¿Cuáles son los tres ‘elefantes blancos’ que heredará AMLO al próximo gobierno?

Diana Zavala

En el ámbito de la infraestructura pública, los denominados “elefantes blancos” son un tema de preocupación en el cierre de todas las administraciones. Estos proyectos de gran envergadura, que en teoría buscan el desarrollo y el beneficio social, a menudo terminan representando enormes costos para la economía y la población, sin ofrecer los beneficios esperados.

En administración federal de Andrés Manuel López Obrador se han desarrollado varios proyectos de infraestructura que se han caracterizado por elevadas inversiones y cuestionables resultados.

Diego Díaz, coordinador de Finanzas Públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), señala que las principales obras que podrían considerarse elefantes blancos en este sexenio, corresponden a las insignias para el presidente: el Tren Maya, la Refinería Olmeca y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

El Tren Maya, según datos oficiales de la Secretaría de Turismo, es un proyecto ferroviario de 1,554 kilómetros que atraviesa cinco estados del sureste mexicano. Con una inversión inicial estimada de 120,000 millones de pesos, el proyecto ha enfrentado múltiples modificaciones en su trazado y costos. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha reportado que al cierre de 2021, el proyecto presentaba un sobrecosto del 61.8% respecto a lo originalmente presupuestado.

Para este 2024, el desembolse supera los 511,000 millones de pesos, de acuerdo con el Imco, mientras que, hasta febrero, la ocupación de los viajes promedió 84%. Aunque ya han habido tres inauguraciones, la obra aún está incompleta. Se promete que en agosto funcione el tramo que falta y que corresponde a Quintana Roo y Campeche.

La refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco, es otro proyecto emblemático de la actual administración. De acuerdo con información de Petróleos Mexicanos (Pemex), la refinería fue diseñada para procesar 340,000 barriles diarios de petróleo.

El costo inicial proyectado era de 8,000 millones de dólares, pero según el informe anual 2022 de Pemex, la inversión total estimada ascendió a 18,054 millones de dólares, más del doble de lo previsto inicialmente. Hasta mayo de este año, Pemex le envió menos de 5% de la capacidad total de barriles de crudo por día.

El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), construido en la base militar de Santa Lucía, fue concebido como alternativa al cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Según datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el AIFA tuvo un costo final de 74,531 millones de pesos.

Sin embargo, la Auditoría Superior de la Federación ha señalado que existen gastos adicionales no contabilizados, como las obras de interconexión, que elevarían significativamente el costo total del proyecto.

El número de pasajeros tampoco ha despegado. Desde su apertura en 2022 hasta enero de 2024, el aeropuerto transportó 3.85 millones de pasajeros, en contraste, el AICM registró 96.2 millones. No obstante, la parte de carga ha resultado con mejores resultados. Entre diciembre de 2022 y el primero de este año, el aeropuerto gestionó 219,108 toneladas, la mitad del AICM, indican cifras de la Asociación Federal de Aviación Civil (AFAC), aunque aún faltan incrementar las operaciones.

Estos proyectos comparten características comunes: han sufrido sobrecostos significativos, retrasos en su construcción y se prevé que sean subutilizados. Díaz explica que estas obras reflejan problemas de planificación, ya que carecen de estudios adecuados de prefactibilidad, análisis costo-beneficio rigurosos y evaluaciones de impacto ambiental apropiadas.

“Son proyectos que probablemente van a necesitar subsidios para operar durante los siguientes años. En este sentido, podríamos catalogarlos en la categoría de elefantes blancos, porque los beneficios sociales no parece que vayan a compensar los costos de construcción, los costos de inversión y los costos ambientales”, afirma el experto.

El impacto de los elefantes blancos en la economía y la población

La construcción de elefantes blancos tiene graves implicaciones para la economía y el bienestar de la población. Estos proyectos desvían recursos públicos que podrían destinarse a áreas prioritarias como salud, educación o infraestructura más necesaria y con mayor impacto social.

Diego Díaz advierte que, al destinar recursos multimillonarios a proyectos sin utilidad social comprobada, se terminan distrayendo fondos de otros rubros que podrían tener un impacto directo en la calidad de vida de los ciudadanos. “Eso tiene implicaciones directas para la población, pero también para el crecimiento económico sostenido del país”, subraya.

Además, estos proyectos no contribuyen significativamente al desarrollo económico a largo plazo. No mejoran la productividad, no reducen de manera importante los tiempos de traslado ni facilitan el acceso a insumos esenciales como energía o agua, factores clave para impulsar el crecimiento sostenible.

Un problema estructural y recurrente

La construcción de elefantes blancos no es un fenómeno exclusivo de la actual administración federal. Se trata de un problema estructural que persiste desde gobiernos pasados, con partidos políticos y diferentes niveles de la administración pública.

El experto del Imco señala que este tipo de obras pueden encontrarse tanto a nivel federal como estatal y municipal. Aunque los proyectos en entidades federativas y municipios suelen ser de menor escala debido a sus presupuestos más limitados, no dejan de ser ejemplos de inversiones públicas sin beneficio social justificable

“Podemos hablar de algún puente que construyó alguna entidad, alguna obra pública que desarrolló un municipio que, si bien no tiene un presupuesto multimillonario, de todas formas puede ser un proyecto inútil o que no tenga mayor utilidad, sobre todo cuando pueden existir alternativas”, explica el coordinador del IMCO.

Elefantes blancos de administraciones anteriores

La historia reciente de México está plagada de ejemplos de elefantes blancos. Uno de los casos más emblemáticos es la Estela de Luz en la Ciudad de México, construida durante el gobierno de Felipe Calderón.

Esta obra, concebida para conmemorar el bicentenario de la Independencia, se caracterizó por sus elevados costos, que fueron de 393 millones de pesos programados a 1,304 millones ejercidos, además de 15 meses de retraso en su construcción, generando polémica y cuestionamientos sobre su utilidad real.

Otro ejemplo mencionado por Díaz es el Tren Interurbano México-Toluca, iniciado en la administración de Enrique Peña Nieto. Este proyecto ha enfrentado retrasos significativos y sobrecostos importantes. El experto sugiere que posiblemente existían alternativas más eficientes para conectar ambas ciudades sin necesidad de construir un tren de alta velocidad.

Además, se han identificado numerosos casos de hospitales públicos, tanto federales como estatales, que quedaron inconclusos o abandonados. Estos proyectos, iniciados por una administración y luego desatendidos por la siguiente, representan un claro ejemplo de la falta de continuidad y planeación en las obras públicas.

¿Qué son los elefantes blancos y por qué surgen?

Los elefantes blancos son proyectos de infraestructura, generalmente de gran escala, diseñados para ser vistos por la población pero que carecen de una utilidad social que justifique su construcción con recursos públicos.

El término tiene su origen en una antigua leyenda de Siam (actual Tailandia), donde se decía que los gobernantes regalaban elefantes blancos a sus enemigos como castigo, ya que estos animales no tenían utilidad práctica, pero requerían altos costos de mantenimiento.

En el contexto actual, los elefantes blancos surgen por diversas razones:

1. Falta de planificación adecuada. Muchos de estos proyectos se inician sin estudios de factibilidad rigurosos o análisis costo-beneficio exhaustivos.

2. Intereses políticos: A menudo, estas obras se conciben más como símbolos de poder o legados políticos que como soluciones a necesidades reales de la población.

3. Corrupción: En algunos casos, los sobrecostos y la ineficiencia en la ejecución de estos proyectos pueden estar vinculados a prácticas corruptas.

4. Falta de continuidad entre administraciones: Proyectos iniciados por un gobierno pueden ser abandonados o modificados por el siguiente, resultando en obras inconclusas o ineficientes.

5. Ausencia de mecanismos de rendición de cuentas: La falta de supervisión y evaluación rigurosa de los proyectos de infraestructura permite que se sigan construyendo obras sin justificación social o económica.

Un llamado a la planificación responsable

La persistencia de elefantes blancos en la infraestructura pública mexicana representa un desafío significativo para el desarrollo del país. Es fundamental implementar mecanismos más rigurosos de evaluación y seguimiento de proyectos, que garanticen que las inversiones públicas generen beneficios reales para la sociedad, de acuerdo con el Imco.

La transparencia en la toma de decisiones, la participación ciudadana en la planificación de obras y la continuidad de proyectos entre administraciones son elementos clave para evitar la proliferación de elefantes blancos. Solo así se podrá asegurar que los recursos públicos se utilicen de manera eficiente y en beneficio de todos los mexicanos, dice Diego Díaz.

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