sospechas en su contra porque horas después del intento de asesinato él y Ochoa del Toro emprendieron acciones de descrédito contra Arnoldo Valle culpándolo de “enemigo” de periodistas y a alegar que la agresión ocurrió por problemas “internos” en la UAS, además de que mandó difundir falsedades, entuertos periodísticos, inventando que Arnoldo Valle había perseguido con pistola en mano al Rector, y de que se le debería de investigar por el atentado al edificio del portal digital ADiscusión.

Antes del complot criminal, fue “levantado” y amenazado de muerte, obligándolo a salir del Sinaloa, José Carlos Aceves Tamayo, amigo de Arnoldo Valle, y secretario general del SUNTUAS-Académico, quien lideró multitudinarias manifestaciones en contra del gobernador Rubén Rocha al que acusó de dictador, intolerante y persecutor de universitarios.

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